Redacción Farmacosalud.com
El Hospital Clínic de Barcelona apuesta de nuevo por la innovación tecnológica con el quirófano integrado del Servicio de Neurocirugía. Se trata de una instalación que incorpora los últimos avances de imagen intraoperatoria para llevar a cabo intervenciones de gran complejidad y con la mínima invasión para el paciente. Por ejemplo, uno de los aparatos que forman parte del equipamiento es un aparato de resonancia magnética intraoperatoria para cirugías craneales que permite saber si un tumor se ha extraído en su totalidad o no en el mismo momento de la intervención. El Clínic es uno de los pocos hospitales de Europa en contar con este tipo de quirófano y es el único centro europeo involucrado en la evaluación clínica de esta tecnología y en formar a otros neurocirujanos. La puesta en marcha de este quirófano ha sido posible gracias a la colaboración entre el Hospital Clínic y Medtronic, empresa de tecnología médica que fabrica equipamiento y dispositivos quirúrgicos.
Este tipo de quirófano integrado permite realizar cirugías de alta complejidad en el cerebro y en la columna vertebral con la mínima invasión para el paciente, lo que supone una mejor y más rápida recuperación después de la intervención, han informado desde el centro hospitalario. “El objetivo es mejorar las técnicas quirúrgicas y reducir los tiempos tanto de los procedimientos como de la estancia postoperatoria”, explica el Dr. Joaquim Enseñat, jefe del Servicio de Neurocirugía.
Tres elementos principales
El equipamiento, que está en funcionamiento desde hace unos meses, consta de tres elementos principales, todos ellos de Medtronic. El primero es un sistema de navegación, o neuronavegador, que permite planificar con antelación la cirugía y trasladar esta planificación al quirófano. También permite crear imágenes tridimensionales del cerebro mientras se está operando y tener localizada la lesión o la zona que se interviene en todo momento. También está dotado con un aparato de resonancia magnética intraoperatoria para cirugías craneales, lo que permite saber, por ejemplo, si un tumor se ha extraído en su totalidad o no en el mismo momento de la intervención. Gracias a esta tecnología, el cirujano puede saber si el procedimiento ha sido efectivo y en qué grado y ahorrar así futuras operaciones al paciente. El tercer elemento que compone el quirófano es un sistema de escáner, denominado O-arm, que proporciona imágenes intraoperatorias en tiempo real de la anatomía del paciente, tanto en dos como en tres dimensiones. “Su principal aplicación es en la cirugía de columna vertebral, en la que nos permite definir la zona a operar y conocer con exactitud la trayectoria de los tornillos que vamos implantar”, explica el Dr. Enric Ferrer, consultor del Servicio de Neurocirugía e impulsor del quirófano en su anterior puesto de jefe de servicio.
Todos estos sistemas permiten que, una vez terminada la cirugía, se pueda saber in situ la eficacia del procedimiento que se ha realizado. “Disponer de esta tecnología dentro del quirófano nos permite llevar a cabo cirugías mínimamente invasivas y optimizar tanto el tiempo de la intervención como su exactitud, lo que sin duda supone un gran beneficio para nuestros pacientes”, concluye Enseñat.