Redacción Farmacosalud.com
La enfermedad renal crónica es una patología mayoritariamente de origen vascular con una prevalencia creciente en España. Así, los factores de riesgo que favorecen el desarrollo de patología renal son los mismos que se asocian al desarrollo de enfermedad coronaria o cerebrovascular. No obstante, junto a la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, el tabaquismo, la obesidad o la dislipemia, existen otros menos conocidos como puede ser el estilo de vida o los elementos traza presentes en el ambiente y en algunos alimentos. En este sentido, el metilmercurio está siendo estudiado como posible factor de riesgo en el desarrollo de la enfermedad renal crónica y su presencia en determinados alimentos, especialmente pescado, por lo que “es preciso que sea más conocida esta relación para poder realizar recomendaciones adecuadas, reducir los niveles de este metal en sangre y de esta forma disminuir el riesgo de deterioro de la función renal, daño endotelial y posibles eventos cardiovasculares futuros, primera causa de muerte, discapacidad y gasto sanitario en España”, subraya la Dra. Montserrat González Estecha, miembro de la Comisión de Elementos Traza de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC).
Los elementos traza constituyen menos del 0,01% del peso corporal. A pesar de estas cantidades tan bajas, pueden ser esenciales para la salud o tóxicos, pudiendo producir daño en todo el organismo, pero especialmente a nivel neurológico, cardiovascular y renal. Tal y como explica la Dra. González Estecha, determinados elementos traza tóxicos, como el arsénico, el plomo, el cadmio y el metilmercurio aumentan la morbilidad y mortalidad de la enfermedad cardiovascular. Pueden estar implicados en el desarrollo de la aterosclerosis, la diabetes mellitus, la arteriopatía periférica, la coronariopatía isquémica, y en la aparición de ictus o aumentando la presión arterial. Por su parte, los elementos traza esenciales también actúan sobre la enfermedad cardiovascular. Así, la deficiencia de cobre produce dislipemia, mientras que el zinc tiene un papel protector sobre el endotelio que disminuye la susceptibilidad a la aterosclerosis y existe una posible asociación entre el selenio y el riesgo cardiovascular.
El magnesio, importante para la salud de los niños
Dada la relevancia de estos elementos en la salud, la SEQC promueve el conocimiento de los estudios de especiación, la evolución del tipo de especies químicas de interés desde un punto de vista bioquímico y toxicológico, y profundiza en los conceptos de Metalómica y Metaloproteómica. Al mismo tiempo, revisa las técnicas analíticas más relevantes para el estudio de elementos traza e identifica los retos futuros en relación tanto al tipo de muestra a utilizar como al tratamiento de la muestra y la determinación de las especies.
Por otro lado, el magnesio es importante para que los niños crezcan adecuadamente y disfruten de buena salud. Así, el organismo a estas edades lo utiliza principalmente para mantener una mineralización ósea adecuada. Además, tienen una función importante para el buen funcionamiento del sistema inmunológico, de los músculos y del sistema nervioso. Es raro que se produzcan deficiencias de magnesio en los niños, aunque existen algunas situaciones en las que se puede observar, como determinadas patologías renales, enfermedades que cursan con malabsorción intestinal o enfermedades del tiroides y las paratiroides. Alimentos como los plátanos, las bayas (chocolate), verduras de hoja o las legumbres son ricos en magnesio. Una alimentación equilibrada es la base para evitar deficiencias de este nutriente.
Muchos factores relacionados con los elementos traza influyen en el individuo
Los elementos traza esenciales actúan sobre el metabolismo: del ADN, de la energía, hidrocarbonado, lipídico y proteico. También sobre la función redox, inflamación, respuesta inmune, fertilidad y reproducción, crecimiento y desarrollo, hueso, sistema nervioso central, tiroides, eritropoyesis, etc. Producen de manera directa síntomas como la anemia por deficiencia de hierro o de cobre, mientras que otros elementos como el selenio no inducen directamente la aparición de sintomatología clínica, sino que potencia la aparición de ésta. La variabilidad intra e interindividual, tanto de los requerimientos de elementos traza esenciales como la relacionada con la toxicidad que pueden producir, depende de muchos factores genéticos y no genéticos. La edad, el sexo, las situaciones fisiológicas como el embarazo o la menopausia, los hábitos y estilo de vida (otros componentes de la dieta, consumo de alcohol, tabaco, actividad física), el medioambiente, la educación, el lugar de residencia, los factores socioeconómicos y laborales y la interacción existente entre los genes y la dieta son factores a tener en cuenta que determinarán el grado de afectación en la población, han informado fuentes de la SEQC.