Redacción Farmacosalud.com
De acuerdo con el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP), en España el cáncer pulmonar es el tumor que registra la mortalidad más elevada: el 20% del total, superior a la suma de las muertes por cáncer de mama, próstata y colon. Diferentes fuentes médicas consultadas coinciden en señalar que, en hombres, el tumor pulmonar es el que más muertes provoca de entre los cánceres, mientras que en mujeres recientemente se ha sabido que también. Con estas cifras en la mano, lo lógico es que la angustia y el temor se instalen en la mente de los afectados por cáncer de pulmón. Aquí es cuando entran en acción los psicooncólogos, cuya principal misión consistirá en, por decirlo de un modo coloquial, cambiar el ‘chip’ de estos pacientes.
Según Miguel Rojas, psicooncólogo del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), mentalmente hablando el enfermo de tumor pulmonar que conoce las estadísticas de letalidad de su enfermedad “inmediatamente se ubica en el 20% de mortalidad” y parece olvidar que, aunque muy bajas, las cifras de curación de esta patología existen y que, en términos de supervivencia, se ha mejorado mucho en los últimos años. Actualmente, la supervivencia a los 5 años tras el diagnóstico se sitúa en torno al 12%, se apunta desde la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN).
En el ámbito de las enfermedades, pensar en lo peor es una reacción normal
“Si te dicen ‘hay un 99% de posibilidades de que todo vaya bien y un 1% de que no’, evidentemente tú lo primero que piensas es que formas parte de ese 1% que no va a ir bien”, explica Rojas. Pensar en lo peor viene a ser una reacción ‘normal’, pero no porque sea ‘normal’ merece ser inalterable: “Cuando te llega una persona a la consulta y te presenta las cifras de mortalidad del cáncer de pulmón, lo primero que hacemos es tratar de normalizar esa situación de angustia, de ansiedad, de estrés… Son cifras que existen, pero al paciente no le han dicho ‘formas parte de ese 20%’, por lo que entonces trabajamos en función de los datos de supervivencia que pueden tener las personas y de los tratamientos que se están dando”, comenta Rojas.
“Por un lado, hay que ‘normalizar’ que sea ‘normal’ pensar que se va a formar parte de ese 20% de mortalidad del total de tumores. Pero, por otra parte, se hace una reestructuración cognitiva del paciente para trabajar con las cifras de supervivencia, lo que va a dar más tranquilidad al enfermo y por supuesto va a mejorar su nivel de afrontamiento de la enfermedad”, subraya el psicooncólogo. Eso sí, “si a lo largo del camino” se confirma al enfermo que “será parte de ese 20%, la intervención psicooncológica sería otra”, remarca el especialista.
A grandes rasgos, el enfoque psicooncológico con el que se trata a un paciente con cáncer pulmonar varía poco respecto al dado a enfermos que padecen otro tipo de tumores, comenta Rojas: “En verdad, las secuelas emocionales no varían mucho entre las patologías. Es verdad que hay algunas en donde a lo mejor se nota más un deterioro físico y hay que abordar otros temas, pero las intervenciones no varían; en unas se puntualiza más sobre el dolor, en otras se puntualiza más sobre el cambio físico… pero aun así, en todos los casos siempre hay que hacer una reestructuración de la vida… en términos generales, las intervenciones no varían mucho”.
El experto señala que, en cualquier tipo de cáncer, un paciente espera que un psicooncólogo le ayude “a gestionar las emociones” derivadas del “momento del diagnóstico, como pueden ser la ira, tristeza o angustia”, y que además le eche una mano a la hora de convivir con la enfermedad. “También esperan -prosigue Rojas- información… un poco somos como un traductor de lo que dicen los médicos; se da información sobre las cosas que se pueden ir presentando en el camino para que, cuando lleguen, no perjudiquen más a nivel emocional. Se trata de que el paciente tenga herramientas para poder afrontar todo eso”, añade.
Avances en diagnóstico y tratamiento del cáncer de pulmón
Coincidiendo con el 17 de noviembre, Día Internacional del Cáncer de Pulmón, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) ha informado mediante un comunicado que en las últimas décadas se ha observado un claro incremento de esta enfermedad en mujeres y en no fumadores. “En su prevención es fundamental el cese del tabaquismo como principal método, por ser el tabaco el agente causal más importante”, indica SEOM, pero también es importante el cribado del cáncer de pulmón “con Tomografía Computarizada de baja radiación” por haber demostrado “una reducción significativa en mortalidad por esta enfermedad, convirtiéndose ambas estrategias en complementarias”.
Según la SEOM, el progreso en el abordaje del cáncer de pulmón se ha producido especialmente en estas dos últimas décadas como consecuencia del mejor conocimiento de sus bases científicas y por los avances tecnológicos incorporados en el diagnóstico y el tratamiento. El diagnóstico del cáncer de pulmón es cada vez más preciso, mejorando su estadificación con la incorporación de recientes técnicas endoscópicas y de imagen. También se ha avanzado a nivel anatomopatológico y molecular con la utilización de nuevas herramientas para la determinación de biomarcadores que identifiquen subgrupos de tumores con pronóstico diferente, y con el estudio de la interacción entre el tumor y su microambiente (vascularización, sistema inmune...).
