Redacción Farmacosalud.com
Está demostrado que el consumo de gluten induce a la aparición de los síntomas de la celiaquía (intolerancia al gluten), por lo que las personas que padecen esta alteración deben llevar una dieta libre de dicha proteína. Lo que no está ya tan claro es que la ingesta de gluten sea el único desencadenante de una nueva enfermedad, la llamada sensibilidad al gluten no celíaca, según remarca el doctor Javier Molina-Infante, gastroenterólogo del Hospital San Pedro Alcántara (Cáceres) y coordinador del Grupo de Apoyo a la Investigación de la Asociación Española de Gastroenterología (AEG): “Existen dos ensayos clínicos italianos recientemente publicados utilizando la estrategia postulada en la conferencia de 2015. Ambos estudios han evidenciado que únicamente el 15%-33% de los pacientes presentaron más síntomas con gluten que con placebo y, por tanto, pudieron ser categorizados como pacientes con sensibilidad al gluten no celíaca”.
“Por tanto -prosigue el doctor-, parece que el gluten es el verdadero culpable de la sintomatología en un porcentaje minoritario de estos pacientes”. Según añade Molina-Infante, las investigaciones “sugieren que los fructanos (hidratos de carbono del trigo) en conjunción con otros carbohidratos fermentables pueden ser los culpables de la sintomatología en un porcentaje elevado de pacientes con sensibilidad al gluten no celíaca”, de lo que se deduce que “la sensibilidad al gluten no celíaca es en realidad un cajón de sastre en el que se ha metido a pacientes que probablemente presentan entidades clínicas diferentes con pronóstico y necesidad de restricciones dietéticas completamente distintas”.
Sin lugar a dudas, la creciente sensibilización ciudadana ante los casos de celiaquía ha influido en el hecho de que el gluten haya adquirido una cierta mala fama entre sectores de población que no son celíacos, a pesar de que no esté científicamente demostrado que ingerir alimentos exentos de esta sustancia sea más sano para los no celíacos. “Se estima que el 44% de las personas que consumen productos para celíacos los toman por motivos distintos a síntomas de enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca, principalmente por ser más saludables y para perder peso. En mi opinión, no hay estudios que demuestren que sean más saludables para personas no celíacas”, asevera el especialista. La sensibilidad al gluten no celíaca es uno de los temas abordados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) durante la XII Reunión de Controversias y Novedades en Alergia (CYNA).
-¿La sensibilidad al gluten no celíaca (enfermedad nueva no alérgica) se puede confundir con la celiaquía (intolerancia al gluten) y la alergia al trigo? ¿Y la celiaquía, se puede confundir con la alergia al trigo y viceversa?
Las tres entidades se pueden manifestar con síntomas intestinales y extraintestinales de manera simultánea. Respecto a las manifestaciones intestinales, la enfermedad celíaca, la alergia al trigo y la sensibilidad al gluten no celíaca pueden presentar exactamente los mismos síntomas (dolor abdominal, diarrea, hinchazón, meteorismo*). Se ha sugerido, aunque este criterio es poco preciso y variable según los pacientes, que podrían diferenciarse por el tiempo transcurrido entre la ingesta del alimento y el inicio de los síntomas (minutos u horas en caso de alergia al trigo, horas o días en el caso de la sensibilidad al gluten no celíaca y días o semanas en el caso de la enfermedad celíaca).
De igual manera, la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca presentan una constelación similar de síntomas extraintestinales (cansancio, dificultad para la concentración, cefalea, dolores musculoesqueléticos, adormecimientos de manos y pies, lesiones cutáneas), mientras que estas manifestaciones en la alergia al trigo suelen ser alérgicas y pueden afectar al sistema respiratorio (edema de glotis, asma) o a la piel (urticaria). Por tanto, la enfermedad celíaca y la sensibilidad al gluten no celíaca son indistinguibles desde un punto de vista clínico, al presentar los mismos síntomas intestinales y extraintestinales.
-¿Cuál es el perfil mayoritario de personas con sensibilidad al gluten?
