Redacción Farmacosalud.com
A los molestos sabañones se les puede ‘pisar’ cuando aparecen en los pies y quiere practicarse deporte. Eso sí, deben cumplirse una serie de condiciones. De entrada, hay que tener en cuenta que la aparición de sabañones está asociada a los rigores del frío, de manera que “hacer ejercicio es un mecanismo natural para generar calor por actividad muscular”, explica la doctora Mireia Serrano, responsable de Dermatología de la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria (CAMFiC). En otras palabras, el deporte vendría a ser una especie de método preventivo frente a esas lesiones. El problema surge cuando los sabañones ya se han manifestado, por ejemplo en los pies. ¿Se desaconseja en esas circunstancias correr o hacer senderismo, actividades que requieren notables esfuerzos podales? “Es importante salvaguardarse del frío y mantener la piel seca y limpia. Si la sintomatología asociada a las lesiones no lo impide y teniendo en cuenta todo lo anterior, no tiene por qué desaconsejarse” la práctica de ejercicio físico, responde la doctora. Lo dicho, deben cumplirse una serie de condiciones, entre ellas que los síntomas no deriven en un dolor manifiesto.
Lo mismo puede decirse de la aparición de sabañones en las manos: ¿Hay que limitar alguna actividad en esos casos? “Lo importante no es la actividad que se realice, sino en las condiciones de humedad y temperatura en las que se realice dicha actividad”, aclara Serrano.
El aura misteriosa de los sabañones
Sabañones es el nombre popular con el que se conoce al eritema pernio o perniosis, afección que ha sido calificada de ‘enfermedad misteriosa’[1]. “Como en muchas otras enfermedades -asegura la doctora-, la ciencia todavía no ha podido esclarecer la etiopatogenia cierta de estas lesiones. Aunque parezca mentira, aún no se sabe por qué el frío es responsable del desarrollo de las mismas. Parece obvio que se trata de una respuesta vascular anómala al frío, que por vasoespasmo o vasoconstricción provocaría una hipoxemia y ésta estimularía una respuesta inflamatoria que daría lugar a las lesiones cutáneas. Pero también se han postulado posibles agentes etiológicos tales como la presencia de autoanticuerpos, hiperviscosidad o daño endotelial de la microcirculación, así como alteraciones en las respuestas protectoras de la piel delante del frío, lo que explicaría la predisposición de estas lesiones en determinadas personas”.
Las mujeres de entre 15 y 30 años de edad son más propensas a sufrir sabañones. De hecho, “el sexo femenino, la malnutrición, tener un bajo índice de masa corporal y padecer anorexia nerviosa parecen factores relacionados con presentar una vasorreacción anómala”, refiere la experta de CAMFiC. Las personas en las que es más habitual que aparezca un eritema pernio deben tomar las siguientes precauciones: sobre todo, evitar los desencadenantes, obviamente el frío. En paralelo, debe insistirse en la adopción de medidas protectoras contra las bajas temperaturas, como abrigarse y aclimatar bien la casa y la zona de trabajo, proteger las manos y los pies con guantes y calcetines, así como las orejas con gorro u orejeras y la nariz con bufanda. También hay que mantener la piel limpia y seca, porque así se disminuye la pérdida de calor.
La perniosis, asimismo, “es un motivo más para dejar de fumar”, ya que “la nicotina aumenta la respuesta anómala al frío”, advierte la doctora Serrano.
La perniosis primaveral, muy característica en niños
Aunque los sabañones aparecen con más frecuencia en mujeres de entre 15 y 30 años, son unas lesiones que pueden manifestarse a cualquier edad. Sin ir más lejos, existe una forma de perniosis, muy característica en niños, llamada perniosis primaveral. Esta variante de la patología presenta “recidivas de lesiones induradas en pabellones auriculares, muy pruriginosas, formando en ocasiones costras y ulceraciones y que desaparecen al llegar a la edad adulta[2,3]”, afirma.
A juicio de la facultativa, en la mayor parte de los casos el diagnóstico clínico del eritema pernio o perniosis “es fácil, aunque pueden existir presentaciones atípicas que pueden dificultarlo”. Hay múltiples patologías descritas en el diagnóstico diferencial del eritema pernio: entre las más comunes se encuentran el síndrome de Raynaud, lupus pernio, la paniculitis por frío, acrocianosis, eritema multiforme, rosácea extrafacial, condrodermatitis nodular del hélix, diferentes discrasias sanguíneas, el síndrome de Gianotti-Crosti y un largo etcétera[2].
En la mayoría de casos, los sabañones son perniosis primarias o idiopáticas, es decir, de causa desconocida. También están las perniosis secundarias, asociadas a trastornos sistémicos, principalmente criopatías y lupus eritematoso. “El eritema pernio secundario puede asociarse a múltiples causas, tales como lupus eritematoso sistémico, síndrome antifosfolípido, hepatitis viral, artritis reumatoidea, criofibrinogenemia, hipergammaglobulinemia, enfermedad de Crohn, fenómeno de Raynaud, leucemia mielomonocítica crónica, sida, metástasis de carcinoma de mama, reacción a medicamentos e incluso celiaquía. Como se puede apreciar, el pronóstico dependerá de la gravedad de la enfermedad de base, del estadio de la misma, de la posibilidad de tratamiento y de factores individuales[2]”, describe la doctora Serrano.
Los sabañones, tanto primarios como secundarios, pueden ser crónicos
Hay que tener en cuenta que los sabañones, tanto primarios como secundarios, pueden ser crónicos. Esto ocurre cuando persisten las lesiones -apareciendo cicatrización y atrofia de la piel-, algo que puede observarse incluso cuando las temperaturas no son bajas.
En cuanto a los tratamientos existentes para las perniosis primarias o idiopáticas y las perniosis secundarias, Serrano insiste “en la importancia de las medidas protectoras contra el frío y la importancia de evitar los desencadenantes, incluida la humedad y la nicotina. También es imperativo el tratamiento de la enfermedad subyacente en individuos con una perniosis secundaria. Reservamos la terapia farmacológica para aquellos casos más rebeldes o severos. Se utilizan corticoides tópicos de potencia media o alta y, en los casos más graves, el nifedipino oral a dosis 10-20mg/8h, que es el fármaco con más evidencia, aunque también con efectos secundarios frecuentes, como cefalea e hipotensión. También se han descrito otras terapias como prednisona oral, prazosina, pentoxifilina, nicotinamida, minoxidil tópico o tacrolimus tópico”.
Referencias
1. Tobón MX, Rodríguez G. Eritema pernio: una enfermedad misteriosa.Rev CES Med 2013; 27(1): 113-126 (http://www.scielo.org.co/pdf/cesm/v27n1/v27n1a13)
2. Lotero Acevedo, María Cristina. Perniosis. Rev CES Med Vol.14 No 2 Julio - diciembre 2000.
3. J. Peyrí. Dermatosis de causas físicas. Protocolos diagnósticos y terapéuticos en dermatología pediátrica.214.
(http://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/dermatosisfisicas.pdf)