Redacción Farmacosalud.com
Se dice que a ‘grandes males, grandes remedios’… Pues bien, en el caso que nos ocupa -las llamadas ‘agitaciones’ de enfermos mentales-, los expertos vienen a decir que a ‘moderados males, moderados remedios’, con el fin de evitar que lleguen los ‘grandes males’ y tener que aplicar ‘grandes remedios’. En otras palabras, que los especialistas defienden que un paciente que esté en un estado de agitación moderado sea tratado, por decirlo de algún modo, moderadamente: “Para evitar medicar innecesariamente, el consenso internacional aboga por los tratamientos menos invasivos, como técnicas de desescalada verbal o tratamientos farmacológicos como la loxapina inhalada”, indica el doctor Eduard Vieta, jefe de Servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic de Barcelona y subdirector científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM). Tratamientos no invasivos o poco invasivos que, por cierto, son altamente eficaces, dado que los administrados por vía inhalatoria “son de acción ultrarrápida”, asegura el doctor.
Por primera vez a nivel mundial, 24 psiquiatras de renombre internacional -entre los cuales figura Vieta como coordinador-, realizan un llamamiento a la comunidad médica y a la sociedad en general mediante el documento de consenso ‘Evaluación y manejo de la agitación en psiquiatría’[1], presentado en el XXIV Congreso Europeo de Psiquiatría. El informe lucha contra la estigmatización de los enfermos mentales proponiendo una alianza terapéutica médico-paciente, dándoles voz por primera vez a los segundos, con el fin de devolverles su calidad de vida y facilitar su reinserción social mediante tratamientos no invasivos. Además, “dotar a las familias de información, entrenamiento en desescalada verbal e, idealmente, de medicamentos fáciles de usar y de acción rápida en el propio domicilio sería la fórmula ideal para tratar y prevenir” los cuadros de agitación de los pacientes con trastornos mentales, aduce Vieta.
-Se estima que 9 de cada 10 pacientes con esquizofrenia o trastorno bipolar sufren episodios de agitación y que los sufrirán a lo largo de toda su vida. ¿Hay otros trastornos mentales que también propicien tales episodios de agitación?
Sí, también los pacientes con adicciones pueden tener crisis de agitación asociadas tanto a intoxicaciones como a abstinencia del consumo de drogas, y muchos trastornos neuropsiquiátricos, como la enfermedad de Alzheimer, se asocian a agitación.
-¿El documento de consenso también incluye a estos pacientes con agitación que no sufren ni esquizofrenia ni trastorno bipolar?
El documento de consenso concierne a la agitación en pacientes con enfermedades mentales, y por tanto incluye muchas más patologías, pero no incluye las demencias y otras patologías neurológicas. En cualquier caso, el 90% de las recomendaciones del consenso serían aplicables a todas las formas de agitación.
-¿Se sabe por qué aparece un cuadro de agitación?
Sí, se sabe bastante de los factores precipitantes y de los cambios biológicos que se producen durante la agitación, pero también es cierto que no es fácil de prevenir. De hecho, el consenso hace mucho énfasis en la prevención.
-La agitación es un proceso que comienza en una curva de intensidad baja y que progresivamente va en ascenso. ¿Cuál es el primer indicio que nos debe alarmar?
Cambios en el lenguaje no verbal, postura corporal, inquietud, ansiedad, elevación del tono de voz, poco contacto ocular, suspiros, desazón, desconfianza, etc. Es más fácil detectarla a tiempo si ya se ha producido en otras ocasiones. Algunos pacientes aprenden a detectarla y son los primeros en avisar.
-¿Así pues, el propio paciente tiene herramientas para darse cuenta de que está empezando a sufrir uno de esos episodios?¿Puede entrenársele para que aprenda a pedir ayuda a su entorno cuando se dan esas condiciones?
Efectivamente, es lo que se llama psicoeducación, que es una herramienta fundamental, tanto para el paciente como para su entorno inmediato.
-¿Los pacientes pueden quedarse en la fase leve, sin avanzar en la escalada de alteración, hasta que remite el episodio y sin que haya sido necesario aplicar un tratamiento?
Puede ocurrir, pero es más común que se produzca un escalado de la intensidad de la agitación. Para evitar medicar innecesariamente, el consenso internacional aboga por los tratamientos menos invasivos, como técnicas de desescalada verbal o tratamientos farmacológicos como la loxapina inhalada.
-Ustedes defienden que ha de ser en un grado de agitación moderado cuando se debe tratar al paciente con tratamientos no invasivos, terapia que como usted señala se divide en dos grandes grupos: la desescalada verbal (hablar con el paciente para que poco a poco se vaya calmando) y los nuevos tratamientos no invasivos. ¿En lo concerniente a la desescalada verbal, sólo puede conducirla un psiquiatra o bien el entorno del paciente está capacitado para ello?
La desescalada verbal la puede aplicar cualquier persona que haya recibido un cierto entrenamiento para ello (psiquiatras, psicólogos, enfermeros e incluso familiares).
-¿Por lo que respecta a los nuevos tratamientos no invasivos, qué más nos puede contar acerca de ellos?
Los tratamientos no invasivos pueden ser por vía oral, que son cómodos de tomar pero lentos de acción, sublinguales (un poco más rápidos pero sólo para unos pocos fármacos que se absorben por esa vía), e inhalados, que son de acción ultrarrápida.
-¿Qué ventajas presentan estos nuevos tratamientos no invasivos con respecto a los tratamientos estándar?
Respetan mejor la autonomía del paciente, comportan una absorción más predecible y menos riesgos, y en el caso de la vía inhalada, son rapidísimos.
-Hoy en día se sabe que los pacientes con agitación sufren mucho. ¿Sufren de igual modo los que presentan alteración leve, moderada o grave, o bien el padecimiento es también gradual y escalonado, es decir, que quienes sufren más son los casos graves, teniendo en cuenta que estos pacientes pueden acabar sedados en algún servicio de Urgencias?
La agitación se parece al dolor, y cuánto más grave, más sufrimiento comporta, pero la agitación leve y moderada supone una oportunidad de evitar el escalado a la agitación grave y las consecuencias que ello acostumbra a comportar, en forma de tratamientos involuntarios, contención mecánica y riesgo de daño al paciente, a su familia, a otros pacientes y a los profesionales sanitarios.
-¿Qué repercusiones tienen este tipo de alteraciones para los cuidadores o entorno afectivo de los pacientes?
La agitación de un ser querido es una de las situaciones más estresantes que se puedan imaginar. Se mezclan el temor a sufrir una agresión y el miedo a que el familiar agitado se haga daño o acabe causando daños a terceros. Dotar a las familias de información, entrenamiento en desescalada verbal e, idealmente, de medicamentos fáciles de usar y de acción rápida en el propio domicilio sería la fórmula ideal para tratar y prevenir estos cuadros que causan tanto sufrimiento personal.
Referencias
1. Assessment And Management Of Agitation In Psychiatry: Expert Con-Sensus