Esta sociedad médica sostiene que la heterogeneidad tumoral y la optimización en la obtención y análisis de la muestra (NGS, biopsia líquida...) son retos que se plantean hoy en día en relación a esta neoplasia. En el tratamiento se está avanzado en sus diferentes estrategias: cirugía considerando procedimientos endoscópicos, radioterapia incluyendo técnicas de radiocirugía, quimioterapia incorporando el tratamiento de mantenimiento, y terapias dirigidas contra dianas moleculares con y sin biomarcador.
Pero sobre todo -añade la SEOM- hoy el protagonismo de la investigación lo tiene la búsqueda de terapias que actúen específicamente contra dianas moleculares en pacientes con un determinado perfil genómico (biomarcadores) para conseguir una mayor eficacia, junto con el estudio de los mecanismos de resistencia que surgen, intentándose también su bloqueo. Algunos logros ya se han conseguido (mutación EGFR, translocaciones ALK y ROS1), con desarrollo reciente de fármacos inhibidores tirosina quinasa de nueva generación que podrían ser más eficaces, y además existe una activa investigación en otras dianas moleculares: BRAF, RET, MET, KRAS, HER2, HER3....
La inmunoterapia ha demostrado ya en ensayos clínicos que es eficaz en cáncer de pulmón (fármacos inhibidores de los controles inmunes: Nivolumab) y existe un importante número de estudios en marcha para evaluar su potencial antitumoral en todos los estadios e histologías con diseños para múltiples escenarios clínicos con diferentes opciones terapéuticas, encontrándose pendiente la identificación de un claro biomarcador. Las combinaciones y secuencias de las distintas estrategias de tratamiento desempeñan un papel relevante en el abordaje de esta enfermedad en el contexto de una necesaria bien coordinada atención multidisciplinar de los pacientes, se apunta en dicho comunicado.
‘¡Te lo cambio! Un cigarro, una galleta’
Por otra parte, el martes 17 de noviembre y con motivo del Día Mundial del Cáncer de Pulmón, GEPAC, el Grupo Español de Pacientes con Cáncer, ha organizado un recorrido por diversos hospitales de la ciudad de Madrid. Bajo el lema ‘¡Te lo cambio! Un cigarro, una galleta’, GEPAC quiere concienciar a la población del peligro del consumo de tabaco, la causa principal de esta enfermedad. Por eso, se habilita un ‘foodtruck’ en el que la gente puede intercambiar sus cigarrillos por galletas, acompañadas de información médica sobre el cáncer de pulmón. El ‘foodtruck’ hace su recorrido por el Hospital Universitario 12 de Octubre, Hospital Universitario Gregorio Marañón y termina en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz.
‘Cáncer de pulmón: Retos y soluciones. ¿Cómo mejorar la vida del paciente?’
La Fundación MÁS QUE IDEAS organiza el próximo miércoles 25 de noviembre en Madrid la jornada ‘Cáncer de pulmón: Retos y soluciones. ¿Cómo mejorar la vida del paciente?’, cuyo propósito es analizar las principales dificultades que aparecen en la vida del paciente a partir del diagnóstico, y detectar soluciones y propuestas de mejora que permitan una mejor atención a las personas afectadas por esta enfermedad.
Detectar precozmente el cáncer de pulmón utilizando nanotecnología
Finalmente, la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) recuerda e insiste en que la investigación es el único camino para aumentar la supervivencia en cáncer, y mejorar la vida de los pacientes. Por ello, uno de los proyectos singulares financiados por la AECC busca detectar de manera temprana el cáncer de pulmón con un sencillo análisis de sangre a través de una técnica basada en la nanotecnología. En 2015, 23.119 hombres y 5.205 mujeres serán diagnosticados de cáncer de pulmón en España. Y se espera que esta enfermedad la padezcan más de 40.000 personas en 2035. Es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo, y la mortalidad alcanza al 80% de los enfermos.
El proyecto, coordinado por el físico Francisco Javier Tamayo que se lleva a cabo en el Instituto de Microelectrónica de Madrid, permitiría la detección precoz del cáncer de pulmón a través de un análisis de sangre con una técnica mucho más sensible de la que se usa actualmente para la detección de marcadores tumorales. Esta técnica basada en la nanotecnología, aplicada a la población de riesgo, podría aumentar la supervivencia en este tipo de tumor, ya que sería capaz de diagnosticarse en una etapa en la que los tratamientos son mucho más eficaces.
Las células cancerosas ‘fabrican’ proteínas que no se encuentran en las células sanas. Estas proteínas mutantes se convierten de este modo en un excelente rastro para detectar de un modo inequívoco la presencia del tumor en el organismo. Se sabe que una pequeña parte de estas proteínas son secretadas por las células tumorales al torrente sanguíneo.
Según el investigador, “si fuéramos capaces de detectar estás proteínas mediante un análisis de sangre estaríamos dando un paso firme en la detección precoz de la enfermedad. Sin embargo, la sangre es un líquido complejo y denso que contiene multitud de diferentes proteínas y otros constituyentes, de modo que detectar el rastro del cáncer en la sangre es comparable a encontrar una aguja en un pajar. Nuestro grupo ha desarrollado un método para detectar concentraciones ínfimas de proteínas tumorales en sangre”. Este desarrollo es resultado de aunar diferentes enfoques disciplinares tales como la física, la química, la biología y en particular la nanotecnología. El objetivo en los próximos tres años es hacer ensayos clínicos con esta tecnología para la detección de proteínas mutantes del cáncer de pulmón, lo que permitiría detectar diversos canceres a estados tempranos permitiendo un óptimo tratamiento y un muy buen pronóstico.