Redacción Farmacosalud.com
La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema sanitario de grandes magnitudes en España, como lo demuestra el hecho de que el 10% de españoles estén afectados de insuficiencia renal. De ellos, 22.000 pacientes están sometidos a hemodiálisis.
El doctor Rafael García Maset, vocal de la Sociedad Española de Neurología (S.E.N.), aprovecha la celebración del XLV Congreso de la S.E.N para detallar a www.farmacosalud.com lo que nefrólogos e industria sanitaria pueden ofrecer a los pacientes en hemodiálisis: por una parte, “facilitar y mejorar técnicamente los monitores que utilizan los pacientes” en casa para la diálisis con el fin de facilitarles la tarea, lo que supone “poder trasladar una técnica puramente hospitalaria a su domicilio”. Y por otro lado, “utilizar vías de comunicación como es la telemedicina para poder estar más cerca del paciente, incluso estando a distancia”, de tal manera que el enfermo “se note más arropado y más controlado desde su domicilio sin tener la necesidad de ir al hospital”.
Se investiga el desarrollo de máquinas de diálisis portátiles con autonomía propia
El hospital se ha desplazado hasta el hogar de muchos enfermos renales. Cada vez más pacientes pueden dializarse solos. La técnica de limpiar la sangre de sustancias tóxicas utilizando una máquina (diálisis) hace no tantos años era impensable fuera del hospital. Ahora se puede realizar en casa y esto se traduce en muchos detalles que permiten llevar una vida cotidiana más próxima a la normalidad. Por ejemplo, no tener que cambiar de casa o hacer obras en la vivienda cuando se recibe la noticia de que vas a ser un enfermo renal el resto de tu vida.
En España hay unos 50.000 habitantes (1.100 pacientes por millón de población) que realizan tratamiento renal sustitutivo (TRS) en cualquiera de sus modalidades (hemodiálisis un 42,5%, diálisis peritoneal un 5,5% y trasplante renal un 52%), suponiendo un 2-3% del gasto sanitario total fundamentalmente a expensas de la hemodiálisis. Estos pacientes prevalentes aumentan un 3% cada año de forma progresiva. García Maset destaca en un documento difundido por la S.EN. que “las máquinas de diálisis para casa son cada vez más sofisticadas precisamente para que tengan un manejo más simple y las haga útiles a todo tipo de pacientes. Los últimos avances afectan además a la propia casa. Ya no es necesaria la instalación en casa de una planta de aguas. A mucha gente esto le ha significado no tener que cambiar de vivienda y poder seguir viviendo en su hogar de toda la vida. Esto en el caso de las personas mayores es especialmente importante”.
Sobre las nuevas tecnologías, el experto comenta que ya se está investigando en el desarrollo de máquinas de diálisis portátiles con autonomía propia y de un tamaño reducido que permiten ser transportadas o incluso implantadas en el propio paciente (Wearable Artificial Kidney). Y como ejemplo de la libertad que este avance puede llegar a dar a los enfermos renales, García Maset pone como ejemplo que un enfermo renal podría llegar a dializarse en medio de la selva. Para que todo esto sea posible, agrega el nefrólogo, “otro avance capital han sido los nuevos software más ‘amigables’ para los propios pacientes, así como también la novedad de unas cicladoras de diálisis peritoneal que transfieren datos a una tarjeta y en tiempo real para que el nefrólogo pueda analizarlos”.
“La telemedicina, iniciada en los 90 en nefrología, no ha tenido un crecimiento acorde”
“Iniciada en la década de los 90 en el campo de la nefrología, resulta llamativo que pese a los avances tecnológicos tan importantes que hemos vivido desde entonces (internet, smartphones, tablets…), la telemedicina no ha tenido un crecimiento acorde. Las causas deberían ser motivo de reflexión. Pienso que es un tipo de medicina a la que le queda mucho recorrido y que va estar muy presente en la idea de los nuevos modelos asistenciales de acercar la medicina al domicilio del paciente al mismo tiempo de hacerla más sostenible” afirma el doctor García Maset.
A día de hoy, no obstante, pacientes que realizan diálisis peritoneal con cicladora en casa pueden transferir datos clínicos de su tratamiento dialítico desde la cicladora al mismo tiempo que realizan una videoconferencia con su nefrólogo. García Maset pone como ejemplo el Hospital de Navarra, en Pamplona, donde algunos enfermos utilizan este sistema. “Suelen ser gente joven y que viven alejados del Hospital. Los pacientes se realizan la analítica solicitada por su nefrólogo en su Centro de Salud más cercano y a los días se concierta una videollamada en la que, según la técnica de diálisis que realice y el modelo de la cicladora, también se pueden transferir datos clínicos además de hablar y ver al paciente por una webcam. La visita dura unos 15 minutos y es posible, una vez analizados los datos, modificar la pauta de diálisis de manera remota”.
Todavía hay obstáculos que salvar. “Dependemos de la cobertura de internet de la zona y a veces las zonas más rurales alejadas del hospital tienen peor cobertura. Además, está la aceptación por parte de los pacientes. Mejor los jóvenes que los ancianos. Curiosamente, la gente más mayor lo ve como algo negativo, ya que piensan que los aísla más porque tienen menor contacto con el nefrólogo” destaca García Maset.
La telemedicina ayuda a la comunicación especialistas-Atención Primaria
Resulta especialmente importante, según remarca el facultativo, cómo la telemedicina está ayudando a la comunicación del Servicio de Nefrología con los médicos de Atención Primaria como principales demandantes "de nuestra asistencia". Muchos Servicios de Nefrología la utilizan para dar teleasistencia al gran volumen de pacientes que les remite Atención Primaria sin necesidad de citarlos en consulta externa, lo que implica lograr un mayor alcance sin saturar las consultas. También se utiliza para dar asistencia a unidades de hemodiálisis desde el Servicio de Nefrología referente y probablemente en un futuro no muy lejano se vea en la telemedicina una aliada para establecer una canal de comunicación con las unidades trasplantadoras, incluso con otras especialidades afines a la nefrología, como pueden ser las unidades de Cuidados Intensivos, donde se realizan también técnicas dialíticas.
La hemodiálisis domiciliaria supone una prevalencia, según registros de la Sociedad Europea de Nefrología (ERA EDTA) del 2012, de un 0,3% de los pacientes en hemodiálisis, lo que traducido a números serían unos 67 pacientes en toda España. Sin embargo, la incidencia, es decir, la inclusión de pacientes en las diferentes modalidades de TRS ha registrado una estabilidad a lo largo de los 4-5 últimos años de en torno a unos 120 pacientes por millón de población, o lo que es lo mismo, unos 6.000 pacientes nuevos cada año. De estos, aproximadamente el 79% lo realizan en forma de hemodiálisis, el 17% en diálisis peritoneal y el 4% restante como trasplante renal anticipado.