Mayoritariamente mujeres jóvenes, entre los 30 y 40 años, que han visitado a muchos especialistas previamente durante años por hinchazón, gases, dolor abdominal o cambios del ritmo intestinal, asociados con otros síntomas extraintestinales como cansancio o cefalea, y habitualmente con un diagnóstico previo inespecífico de colon irritable.
-Pese a incluir al gluten en el nombre de esta enfermedad (sensibilidad al gluten), se desconoce si es esta proteína del trigo, o bien otras proteínas distintas o los hidratos de carbono (fructanos) los que desencadenan la sintomatología. ¿Existe alguna investigación en curso que intente aclarar este enigma?¿Por qué cuesta tanto encontrar el origen de la patología?
La última conferencia de consenso sobre el diagnóstico de la sensibilidad al gluten no celíaca, publicada a mediados del 2015, ha establecido que para asegurar que el gluten es el culpable se debe realizar en estos pacientes un ensayo clínico aleatorizado, doble-ciego, comparando la ingesta de gluten con una sustancia placebo, pudiéndose asignar el diagnóstico de sensibilidad al gluten no celíaca a aquellos pacientes que cuantitativamente presentan un 30% más de síntomas con gluten que con una sustancia placebo.
Existen dos ensayos clínicos italianos recientemente publicados utilizando la estrategia postulada en la conferencia de 2015. Ambos estudios han evidenciado que únicamente el 15%-33% de los pacientes presentaron más síntomas con gluten que con placebo y, por tanto, pudieron ser categorizados como pacientes con sensibilidad al gluten no celíaca. El 50% de los pacientes presentaron los mismos síntomas con gluten que con placebo y hasta un 33% más síntomas con placebo que con el gluten. Leído de manera inversa, estos estudios pusieron de manifiesto que el gluten no era el elemento culpable en el 66%-85% de los pacientes con sospecha clínica de sensibilidad al gluten no celíaca. Por tanto, parece que el gluten es el verdadero culpable de la sintomatología en un porcentaje minoritario de estos pacientes.
De igual manera, existen al menos dos ensayos clínicos italianos con resultados preliminares presentados en diversos congresos, donde se ha demostrado que la eficacia de una dieta con bajo contenido en hidratos de carbono fermentables (FODMAPs, incluyendo lactosa, fructosa, fructanos, galacto-oligosacáridos y polioles) es significativamente superior en pacientes con sospecha de sensibilidad al gluten no celíaca, cuando se compara con la dieta sin gluten. Por tanto, estos estudios sugieren que los fructanos (hidratos de carbono del trigo) en conjunción con otros carbohidratos fermentables pueden ser los culpables de la sintomatología en un porcentaje elevado de pacientes con sensibilidad al gluten no celíaca.
Es difícil encontrar el verdadero culpable de la sensibilidad al gluten no celíaca porque el trigo es un cereal complejo con muchos componentes, de los cuales sabemos con certeza que al menos tres proteínas diferentes (gluten, inhibidores de tripsina/alfa-amilasa y aglutininas del germen de trigo) y un carbohidrato (fructanos) pueden producir síntomas gastrointestinales similares a los presentes en la sensibilidad al gluten no celíaca.
-Se postula que entre el 5%-10% de la población general puede ser sensible al gluten, si bien los primeros ensayos clínicos -como usted señalaba- han demostrado que sólo entre un 15%-33% de los pacientes con sospecha de sensibilidad al gluten no celíaca desarrollan más síntomas con esta proteína que con una sustancia placebo. ¿Qué opina al respecto?
Aunque pareciera que los estudios son contradictorios con la realidad, mi opinión es que reflejan a la perfección cómo la sensibilidad al gluten no celíaca es en realidad un cajón de sastre, en el que se ha metido a pacientes que probablemente presentan entidades clínicas diferentes con pronóstico y necesidad de restricciones dietéticas completamente distintas.
