Redacción Farmacosalud.com
La ovodonación permite ser madres a mujeres que, al tener dificultades para conseguir un embarazo con sus propios óvulos, recurren a los óvulos (gametos femeninos) de una donante. “La ovodonación no ha parado de crecer como indicación médica en reproducción asistida, representando actualmente en torno al 30% de nuestra actividad diaria en IVI. Esto se debe principalmente a los cambios socioculturales, que han condicionado un retraso cada vez mayor en la búsqueda de la gestación y, por tanto, una edad cada vez mayor para poner a prueba la fertilidad”, comenta desde www.farmacosalud.com el Dr. José Landeras, director de la clínica de fertilidad y reproducción asistida IVI Murcia.
Es bien conocido que la condición etaria en la mujer tiene un gran impacto sobre el pronóstico reproductivo, ya que a partir de ciertas edades las mujeres padecen, fisiológicamente hablando, una caída en la reserva ovárica. “Y, lo que es más importante, el factor etario implica también una caída en la calidad de los óvulos. Este declive continuo en la capacidad reproductiva femenina se hace patente a partir de los 38 años de edad, y avanza de manera exponencial a partir de los 40”, detalla Landeras.

Fuente: Grupo IVI / Apple Tree
Cada vez hay menos tabú en torno al procedimiento ovodonativo
El caso es que la maternidad tardía conforma la nueva radiografía social y, por ello, cuando las mujeres deciden dar el paso de quedarse encintas, se enfrentan en muchas ocasiones a la imposibilidad de ser madres con sus propios gametos. Ante esta situación, muchas de ellas optan por tratamientos con óvulos donados, una técnica que cada vez resulta menos tabú en nuestra sociedad, pero en torno a la cual aún hay mucho desconocimiento pese a sus altas tasas de éxito.
“Cuando en consulta se plantea la posibilidad de intentar un embarazo por ovodonación, lo que nos encontramos habitualmente como primera reacción es mucho miedo a lo desconocido. Pero cada vez acuden más mujeres y parejas porque conocen a mujeres o familias que lo comentan con naturalidad, y eso ayuda mucho a romper con el estigma de todo lo que rodea a ser madre gracias a la donación de óvulos. Muestra de ello es que en IVI más de un 30% de nuestras pacientes consiguen ser madres a través de esta opción”, explica mediante un comunicado el facultativo.
Y es que las tasas de éxito de la ovodonación son muy altas debido a la edad biológica del óvulo empleado, llegándose a alcanzar cifras del 99,9% tras 3 intentos. De ahí que, para perfiles de casos complejos, a menudo este procedimiento se convierta en la alternativa más eficaz.

Dr. José Landeras
Fuente: Grupo IVI / Apple Tree
Ovodonación en la sanidad privada a partir de unos 10.000€
Según el Dr. Landeras, la cobertura por parte de la Seguridad Social española de la ovodonación no se sale de las pautas de variabilidad autonómica que rigen en el ámbito de los tratamientos de reproducción asistida (TRA): “hay diferencias importantes entre comunidades autónomas (CCAA) en cuanto a los procedimientos TRA ofrecidos a los pacientes dentro de la medicina pública. En la comunidad autónoma de Murcia, por ejemplo, hasta el momento no se ha incluido la ovodonación dentro de esas opciones”.
En la sanidad privada se puede acceder a la técnica de ovodonación a partir de un desembolso de unos 10.000 euros, si bien el coste definitivo puede variar en función de cada caso en concreto. No obstante, hay que recordar que las tasas de éxito de este método son muy elevadas (llegando a alcanzar un 99% tras 3 intentos), lo que, en cierto modo, acaba suponiendo un ahorro de tiempo y dinero con respecto a otros procedimientos. Tampoco hay que obviar que la alta eficiencia de la ovodonación acaba repercutiendo positivamente, como es lógico, en el estado emocional de los usuarios durante todo el proceso reproductivo.
Así lo viene a decir el director de IVI Murcia: “debemos tener en cuenta que la indicación de la ovodonación se va a establecer cuando el caso clínico ofrece unas expectativas de éxito con óvulos propios muy bajas, debido principalmente a la edad materna avanzada y/o a la baja reserva ovárica, como hemos explicado anteriormente. Una vez establecida la indicación de forma adecuada, las ventajas del programa de ovodonación son muy evidentes, ya que las altas tasas de gestación recortan muy significativamente los tiempos para conseguir un embarazo evolutivo y un recién nacido sano. Esto repercute directamente sobre el número de intentos requeridos para conseguirlo, reduciendo tanto el estrés que acompaña a los intentos fallidos como el coste que implica el tener que realizar múltiples intentos infructuosos”.
Las contraindicaciones, las mismas que las asociadas a otras técnicas de reproducción asistida
Cabe destacar que las contraindicaciones de la ovodonación “se limitan al propio estado de salud de cara a poder asumir un embarazo a término, es decir, tendríamos las mismas contraindicaciones médicas que tenemos para indicar cualquier otra técnica de reproducción asistida”, apunta el Dr. Landeras.
La fertilidad cae una vez pasada la barrera de los 35, por lo que muchas pacientes deciden recurrir a la ovodonación tras no haber podido lograr un embarazo pese a los numerosos intentos llevados a cabo. La media de edad de estos casos supera los 40 años, en concreto, alcanza los 42. Las candidatas suelen ser mujeres cuya reserva ovárica es baja o de poca calidad, o bien presentan alguna condición que complica la posibilidad de poder convertirse en madres con óvulos propios.

