Redacción Farmacosalud.com
Según los resultados del Estudio de Intervención de la Presión Arterial Sistólica (SPRINT), controlar los niveles de hipertensión por debajo de lo comúnmente recomendado (120mmHg en lugar de 140 mmHg) en pacientes mayores de 50 años con riesgo cardiovascular elevado reduce las tasas de enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio, el ictus, la insuficiencia cardiaca aguda o el síndrome coronario agudo hasta un 25%. Además, según las conclusiones de este estudio, presentadas en Valencia durante la sesión de clausura de la XXI Reunión de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), mantener la presión sistólica en 120 mmHg en este tipo de pacientes también disminuye un 38% el riesgo relativo de insuficiencia cardiaca, un 43% el de muerte de causa cardiovascular y un 27% el de muerte de cualquier causa.
Según los investigadores de este estudio, diseñado por el National Heart, Lung, and Blood Institute (NHLBI), una presión sistólica de 120 mm Hg, mantenida por una intervención más intensa sobre la presión arterial, podría ayudar a salvar vidas entre los adultos de 50 años o mayores que tienen una combinación de presión arterial alta y por lo menos otro factor de riesgo de enfermedades del corazón. En ese sentido, Julián Segura, presidente de SEH-LELHA y moderador de dicha sesión de clausura, ha destacado que “el estudio SPRINT reabre el debate sobre los objetivos de control tensional recomendados en el paciente hipertenso, que en los últimos años han sido más conservadores”.
El control tensional “tan estricto” de 120 mmHg, difícil objetivo
“Es cierto que varios estudios previos y el propio SPRINT muestran que un descenso adicional de la presión arterial aumenta el riesgo de hipotensión sintomática o de un empeoramiento leve de la función renal”, informa, añadiendo que “este riesgo es mayor en aquellos pacientes más frágiles, aquellos con mayor afectación cardiovascular, pero nuestra tarea como clínicos será identificar a todos aquellos con menos fragilidad y valorar la posibilidad de intensificar su tratamiento antihipertensivo para alcanzar cifras tensionales más bajas”. No obstante, Segura ha comentado que “un objetivo de control tensional tan estricto como 120 mmHg supone un importante esfuerzo terapéutico, a veces inalcanzable. El propio estudio SPRINT mostró que más del 50% de los pacientes tratados de forma más intensiva no redujo sus cifras de presión sistólica por debajo de 120 mmHg, pero aun así se observaron los efectos beneficiosos de dicha reducción”.
El estudio SPRINT, que comenzó en el otoño de 2009, incluye a más de 9.300 participantes de 50 años de edad en adelante, inscritos en cerca de 100 centros médicos y prácticas clínicas en los Estados Unidos y Puerto Rico, han informado fuentes de SEH-LELHA.