Redacción Farmacosalud.com
Son absolutamente espeluznantes las imágenes de personas enganchadas al denominado ‘tranq’, también conocido como ‘droga zombi’, ya que, más allá de ser una sustancia potencialmente mortal, sus consumidores permanecen en un estado letárgico, doblados sobre sí mismos, aparentemente dormidos de pie como muertos vivientes. Por ahora el tranq -cuya base es la xilacina- es más bien un producto propio de los Estados Unidos (EE.UU.), sobre todo consumido en la ciudad de Filadelfia, pero siempre surge la duda de si acabará expandiéndose por el resto del mundo, y más concretamente por España. De entrada, las predicciones son tranquilizadoras para los españoles: según el Dr. Emilio Salgado García, responsable de la Unidad de Toxicología Clínica del Área de Urgencias del Hospital Clínic Barcelona, “es altamente improbable” que el tranq llegue a nuestro país, dado que, por el momento, parece que esta devastadora droga no ha despertado el interés de aquellos españoles que toman, ya sea de manera esporádica o bien habitual y siempre con fines recreativos, sustancias estupefacientes.

Dr. Emilio Salgado García
Autoría de la fotografía: @franciscoavia
Fuente: Hospital Clínic Barcelona (IMAGEN DE ARCHIVO)
Pero, ¿cuál es el origen del tranq? ¿qué relación mantiene con opioides como el fentanilo? ¿el tranq tiene un tratamiento específico? El Dr. Salgado tiene las respuestas para estas y otras preguntas y trata de arrojar luz sobre un problema que está sacudiendo las conciencias de la sociedad estadounidense, muy castigada ya por la epidemia de la toma descontrolada de opioides:
¿Cuál es la historia del tranq, o, en otras palabras, de la xilacina?
El concepto ‘tranq’ es un término propio de la calle para denominar a la xilacina. Esta sustancia es un fármaco que se sintetizó en los años 60 como hipertensivo para humanos, pero se descartó por sus efectos sedantes y nunca llegó al mercado. Sin embargo, sus propiedades relajantes empezaron a ser utilizadas y siguen siendo utilizadas para la sedación en veterinaria.
El problema de su mal uso, es decir, su aplicación recreativa en humanos, empezó en Puerto Rico en los años 90 para, posteriormente, unirse a la epidemia de consumo de opioides en los Estados Unidos y Canadá, una grave crisis sanitaria que se arrastra desde hace más de 20 años y que va camino ya de la quinta oleada de su historia. “Curiosamente, en EE.UU. no se declaró una crisis sanitaria por consumo descontrolado de opioides hasta el año 2017”, comenta el Dr. Salgado. El opioide que lidera allí el ranking de popularidad es el fentanilo, que, si bien es una droga que puede adquirirse en el mercado negro, en medicina tiene un uso perfectamente reglado como fármaco analgésico (calmante) y sedante.
¿Qué es el ‘tranq-dope’?
En los últimos 5 años se ha empezado a ver el empleo de xilacina en combinación con el fentanilo, este último un derivado sintético del opio. A esta mezcla se la conoce en ambientes de ocio como ‘tranq-dope’. “El uso conjunto de xilacina con fentanilo, o la xilacina consumida de forma individual, se está convirtiendo en algo muy habitual, de tal modo que ya estaríamos en una nueva oleada -por así decirlo- de la crisis de los opioides, en esta ocasión combinados con la xilacina… la verdad es que en Norteamérica están muy preocupados”, apunta el experto.

