Redacción Farmacosalud.com
“Hay que tener en cuenta que en España la edad de inicio en el consumo de tabaco ronda los 12-13 años y que a partir de los 23-24 años la cifra de la prevalencia de tabaquismo es alta. Días atrás teníamos un paciente ingresado en nuestra planta por una neumonía complicada con derrame pleural. El paciente, de 21 años de edad, vino él mismo a buscarme porque le habían comentado que yo estaba de guardia y me pidió ayuda para dejar de fumar. En las consultas vienen personas jóvenes que te solicitan ayuda por determinadas circunstancias. Hay un incremento de adolescentes y jóvenes que quieren dejar de fumar y que piden ayuda médica. Lógicamente, en los últimos años ha habido una sensibilización, se ha alertado sobre los problemas que puede acarrear el tabaquimso y eso también ha influido en las decisiones vinculadas al abandono de este hábito”. Son palabras del doctor Juan Antonio Riesco, coordinador del Año SEPAR de la EPOC y el Tabaco de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
Por cierto, el doctor Riesco confirma que sí, que es cierto que cuando llega el 1 de enero de cada año se percibe un incremento de las personas que se proponen olvidarse de los cigarrillos: “Es verdad, sí que hay un mayor número de decisiones en este sentido. Dejar de fumar es el mejor propósito no solamente para el año 2016 sino que es la decisión más saludable que cualquier persona pueda tomar a lo largo de su vida. Hay una serie de periodos estacionales donde parece que uno los vincula más a cambios, a modificaciones en el estilo de vida: vamos a hacer ejercicio físico, vamos a controlar más los temas dietéticos, vamos a estudiar idiomas, vamos a dejar de fumar…”
Diferencia entre plantearse dejar de fumar y querer dejarlo porque urge
La experiencia es un grado y los neumólogos son capaces de intuir a aquellos pacientes que manifiestan tener ganas de abandonar el tabaco pero que finalmente no lo dejarán, y también a aquellos que realmente están firmemente decididos a dejarlo y que finalmente lo conseguirán. “Tenemos una serie de datos y de herramientas en la consulta con las que valoramos directa e indirectamente lo que es el concepto motivación. De hecho, hay entrevistas motivacionales”, comenta Riesco.
Los expertos distinguen dos gran perfiles de personas que pretenden olvidarse de los cigarrillos para siempre: por un lado, aquellos pacientes que se plantean dejar de fumar en un momento determinado y por un determinado criterio, y por otro lado aquellos pacientes que necesitan dejar de fumar porque les urge. “Y esta distinción tiene mucho que ver con el nivel de motivación”, afirma el neumólogo. A lo que añade: “Lógicamente, el tema de la necesidad o urgencia está casi siempre vinculado a temas de salud importantes, temas que afectan a la calidad de vida y a la supervivencia, mientras que las motivaciones que llevan a plantearse el abandono del tabaco puede estar relacionadas con la belleza, con el ahorro económico, con la presión familiar, social, etc.”.
Por lo tanto, de las palabras del doctor se deduce que el sujeto más motivado sería aquel al que le urge abandonar el hábito tabáquico por razones de salud.
Perfil mayoritario de persona que quiere dejar de fumar: hombre de 55-60 años
En la intención de dejar de fumar también influye la edad. De acuerdo con los estudios epidemiológicos existentes, “a partir de los 55-60 años los pacientes van dejando de fumar y ahí ya empiezan a influir una serie de variantes. Una de ellas es que el paciente puede empezar a notar problemas de salud, como por ejemplo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). El tema de la EPOC nos afecta directamente porque nosotros tenemos estudios que nos dicen que 1.600.000 personas en España pueden tener EPOC o la tienen pero no lo saben. ¿Por qué les ocurre esto? Porque no han tenido la percepción de que determinados síntomas como la dificultad respiratoria, la tos o la expectoración pueden ser signos de alarma en un paciente fumador, o sea, signos de sufrir EPOC”, señala el miembro de SEPAR.