Uno de los pasos para la fecundación en laboratorio
Fuente: Grupo IVI / Apple Tree
Varias pautas para la elección de la donante
Además de mujeres con edad avanzada para la gestación, también se ven pacientes con fallo ovárico prematuro o menopausia precoz y mujeres que han pasado por una cirugía ovárica o que tienen una mala calidad ovocitaria de base, bien por padecer alguna enfermedad hereditaria, bien por haberse sometido a un tratamiento de radio o quimioterapia previo. Además, la ovodonación también está especialmente indicada en aquellas pacientes que vienen de un histórico de varios intentos fallidos de FIV (fecundación in vitro) convencional. Para elegir a la donante, se considera:
-la compatibilidad genética
-la compatibilidad del grupo sanguíneo y RH
-las características fenotípicas: color de ojos, piel y similitud facial
“Muchas pacientes sienten curiosidad por detalles que van más allá de la seguridad clínica del proceso. La donación de óvulos es 100% anónima y así lo marca la ley. Pero a nivel de información, siempre proporcionamos el grupo sanguíneo y la edad de la donante, datos necesarios para el seguimiento de la gestación. Estos datos se proporcionan una vez la paciente queda embarazada”, especifica el especialista.
Dependiendo del perfil de la paciente, existen diferentes procedimientos. Si se trata de una pareja, se realiza una fecundación in vitro con los óvulos de una donante y los espermatozoides de la pareja receptora o también de donante, dependiendo del caso. Y si se trata de una mujer que ha decidido ser madre en solitario o de una pareja de mujeres, el esperma utilizado será también de donante.

Tareas de embrionología
Fuente: Grupo IVI / Apple Tree
El siguiente paso es que la paciente se administre la medicación prescrita durante 10 días (o menos, si se trata de ciclo natural) para preparar el útero y así maximizar las probabilidades de implantación del embrión*. Posteriormente, se llevará a cabo la transferencia del mejor embrión, depositándolo en el interior del útero mediante una cánula que permite acceder al lugar idóneo para su implantación. Se trata de un procedimiento indoloro, sin anestesia, de tal modo que la mujer intervenida, tras reposar unos minutos, ya puede hacer vida normal. A los 11 días de la fecha de transferencia se realiza una prueba de embarazo en sangre para saber si hay o no gestación. Si resulta positiva, el siguiente paso es una ecografía de control.
*embrión: ser vivo en las primeras etapas de su desarrollo, tras la fecundación
El poder de la epigenética, clave para el vínculo madre-hijo
A día de hoy existe evidencia científica de que la epigenética, en parte, se hereda de nuestros progenitores. Pero también gran parte de ella se modula y se establece influenciada por factores ambientales durante el desarrollo y vida de cada persona, incluido el tiempo en el que un bebé se desarrolla dentro del útero de la madre.
En concreto, existe una comunicación entre el útero materno (el endometrio) y el embrión. Este nexo es potencialmente capaz de modular cómo se expresa la información genética, independientemente de que el feto provenga de un óvulo propio o donado. “Por lo tanto -aduce Landras-, el ambiente uterino que una mujer embarazada da a su bebé durante la gestación, independientemente de que los óvulos provengan de una donante, se considera importante, puesto que va a poder modificar e influir inevitablemente en la forma en la que la información genética de ese bebé se exprese”.
Todo ello, por supuesto, “se podrá ver reflejado en las características físicas y estado de salud del neonato. Además, hoy en día existen sofisticados métodos -como la tecnología Perfect Match 360º- que buscan a la donante más adecuada para cada mujer, lo que comporta que muchas mujeres estén cada vez más abiertas a optar por la ovodonación”, asegura.