Redacción Farmacosalud.com
Un estudio realizado de forma conjunta por especialistas de Neumosur (Asociación de Neumología y Cirugía Torácica del Sur de España) que desarrollan su labor profesional en el Complejo Hospitalaria de Huelva y la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universidad de Huelva ha puesto de manifiesto la utilidad del análisis metabolómico (es decir, de sus metabolitos) de la sangre así como de los conductos bronquiales y los alveolos pulmonares (mediante la técnica del lavado broncoalveolar o LBA) para cribar de forma precoz posibles casos de cáncer de pulmón. Pese a que se tratan aún de resultados preliminares -lo que obliga a trabajar en nuevos estudios con un mayor número de muestras-, el trabajo de investigación liderado por el Dr. Antonio Pereira ya ha conseguido detectar que tanto en suero como en LBA se observa cómo los metabolitos sufren cambios en aquellos pacientes que padecen cáncer de pulmón en un estadio inicial, ayudando a solventar uno de los grandes problemas a los que se enfrenta la lucha contra este tipo de tumor (uno de los más prevalentes y con mayor índice de mortalidad): su diagnóstico tardío.
Precisamente uno de los aspectos sobre los que ya trabaja esta línea de investigación reside en el hecho de que los metabolitos que permiten diferenciar pacientes con o sin cáncer de pulmón en suero y en LBA no son en su totalidad los mismos. “Tanto en sangre como en lavado broncoalveolar los cambios que sufren metabolitos como la urea, la carnitina, los lisofosfolípidos y los fosfolípidos tienen un comportamiento análogo, pero se dan respuesta dispares en otros casos como la fosfocolina, que aumenta en LBA pero disminuye en suero, o sobre todo en el glutamato, asociada al estrés oxidativo, que aumenta en suero pero disminuye en el LBA” explica el Dr. Antonio Pereira.
El lavado broncoalveolar, técnica sencilla, segura y en general bien tolerada
Uno de los aspectos más novedosos de este estudio reside en la incorporación del análisis metabolómico de muestras del LBA, nunca empleadas previamente para la detección del cáncer de pulmón, por lo que se trata de una línea de investigación hasta ahora inédita emprendida por estos especialistas onubenses. La realización del lavado broncoalveolar es una técnica sencilla, segura y, por lo general, bien tolerada por los pacientes. Se basa en la introducción en los conductos pulmonares de una solución de suero salino que luego es aspirada. El líquido resultante permite realizar un análisis citológico, químico o microbiológico de los conductos bronquiales y alveolos pulmonares. Posteriormente, ese líquido es analizado mediante espectometría de masas y cromatografía de gases para así establecer los potenciales biomarcadores que determinen la existencia de un cuadro de cáncer de pulmón.
Afatinib, con mayor supervivencia libre de progresión comparado con gefitinib
Por otra parte, el estudio LUX-Lung 7 demuestra que afatinib, de la compañía Boehringer Ingelheim, reduce significativamente el riesgo de progresión de cáncer de pulmón EGFR+ y el tiempo hasta el fracaso terapéutico, en un 27% en comparación con gefitinib[1]. Los resultados confirman que en los pacientes tratados con afatinib la supervivencia libre de progresión es mayor a los 18 y 24 meses de tratamiento (el 27% frente al 15% y el 18% frente al 8% de gefitinib) y además que estos datos son consistentes en los subgrupos clínicos predefinidos, incluidos los de género, edad, raza y tipo de mutación del EGFR[1].
Estos datos muestran también un número significativamente mayor de pacientes que presenta una reducción clínicamente significativa del tamaño del tumor con afatinib, en comparación con gefitinib (el 70% frente al 56%), con una mediana de la duración de la respuesta de 10,1 meses y 8,4 meses, respectivamente[1]. El estudio comparativo LUX-Lung 7 de fase IIb es el primer ensayo internacional de comparación directa entre dos tratamientos dirigidos contra el EGFR (afatinib contra gefinitib[1]). Los resultados cumplen con dos de los criterios de valoración principales: la supervivencia libre de progresión (SLP) y el tiempo hasta el fracaso terapéutico, (tiempo entre el inicio y la suspensión del tratamiento por cualquier motivo). Los datos relativos al tercer criterio de valoración principal, la supervivencia global (SG), todavía no son definitivos y se presentarán próximamente, han apuntado desde Boehringer Ingelheim.