Autor/a: zeferli@gmail.com
Fuente: depositphotos.com
¿El tranq ya ha llegado a Europa, y más concretamente a España?
Se han documentado casos en las repúblicas bálticas de Lituania y Estonia vinculados a decomisos de nitazenos, que son unos opioides sintéticos más potentes que el fentanilo y que en esta ocasión también iban mezclados con xilacina. Asimismo, se ha registrado algún caso esporádico en Escocia.
“En España no se ha detectado ninguna llegada de tranq y es poco probable que se vaya a detectar” porque no es una sustancia que haya llamado la atención de los consumidores de estupefacientes, afirma el Dr. Salgado. “Hasta el momento, no se ha encontrado en muestras de alijos decomisados ni tampoco en estudios forenses de cadáveres”, asegura. Con todo, hay que decir que los nitazenos sí que han provocado algunas defunciones en Europa e incluso en España, si bien son casos muy aislados.
¿El fentanilo ha desembarcado en territorio español para su uso recreativo?
Según el facultativo, en España los múltiples estudios de toxicovigilancia realizados revelan que el fentanilo “no está aquí”, es decir, que no se consume de forma habitual como en Norteamérica, por lo que en nuestro ámbito no deja de ser un fenómeno “ultrarresidual”. Todo lo contrario que la cocaína rosa o ‘tusi’ (mezcla de MDMA, ketamina y cafeína), que se ha convertido en la droga de moda en ciertos ambientes lúdicos españoles.
¿El tranq causa llagas muy graves en la piel?
La xilacina es un sedante y relajante muscular que se usa en veterinaria y que, administrada en ciertas dosis, puede causar la muerte a una persona, sobre todo si se toma con otros depresores como los opioides (incluido el fentanilo), el alcohol y las benzodiacepinas. Los consumidores de tranq, en caso de administrárselo regularmente, también pueden padecer llagas dolorosas y difíciles de tratar en la piel y los músculos, lesiones que sin tratamiento pueden dar lugar a amputaciones.
Se cree que la aparición de esas graves lesiones guarda relación con las inyecciones que se aplican los adictos a la xilacina. Cabe destacar que la droga zombi puede ser consumida por todas las vías, o sea, puede ser inhalada, ingerida e inyectada. “Con independencia de que pueda tener cierto efecto citotóxico, la xilacina puede ir acompañada de adulterantes que agravan los efectos de los pinchazos recibidos, hasta acabar generando las llagas. Algo parecido sucedió hace unos 10 años, cuando veíamos a personas procedentes de países del Este de Europa que se inyectaban ‘krokodil’ (desomorfina, un análogo de la morfina) mezclado con adulterantes o disolventes, lo que les causaba unas lesiones cutáneas horribles. Parecía que se les caía la piel… hubo amputaciones”, rememora el responsable de la Unidad de Toxicología Clínica del Área de Urgencias del Hospital Clínic Barcelona.

Autor/a de la imagen: Enric Arandes
Fuente: E. Arandes / www.farmacosalud.com
¿Por qué los adictos al tranq suelen combinarlo con el fentanilo?
Una de las teorías es que el ‘tranq-dope’ busca que la xilacina alargue los efectos del fentanilo, dado que la acción estupefaciente de este último dura menos que otras drogas. A este respecto, el Dr. Salgado prefiere puntualizar que “todavía no se sabe con certeza por qué los consumidores combinan la xilacina con opioides. Parece que la xilacina modifica el efecto del opioide, pero también es verdad que la xilacina parece más fácil de adquirir. No hay ninguna razón concluyente que explique la mezcla de tales sustancias”.
¿El tranq se asocia a ambientes ultramarginales?
Según el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos, la xilacina puede consumirse -como se ha apuntado anteriormente- por vía inyectable, inhalada por vía nasal o ingerida. Además, en una droga barata, muy asequible. Es por todo ello (variedad de administración y facilidad de adquisición por precio) que el tranq parece ir asociado a ambientes ultramarginales. “La persona adicta a un opioide muy potente vive por y para la droga y entra en un círculo vicioso que le empuja a inyectarse cualquier cosa, como la xilacina. El tranq tiene la mortalidad que tiene porque es muy difícil salir de allí, de ese cerco”, sostiene Salgado.
¿Existe algún medicamento que contrarreste los efectos del tranq?
“No hay ningún fármaco que pueda revertir el efecto de la xilacina -contesta el especialista en Toxicología-. Sí que lo hay para revertir el efecto de los opioides, como la naloxona, un medicamento que ha salvado infinidad de vidas en el contexto de la epidemia opioide que sufren los EE.UU. Es cierto que, ante un cuadro provocado por la xilacina, puede probarse con la naloxona, pero por ahora no hay ninguna terapia específica para el tranq, por lo que, básicamente, lo que se hace es aplicar tratamientos de soporte (terapias que tienen como objetivo lograr mejoras frente a los síntomas y evitar complicaciones)”.
¿Existe algún protocolo de desintoxicación para el consumidor o adicto al tranq?
“No. Al ser una sustancia tan novedosa desde el punto de vista recreativo, todavía no se dispone de un protocolo. Además, con los esfuerzos llevados a cabo para la deshabituación por opioides -en los EE.UU. el consumo de opioides constituye un problema mucho mayor que el generado por el tranq-, la xilacina ha quedado un poquito como de lado. Hay algunas experiencias de deshabituación, pero aún no hay un protocolo establecido”.
Otras fuentes bibliográficas
• Krasnavage C, Kudrich C, Salsitz E. Beyond fentanyl: The emergence of xylazine in illicit opioids. JAAPA. 2025 Nov 1;38(11):35-38. doi: 10.1097/01.JAA.0000000000000270. Epub 2025 Oct 28. PMID: 41147522. En web: https://journals.lww.com/jaapa/fulltext/2025/11000/beyond_fentanyl__the_emergence_of_xylazine_in.6.aspx
• European Union Drugs Agency (EUDA): https://www.euda.europa.eu/publications/eu-drug-markets/new-psychoactive-substances/distribution-and-supply/new-opioids_en
• Energy Control. https://energycontrol.org/hay-fentanilo-en-los-mercados-de-drogas-en-espana/




