Redacción Farmacosalud.com
‘Prevenir antes que curar’. Una archiconocida máxima que, una vez más, se pone de moda. En este caso, de renovada moda. Y, ya que hablamos de máximas, tampoco estaría de más apelar a la también archiconocida ‘todos los caminos conducen a Roma’. Porque Roma ha sido el escenario donde se ha desarrollado el Congreso Europeo de Cardiología (ESC Congress 2016), evento en el que se han conocido las nuevas guías de práctica clínica de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) sobre el manejo de las dislipemias. Según la doctora Raquel Campuzano, miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y cardióloga del Hospital Universitario Fundación Alcorcón de Madrid, en los nuevos documentos “se detallan como en ninguna otra guía previamente cuáles son los hábitos de vida que deberíamos adoptar cualquiera de nosotros para prevenir las dislipemias o bien como parte del tratamiento de las mismas”. Entre los hábitos propuestos figura la realización de “ejercicio durante 30 minutos al día todos los días”, explica la cardióloga.
“Las guías de dislipemias 2016 son novedosas por recomendar en sus primeras páginas políticas preventivas poblacionales que son más coste-efectivas que los tratamientos médicos. Dan enorme importancia a los hábitos de vida cardiosaludables para la prevención y el tratamiento de las dislipemias en toda la población. El tratamiento médico, sin embargo, depende del riesgo y objetivos que se calculen para cada individuo. Incluyen como escalones de tratamiento farmacológico: en primer lugar, a las ya conocidas estatinas; en segundo lugar al ezetimibe (IIa), y como indicación IIb a los nuevos antiPCKS9”, precisa la facultativa.
Ezetimibe es un fármaco oral que inhibe la absorción de colesterol de la dieta. Reduce un 20% el colesterol cuando se añade a las estatinas y es el primer fármaco no estatínico que aumenta la supervivencia. Por otro lado, los antiPCKS9 son fármacos de administración subcutánea que reducen hasta un 60% los niveles circulantes de colesterol. Son muy potentes y sin efectos secundarios importantes. “En 2017 sabremos la repercusión en reducción de mortalidad cardiovascular que conllevan” los iPCSK9, “pues están a punto de desvelarse los resultados de varios ensayos clínicos en marcha”, comenta la doctora Campuzano.
Las nuevas guías, asimismo, insisten en lo fundamental que es la adherencia de los pacientes al cambio de hábitos de vida y a los tratamientos, y proporcionan herramientas para mejorar dicha adherencia.
SCORE (www.heartscore.org): escala propuesta para calcular el riesgo cardiovascular
En cuanto a la herramienta online HeartScore, la miembro de la SEC explica que “el SCORE (Systemic Coronary Risk Estimation) (www.heartscore.org) es la escala propuesta en las guías para calcular el riesgo cardiovascular del individuo. Estima el riesgo acumulado a 10 años de un primer evento aterosclerótico fatal. Incluye variables como la edad, sexo, cifras de tensión arterial, niveles de colesterol y tabaquismo”. Los pacientes con puntuación menor de 1 son de bajo riesgo. Se interpretaría como menos de 1% de probabilidad de padecer un evento cardiovascular fatal en los próximos 10 años. Entre 1-4 de riesgo moderado. Aquellos entre 5 y 9 son de riesgo alto y los que tienen 10 o más de muy alto riesgo. “No debe aplicarse el SCORE a pacientes con enfermedad aterosclerótica ya documentada, diabetes tipo 1 o 2, algún factor de riesgo en cifras muy elevadas o enfermedad renal crónica, pues ya se consideran pacientes de alto o muy alto riesgo. En pacientes menores de 40 años el riesgo absoluto calculado por SCORE puede ser bajo por la edad en números absolutos. En ellos se recomienda matizar con el riesgo relativo, que sería el comparado con otro paciente de la misma edad sin factores de riesgo o el riesgo edad”, especifica.
La actualización conocida en el ESC Congress 2016 también aporta novedades en cuanto al cribado de dislipemias, tal y como señala la cardióloga del Hospital Universitario Fundación Alcorcón: “Debe hacerse un despistaje de hiperlipemia a partir de los 40 años y repetir cada 5 años. También debe analizarse el perfil lipídico si existe enfermedad cardiovascular antes de los 55 años en hombres y de los 60 en mujeres. O en sujetos con familiares que hayan padecido enfermedad cardiovascular prematura, que presenten xantomas o niveles de LDL > 190 o de 150 mg/dl si son niños. Además, las guías incluyen nuevas indicaciones sobre cuándo determinar la lipoproteína a”.
Una vez más, el mundo de la medicina apelando a la dieta mediterránea
Las nuevas guías, además, postulan que para mejorar el perfil lipídico hay que insistir en las políticas de prevención y de estilo de vida. “Se da mucha importancia a este aspecto -afirma Campuzano-. Se recomiendan políticas de prevención y formación a la sociedad en hábitos de vida cardiosaludables. También se refieren a la legislación antitabaco, la reducción del contenido en grasas, sal o azúcares en alimentos… Cuanto más se cuida una sociedad, menos hay que cuidar al individuo, y a la inversa. Y todo este esfuerzo es más coste-eficaz que el tratamiento farmacológico”.
“Por otro lado, se detallan como en ninguna otra guía previamente cuáles son los hábitos de vida que deberíamos adoptar cualquiera de nosotros para prevenir las dislipemias o bien como parte del tratamiento de las mismas. La dieta es un factor muy importante. Basándose en resultados españoles del estudio Predimed, se propone la dieta mediterránea, rica en verduras, frutas, legumbres y pescados; con utilización del aceite de oliva y pobre en grasas saturadas como las carnes rojas y los embutidos. Además, debe realizarse ejercicio durante 30 minutos al día todos los días, no fumar y no tomar más de 10 g de alcohol por día (aproximadamente equivale a una bebida alcohólica) en las mujeres y 20 g en los varones”, destaca la doctora Campuzano.