Redacción Farmacosalud.com
Un nuevo test predictivo “va a permitir un mejor tratamiento, una mejor estimación y una mayor precisión del riesgo cardiovascular de nuestros pacientes”, afirmó el doctor Ángel Díaz Rodríguez, coordinador del Grupo de Trabajo de Lípidos de la Sociedad Española de Atención Primaria (SEMERGEN). El doctor Díaz Rodríguez participó en la Mesa ‘Importancia del tamaño de las lipoproteínas en el cribado del riesgo cardiovascular: LIPOSCALE’, celebrada en el marco de las 8as Jornadas Cardiovasculares de SEMERGEN (Santander, del 19 al 21 de mayo de 2016), sesión en la que también participaron los doctores Nuria Amigó Grau y Vicente Pallarés Carratalá.
Hasta un 50% de sujetos con enfermedad cardiovascular presentan niveles de colesterol LDL dentro de unos límites normales, según las guías de práctica clínica, lo que indica que el nivel de colesterolemia, como biomarcador, es insuficiente a la hora de establecer el riesgo cardiovascular en la población en prevención primaria. Ante esta perspectiva, se han estudiado otras maneras de determinar dicho riesgo, como por ejemplo la caracterización del número de partículas que transporta el LDL. “Individuos con exactamente el mismo nivel de colesterol pueden tener más o menos riesgo si este colesterol es transportado en partículas LDL especialmente pequeñas, ya que estas son capaces de atravesar el endotelio vascular, acumularse y acelerar el proceso ateroesclerótico”, señala la doctora Nuria Amigó Grau, CEO y cofundadora de Biosfer Teslab, la compañía impulsora del test LIPOSCALE.
“Sólo se necesitan 250 microlitros de plasma para poder realizar el test”
A modo de solución innovadora, se ha propuesto “la resonancia magnética como una herramienta para poder medir el número, la concentración y el tamaño de las partículas que transportan el colesterol LDL”, detalla la doctora Amigó. El nuevo test predictivo creado a partir del uso de la resonancia magnética nuclear se denomina LIPOSCALE y ya se está aplicando en muchos estudios clínicos sobre diferentes patologías -sobre todo en diabetes, dislipemia aterogénica y en trastornos autoinmunes- como una nueva herramienta para poder caracterizar mejor un parámetro de “crucial importancia” como es el tamaño y el número de partículas que transportan el colesterol, subraya. Según la doctora Amigó, “sólo se necesitan 250 microlitros de plasma o de suero sanguíneo para poder realizar el test”, que dura 5 minutos.
Esta nueva herramienta diagnóstica, de inminente aplicación clínica en España, está totalmente preparada “para ayudar a los clínicos a caracterizar mejor el riesgo de los individuos que presentan el patrón de partículas pequeñas y proaterogénicas”, asegura la experta.
Por su parte, el doctor Vicente Pallarés Carratalá, médico de familia en Unión de Mutuas y profesor de Medicina en la Universitat Jaume I en Castellón, presentó diferentes escenarios clínicos de la práctica diaria en los que se evidenciaba la importancia de conocer el tamaño de las partículas lipídicas a la hora de estratificar el riesgo vascular de los pacientes y considerar la mejor estrategia terapéutica, y apuntó que con este test predictivo “tenemos la oportunidad de llegar un poco más allá” a la hora de estratificar mejor a nuestros pacientes en cuanto a su perfil lipídico en Atención Primaria.
Mejora diagnóstica en casos de dislipemia aterogénica y dislipemias familiares poligénicas
Además de tener en cuenta la concentración de colesterol en las distintas lipoproteínas plasmáticas (VLDL, IDL, LDL, HDL y triglicéridos), “la determinación a través de LIPOSCALE de la cuantificación de las lipoproteínas, tanto en cantidad como en calidad”, con la consiguiente determinación de las partículas de LDL, HDL, triglicéridos y VLDL, “nos va a permitir un mejor tratamiento, mejor estimación y mayor precisión del riesgo cardiovascular de nuestros pacientes”, afirma el doctor Ángel Díaz Rodríguez, coordinador del Grupo de Lípidos de SEMERGEN.
En resumen, “permite estimar el riesgo cardiovascular con una precisión mayor”, al tener en cuenta no sólo la concentración plasmática de colesterol en las distintas lipoproteínas, sino también “la concentración en el número, en el tamaño y en la forma de las lipoproteínas plasmáticas”, explica el doctor Díaz Rodríguez.
Todo ello “va a permitir no sólo mejorar la precisión del riesgo cardiovascular”, sino también “mejorar el diagnóstico de determinadas dislipemias, fundamentalmente de la dislipemia aterogénica, de las dislipemias familiares poligénicas y de determinados perfiles dislipémicos” correspondientes a pacientes que presentan un evento no justificado, agrega.
Según este facultativo, LIPOSCALE, aplicado en perfiles o en escenarios de pacientes distintos, “nos va a ayudar de una manera decisiva en la planificación terapéutica de nuestros pacientes”.