-La sensibilidad al gluten se diagnostica por exclusión, es decir, sólo se puede realizar tras haber descartado la enfermedad celíaca y la alergia al trigo. Actualmente, el diagnóstico de celiaquía puede tardar alrededor de unos 6 meses para la población pediátrica y en el caso de los adultos una media de unos 8-9 años. ¿Cuánto se tarda de media en diagnosticar una sensibilidad al gluten?
No se ha estimado aún, pero al ser una enfermedad nueva y poco conocida por los médicos, el retraso diagnóstico es obviamente mucho mayor que en la celiaquía. De hecho, cabe destacar que, a diferencia de la enfermedad celíaca, en muchas publicaciones se ha demostrado que la sospecha diagnóstica no nace del médico, sino principalmente del propio paciente y de su observación empírica de mejoría con la dieta sin gluten.
-Las ventas de alimentos sin gluten se han multiplicado por seis en la última década, y ya hay más consumidores -de estos productos- no celiacos que celiacos. ¿Han detectado que haya personas perfectamente adaptadas a esta proteína -y que por tanto no padezcan ningún síntoma- que consuman alimentos sin gluten únicamente porque piensan que son más sanos? ¿Si es así, si lo han detectado, qué les diría usted?
De hecho, se estima que el 44% de las personas que consumen productos para celíacos los toman por motivos distintos a síntomas de enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten no celíaca, principalmente por ser más saludables y para perder peso. En mi opinión, no hay estudios que demuestren que sean más saludables para personas no celíacas, más bien hay estudios que no demuestran ventajas de unos alimentos frente a otros, e incluso existen dudas acerca del alto contenido graso de algunos de estos productos para celíacos.
-¿Qué tratamientos no farmacológicos y farmacológicos proceden para las personas con sensibilidad al gluten?
En primer lugar, reevaluar si se realizó un despistaje adecuado de enfermedad celíaca (ingesta adecuada de gluten, estudio genético, biopsias duodenales con técnicas complementarias) y repetir el proceso diagnóstico en caso de dudas. Una primera revisión sistemática ha evidenciado que hasta el 20% de los pacientes con sensibilidad al gluten no celíaca fueron diagnosticados de enfermedad celíaca tras usar pruebas diagnósticas especiales o repetir el estudio con una ingesta suficiente de gluten (el bajo consumo de gluten, presente ya en uno de cada tres estadounidenses, puede atenuar las alteraciones analíticas e intestinales necesarias para el diagnóstico de la enfermedad celiaca).
Una vez descartada adecuadamente la enfermedad celíaca, se deben acotar las restricciones dietéticas a las menores necesarias, según la tolerancia del paciente. No existe ningún dato que apoye la necesidad de una dieta estricta y continuada sin gluten en pacientes con sensibilidad al gluten no celíaca. Se debe valorar la tolerancia a panes artesanos (con masa madre y horneados con tiempos de fermentación más prolongados), a panes de espelta (bajo contenido en carbohidratos fermentables) y a otras fuentes de gluten distintas del trigo (avena, centeno, cebada). De igual manera, es aconsejable evaluar intolerancia a otros hidratos de carbono (lactosa, fructosa, fructanos y galacto-oligosacáridos -por ejemplo, cebolla, ajo, puerro, legumbres- y polioles), ya que los carbohidratos fermentables pueden tener efectos aditivos cuando se combinan en la dieta.
-¿Cuál es el pronóstico de esta enfermedad?¿Su persistencia y agravamiento puede degenerar en otros trastornos o afecciones?
Se trata de una enfermedad nueva y su pronóstico a medio-largo plazo es desconocido. En principio, parece una enfermedad de curso benigno que no predispone a otros trastornos o enfermedades.
* Meteorismo: “El meteorismo es un cuadro clínico debido a un exceso de gas dentro del intestino, y al aumento de la sensibilidad de las paredes de éste a la distensión”.
Ramos Zabala F., Moreno Almazán L.. Meteorismo. Rev. esp. enferm. dig. [revista en la Internet]. 2005 Feb [citado 2016 Feb 02] ; 97(2): 137-137. Disponible en: http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1130-01082005000200009&lng=es.