El cribado por tomografía, una de las claves para luchar contra el cáncer de pulmón
El cáncer de pulmón tiene una supervivencia tan sólo del 15% de los pacientes a los cinco años del diagnóstico. Por este motivo, adoptar una actitud de búsqueda activa de casos de cáncer de pulmón en fase precoz en la población de riesgo, es decir, cuando este se encuentra en estadios en los que se puede aplicar tratamientos curativos, resulta fundamental para reducir la elevada tasa de mortalidad que supone. En España, el tumor pulmonar es la causa de muerte del 8,3% en hombres y del 1,3% en mujeres, por lo que se considera una de las enfermedades más letales.
Generalmente, estas cifras de mortalidad se deben a que este cáncer se diagnostica demasiado tarde como para aplicar un tratamiento eficaz, ya que con un diagnóstico precoz, el cáncer de pulmón puede curarse mediante cirugía o radioterapia. “La tomografía computarizada helicoidal (TAC) de baja dosis es la primera prueba diagnóstica que permite reducir en un 20% la mortalidad por cáncer de pulmón, a través de la detección precoz”, explica el Dr. José Matilla, cirujano torácico y coordinador del Área de Oncología de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica). “Sin duda, dejar de fumar y establecer programas de cribado mediante tomografía son las estrategias clave para lograr frenar la elevada mortalidad del cáncer de pulmón”, afirma Matilla.
Los marcadores tumorales y la detección precoz de recaídas
La valoración adecuada de los nuevos marcadores tumorales (MT) así como de los más antiguos permite aumentar la eficacia diagnóstica, disminuir la ansiedad de los médicos o pacientes solicitantes y reducir el número de repeticiones y exploraciones innecesarias. Según indica el Dr. Rafael Molina, presidente de la Comisión de Marcadores Biológicos del Cáncer de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC) y jefe asistencial Gestió Clients del Hospital Clínic de Barcelona, “interpretar y determinar adecuadamente los MT resulta una tarea delicada, ya que influyen muchos factores que pueden hacer que dos resultados similares tengan significados clínicos distintos. Se debe llevar a cabo de forma adecuada, ya que son resultados que pueden crear alarma en los pacientes y médicos; de ahí que una correcta valoración de los mismos permita evitar malas interpretaciones y colaborar en un diagnóstico más eficiente y veraz”.
En la actualidad existen más de 20 parámetros que pueden considerarse marcadores tumorales. Junto al seguimiento y valoración de la eficacia terapéutica, en los últimos años han surgido nuevas aplicaciones de los MT en función del tumor maligno y el marcador como el apoyo al diagnóstico (ovario, cáncer de origen desconocido) e incluso diagnóstico precoz (cáncer de próstata, cáncer medular de tiroides, etc.), diagnóstico histológico (cáncer de pulmón) o diagnóstico precoz de recidiva (cáncer de mama, ovario, próstata, etc.). De hecho, según apunta el Dr. Molina, “la determinación secuencial (2-3 meses) en pacientes con cáncer tras el tratamiento radical inicial permite distinguir precozmente (antes de la aparición de síntomas y con frecuencia antes de su detección por métodos de imagen) la aparición de recidivas tumorales, en especial metástasis.
Molina destaca dos novedades principales que afectan positivamente al diagnóstico de determinadas patologías. “El primero es la descripción de nuevos marcadores de gran interés clínico como la ProGRP para neoplasias pulmonares o neuroendocrinas, el HE4 en el diagnóstico diferencial de masas abdominales y en el seguimiento del cáncer de ovario o el PCA3 en el cáncer de ovario”. En segundo lugar, el experto destaca como novedad “la aplicación de los marcadores en situaciones nuevas, como puede ser en el diagnóstico diferencial de síndromes paraneoplásicos y el diagnóstico del cáncer de pulmón. También es importante destacar cambios metodológicos en el sistema de trabajo o su empleo para el establecimiento de grupos de riesgo, en los que se debe emplear otros procedimientos diagnósticos para confirmar la sospecha. Es este último caso el marcador identifica en una población general un pequeño grupo con alto riesgo de cáncer, donde se aplican técnicas de imagen para discriminar los falsos positivos de los positivos verdaderos”.
Referencias
1. Park K, et al. Afatinib versus gefitinib as first-line treatment for patients with advanced non-small cell lung cancer harboring activating EGFR mutations: results of the global, randomized, open-label, Phase IIb trial LUX-Lung 7. LBA2, presentación oral en el Congreso de la ESMO Asia 2015 en Singapur, 18-21 de diciembre de 2015.