Redacción Farmacosalud.com
El número de consultas por síntomas urológicos que recibe el médico de familia ha crecido de forma exponencial en los últimos años. Sin ir más lejos, la hiperplasia benigna de próstata (HBP) afecta a uno de cada cuatro hombres de 50 años, una tercera parte de los de 60 años y la mitad de los mayores de 80 años. Es la enfermedad más frecuente de la próstata, la segunda causa de ingreso por intervención quirúrgica en los varones y el primer motivo de consulta en los servicios de Urología. Según el doctor Antonio Fernández-Pro Ledesma, presidente de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), los médicos de este escalón asistencial manejan las situaciones derivadas de la hiperplasia benigna de próstata (HBP) “cada día con mayor calidad: hay que tener en cuenta que en nuestro país, en el ámbito de la Atención Primaria, se cuenta con todos los medios necesarios para tratar y seguir a estos pacientes con el mayor rigor y calidad”. Para el presidente de la SEMG, la atención que reciben estos pacientes en España “es de calidad" en todos sus escalones asistenciales “y a esto contribuyó de forma decisiva la difusión” de un primer consenso sobre el manejo de la HBP que se elaboró en 2008. Precisamente, ahora el documento se ha actualizado bajo el título ‘Criterios de derivación de HBP para AP 3.0’.
La SEMG, la Asociación Española de Urología (AEU), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), con la colaboración de la compañía GSK, han sido los impulsores del nuevo consenso. “La Asociación Española de Urología (AEU) y las sociedades de Medicina de Familia (SEMERGEN, la SEMG y semFYC) elaboraron conjuntamente un documento de consenso en 2008 que permitía a los distintos profesionales implicados en el manejo de pacientes con HBP una orientación sobre el manejo y seguimiento de la enfermedad. Desde esa fecha a día de hoy cambiaron muchas cosas, aparecieron nuevos fármacos y cambiaron algunos argumentos, por todo esto era necesaria una actualización”, comenta a www.farmacosalud.com Fernández-Pro Ledesma.
Lo más destacado de la actualización, “la metodología”
A juicio del experto, lo más destacado de ‘Criterios de derivación de HBP para AP 3.0’ es “la metodología: las recomendaciones que se presentan en este consenso son el resultado de la búsqueda, evaluación crítica y síntesis de la evidencia científica existente sobre la HBP. Siempre que ha sido posible se ha incluido el nivel de evidencia y el grado de recomendación que sustenta cada una de las recomendaciones”. El presidente de la SEMG añade que la actualización del consenso también servirá para que el paciente de hiperplasia benigna de próstata note “una mejoría clara de su calidad de vida, en el contexto de enfermedad crónica que tiene la HBP”.
El nuevo documento recoge la última evidencia publicada e incluida en las guías internacionales, dando un paso más en la homogenización de los aspectos más prácticos del manejo de esta patología en los diferentes niveles asistenciales, además de aportar criterios de derivación unificados en los casos de HBP complicada o grave. Según fuentes de la SEMG, utilizar un lenguaje común y documentos de consenso actualizados permite la coordinación entre los niveles asistenciales, con el consiguiente beneficio para los pacientes y para la administración sanitaria.
La próstata puede crecer benignamente a partir de los 40 años
A partir de los 40 años, la próstata puede experimentar un crecimiento progresivo de carácter benigno. El resultado es que la uretra queda comprimida, lo que dificulta el paso de la orina y provoca, por tanto, alteraciones al orinar. Aunque en un primer momento puede no notarse ninguna molestia, con el tiempo los síntomas más frecuentes serán: aumento de la frecuencia miccional, tanto de día como de noche, ganas de orinar más imperiosas, disminución en la fuerza del chorro de la orina, goteo, etc. En ocasiones pueden surgir dificultades importantes derivadas de la HBP como la retención aguda de orina (RAO), una obstrucción completa del tacto urinario o la necesidad de cirugía para tratar la HBP. También puede provocar, de manera indirecta, infecciones urinarias, formación de cálculos en la vejiga e incluso un deterioro progresivo de la función de los riñones que, de no ser controlada, puede llevar a la insuficiencia renal. De ahí que sea recomendable que todos los varones se sometan a una revisión periódica a partir de los 50 años.