Redacción Farmacosalud.com
Las prótesis de pene “se han convertido en una opción de tratamiento muy buena” para las personas que sufren de disfunción eréctil, asegura el doctor Enrique Lledó, médico del Servicio de Urología del Hospital Universitario Gregorio Marañón (Madrid). Uno de los grandes logros de este ámbito de la medicina ha sido la reducción del porcentaje de complicaciones postoperatorias inmediatas, sobre todo en paciente diabéticos, derivadas de la cirugía de colocación del implante. Según el urólogo, la tasa de tales complicaciones “siempre había estado por encima del 3-4%”, pero ahora “se ha visto reducida a menos del 0,5%, sobre todo desde que algunos modelos de prótesis, como en este caso las prótesis de AMS, han introducido los recubrimientos antibióticos, lo que llamamos el Inhibizone”.
De acuerdo con el doctor, en España hasta un 50% de los varones de más de 50 años podrían presentar en algún momento de su vida problemas con su función sexual y, de éstos, “un tercio aproximadamente pueden presentar problemas secundarios al trastorno por diabetes”. Habitualmente, la disfunción eréctil suele ser secundaria a un síndrome metadiabético y tanto en el caso de la diabetes insulinodependiente como no insulinodependiente se “precisaría de una evolución mínima de entre 10 y 15 años para ya mostrar normalmente, y de forma evidente, problemas de disfunción sexual”, comenta.
Una cirugía de menos de 60 minutos
Aunque los endocrinólogos “son los mejores especialistas que hay para tratar la diabetes, tanto insulino como no insulinodependiente, puede haber aspectos del síndrome metadiabético como la disfunción eréctil o sexual secundaria” que impliquen la derivación del paciente a un urólogo-andrólogo, remarca Lledó. “Lo ideal es una buena colaboración, una buena transferencia de información y que unos aprendamos de los otros. Eso redunda en beneficio de los pacientes, que es lo más importante”, agrega el urólogo. El tratamiento de la disfunción eréctil tiene una primera etapa: ejercicio, tratamiento farmacológico e incluso psicoterapia. Posteriormente, si se comprueba que el tratamiento farmacológico no tiene efecto o deja de tenerlo, es cuando procedería indicar el implante de una prótesis de pene. Para el doctor, estos dispositivos “se han convertido en una opción de tratamiento muy buena. La cirugía está muy sistematizada, se hace en menos de 60 minutos y el porcentaje de complicaciones postoperatorias inmediatas, especialmente las infecciones -sobre todo en pacientes diabéticos-, que siempre había estado por encima del 3-4%, se ha visto reducida a menos del 0,5%, sobre todo desde que algunos modelos de prótesis, como en este caso las prótesis de AMS, han introducido los recubrimientos antibióticos, lo que llamamos el Inhibizone”. Todo ello permite que los resultados de esta cirugía sean “muy buenos” desde un punto de vista funcional y “óptimos” desde un punto de vista quirúrgico, afirma.
Prótesis de pene: lo más parecido a la situación obtenida con el miembro viril “nativo”
Según Lledó, el grado de satisfacción tras un implante de estas características “es alto” tanto en el paciente como en su pareja. Tanto es así, que más de un 80-85% de pacientes y de sus parejas “aceptarían aconsejar a un amigo” que padeciera problemas similares “seguir este tratamiento”, precisa el doctor. Esos mismos pacientes “incluso se someterían a un segundo tratamiento si el primero no funcionase o dejase de hacerlo”, añade. Por último, el experto detalla lo que el profesional médico debe explicar a quien decida someterse a una cirugía de implante de prótesis de pene: “Sobre todo, debe informar al paciente de manera extensa para que las expectativas del paciente después de la cirugía sean satisfechas; debe explicarle que la longitud del pene no va a ser la misma que en una erección fisiológica; debe explicarle que la consistencia del glande puede ser algo menor, debe explicarle, en definitiva, que debe volver, digamos… a aprender a tener relaciones sexuales en su nuevo escenario”. A criterio de Lledó, la prótesis de pene “es el tratamiento que probablemente más se parece a la situación fisiológica que se obtendría con el pene nativo”.