Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) reclama la implantación de protocolos de asistencia urgente a niños alérgicos en colegios que están expuestos a riesgos de sufrir reacciones anafilácticas graves que pongan en peligro su vida. Para ello ha lanzado una campaña de recogida de firmas en Change.org en la que solicitan la implantación del programa Alerta Escolar en todas las comunidades autónomas, que consiste en el registro de estos niños en los servicios de emergencias y la formación del personal educativo.
El programa Alerta Escolar, instaurado en Galicia desde 2007 y en Baleares desde 2014, implica un registro de niños alérgicos en los servicios de emergencias. De esta manera, si un alumno sufre algún tipo de reacción los profesores contactan con el 061 o el 112, indican qué le pasa y los facultativos de emergencias dan instrucciones sobre qué hacer. “Es una manera de que estos médicos tengan el historial completo del menor y, al mismo tiempo, el profesor la formación necesaria para saber cómo actuar. Así ganamos en eficacia y rapidez en la asistencia, que en estos casos es primordial y puede salvar vidas”, apunta la doctora Mercedes Escarrer, del Grupo de Trabajo de Educación Sanitaria de la SEICAP e impulsora de esta iniciativa en Baleares.
Anafilaxia, diabetes, epilepsia, cardiopatías...
El registro no sólo implica a estos niños y los que están en peligro grave de anafilaxia, sino con otras patologías de riesgo vital como la diabetes, la epilepsia o cardiopatías con riesgo de muerte súbita. “Estos alumnos pueden tener problemas en la escuela, por lo que es fundamental que las autoridades sanitarias competentes instauren el programa Alerta Escolar en todas las comunidades autónomas”, asegura la doctora Escarrer. Por otro lado, el programa implica la formación del personal educativo de infantil, primaria, secundaria y educación especial, en centros públicos, privados o concertados en primeros auxilios, así como en conocimientos básicos sobre qué es la anafilaxia, cómo reconocerla y cómo administrar la adrenalina.
La SEICAP lanzó hace unos meses otra campaña de recogida de firmas en Change.org llamada ‘Un colegio, un botiquín, una adrenalina’ que aún está en marcha y que ya ha conseguido más de 3.000 firmas. En ella se reclama la presencia de al menos dos autoinyectores de adrenalina en los botiquines de los colegios. La anafilaxia “conlleva la presencia simultánea de síntomas en varios órganos del cuerpo (ojos, nariz, bronquios, piel, digestivos, malestar, mareos, pérdida de conciencia, bajada de la tensión o shock)”, comenta el doctor Carlos Sánchez Salguero, coordinador del Grupo de Trabajo de Anafilaxia de la SEICAP, que lidera esta campaña. La adrenalina es el tratamiento de urgencia en caso de anafilaxia, “pero los botiquines de los colegios no disponen del mismo y la mayor parte del personal educativo no sabría usarlo si fuese necesario”, añade. De hecho, un informe de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), pone de manifiesto que dos tercios de los menores y sus cuidadores no saben cómo usar un autoinyector de adrenalina.
Las reacciones alérgicas más frecuentes en el entorno escolar se pueden producir por diversos motivos. “Algunas veces son nuevos casos diagnosticados por aparición primaria de síntomas relacionados, aunque la mayoría suelen suceder por ingesta accidental de un alimento al que el niño es alérgico”, explica la doctora Escarrer. Esta especialista también advierte de que pueden producirse también crisis de asma, como la que le sucedió en el mes de agosto a un niño en una escuela de surf de Galicia, que terminó con su vida. “En la vuelta al cole, hay que tener especial cuidado con los niños asmáticos debido a la mayor exposición a virus causantes de infecciones respiratorias graves, así como otros alérgenos como los ácaros de polvo debido a la mayor humedad ambiental, que pueden desencadenar una crisis”, indica.
La vuelta al ‘cole’, un reto para los niños con enfermedades crónicas
Por su parte, la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) proporciona a los padres y a la comunidad escolar una gran cantidad de material educativo, como la ‘Guía AEPap para Centros Docentes’, pensada para ofrecer toda la información sobre el cuidado de los niños con enfermedades crónicas, como el asma o la diabetes, en la escuela. El objetivo de la Guía es dar a los profesores y otros profesionales que trabajan en los centros escolares de Educación Primaria y Secundaria, y en las escuelas infantiles, los conocimientos y habilidades necesarios para abordar estas situaciones, en ocasiones urgentes, que pueden afectar a la calidad de vida de la población infantil. Por otro lado, los maestros y educadores son una figura clave en la detección temprana de algunos problemas de salud que pueden interferir en el proceso de aprendizaje de los niños, como los problemas de visión, trastornos del lenguaje, dislexia… “La comunicación entre padres y profesores es un pilar clave en la buena salud física y emocional de nuestros hijos”, señala la Dra. Concepción Sánchez Pina, pediatra y presidenta de la AEPap.
Si el menor tiene alguna enfermedad crónica, como alergia crónica, asma, diabetes, celiaquía, intolerancia a determinados alimentos o algún problema en su desarrollo es importante que lo sepan en su centro escolar. Para los niños con diabetes, es conveniente que todo el personal docente del centro sepa qué hacer en caso de emergencia y dónde está la medicación. En ocasiones, estos pequeños pueden necesitar ingerir algo de alimento fuera de las horas de comida para evitar las hipoglucemias y también es posible que necesite inyectarse insulina en clase, por lo que sus profesores deben estar al tanto de su diagnóstico y facilitarle sus cuidados.
Las dolencias crónicas, un reto también emocional y psicológico
Las enfermedades crónicas suponen, más allá de lo físico, un reto emocional y psicológico para muchos pequeños, que no quieren sentirse diferentes de sus compañeros y que pueden llegar en algunos casos, a negar o disimular su propia patología por falta de aceptación. En el caso de los más pequeños, las dificultades pueden derivarse de su incapacidad para controlar aún sus síntomas o medicación, mientras que en el caso de los adolescentes pueden llegar a prescindir del tratamiento por su cuenta para seguir haciendo una vida lo más parecida a su grupo de amigos.
Es importante también elegir la mochila adecuada para adolescentes y niños, con el fin de evitar lesiones o cualquier sobrecarga muscular en la espalda. Según explican los pediatras, hay diferentes aspectos a tener en cuenta: la mochila debe ser del tamaño adecuado para la edad de cada niño, es mejor si está acolchada y tiene que llevarse siempre sobre ambos hombros dejando que el peso repose en la zona alta de la espalda. “Es bueno que los padres supervisen el contenido de la mochila y enseñen a sus hijos a organizarla y a repartir bien la carga” concluye la Dra. Sánchez Pina.