Otro motivo que lleva a algunos individuos de 55-60 años de edad a querer abandonar el tabaco es el concepto de la ‘autosuficiencia’: o sea, “el paciente -asegura Riesco- ve claramente que su vida está dominada por el tabaco, que realmente no es libre y que está cansado, de tal manera que empieza a ver que el tabaco no va a aportarle absolutamente nada”. En resumidas cuentas, con el paso del tiempo y con el devenir de la historia natural del fumador el paciente va madurando la idea de abandonar el hábito tabáquico. Por sexos, en los estratos de edad inferior a los 55-60 años no se presentan diferencias, mientras que por encima de esas franjas existe un predominio de varones que quieren dejar de fumar, sencillamente porque en España a esas edades hay, en cifras totales, un predominio de varones fumadores.
De la teoría a la práctica. Según el doctor Riesco, si un fumador quiere olvidarse del tabaco para siempre a partir del próximo 1 de enero lo que tiene que “hacer es madurar claramente la decisión. El tema de dejar de fumar es un proceso. La historia natural de un fumador se inicia por unos condicionantes, de manera que cuando uno piensa en dejarlo la decisión viene influenciada por una valoración de motivos y lógicamente por un grado de preparación para afrontar esa situación. Yo creo que es importante que uno ponga en una balanza lo que gana o lo que pierde al dejar de fumar. Pero es muy importante también que tenga en cuenta que hay profesionales sanitarios que le pueden ayudar. Y que hay tratamientos que son eficaces”.
Todavía no se sabe si es más fácil dejar los cigarrillos convencionales o los electrónicos
Mediante un comunicado, la SEPAR recuerda que “en el mundo se consumen 15.000 millones de cigarrillos al día”. Las mismas fuentes aseguran que “un cigarrillo contiene más de 600 productos tóxicos como monóxido de carbono, acetona, naftalina, disolventes, cianuro e incluso algún elemento radioactivo; el cigarrillo contiene sustancias como el alquitrán que se descompone en hidrocarburos halicíclicos que son cancerígenos; (el tabaco) es una droga adictiva, según el Ministerio de Sanidad, mientras que los fumadores tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades prevalentes y crónicas como la EPOC y de elevada mortalidad como el cáncer de pulmón”.
Por cierto… ¿es más fácil dejar el tabaco convencional o dejar de ‘vapear’ cigarrillos electrónicos? “Todavía no hay estudios que hayan hecho una comparación. No hay evidencia científica suficiente que a mí me permita argumentar una respuesta a esa pregunta. Lo que sí puedo decir es que el cigarrillo electrónico, tal y como está contemplado en la actualidad, es nocivo para la salud; recientemente se ha publicado un estudio en Estados Unidos donde se apunta que, durante el proceso de ‘vapeo’ a través del atomizador, se detectan sustancias tóxicas para el aparato respiratorio y para la salud en general”, aduce el especialista. “Además, el cigarrillo electrónico mantiene el gesto de fumar. La palabra es ‘vapear’, pero lo que realmente está recordando al fumador es que está manteniendo el gesto. Es algo que no podemos obviar. Fumar a través de un cigarrillo electrónico o fumar tabaco convencional tiene un componente de dependencia gestual que en ambos casos hay que atajar”, asevera.
Actividades de todo tipo en el Año SEPAR de la EPOC y el Tabaco
En 2016 se celebra el Año SEPAR de la EPOC y el Tabaco, entre cuyos objetivos están la sensibilización y concienciación de los perjuicios para la salud del tabaquismo, así como dar a conocer los tratamientos farmacológicos que pueden ayudar a dejar este hábito. Así pues, habrá actividades divulgativas dirigidas a la población general y, en esta línea, ya han sido elaborados dos vídeos: uno de presentación de la campaña y otro en el que se informa sobre lo que es la EPOC y su relación con el tabaquismo. Asimismo, se van a llevar a cabo actividades científicas en las que participarán los principales expertos nacionales e internacionales. Además, “tenemos un proyecto de diseminación autonómica para que nuestros representantes autonómicos de EPOC y Tabaco organicen actividades conjuntamente con sociedades de pacientes”, precisa Riesco.