Redacción Farmacosalud.com
‘Quien calla otorga’, dice el refrán. Pues bien, el Prof. José Manuel Ribera Casado no quiere callar y, de hecho, en su libro ‘A su edad, ¿qué querrá?’ (editorial Grupo Senda) lanza una crítica en voz alta contra el edadismo, o discriminación por razón de edad. Al Prof. Ribera Casado le molesta enormemente escuchar frases como ‘bastante bien está usted para los años que tiene’, ‘a su edad qué querrá’ (es decir, que no se queje por su salud), o peor aún, cuando el profesional sanitario interpreta como ’cosas de la edad’ determinados problemas médicos cuyas causas desconoce. “Ese tipo de comportamientos con preguntas discriminatorias y despectivas no se dan solamente en medicina, aunque quizás sea en este ámbito donde se pueden encontrar con mayor frecuencia. Tampoco viene mal la protesta por parte del interesado, es decir, rebelarse y plantar cara cuando uno se convierte en víctima de estas actitudes”, remarca desde www.farmacosalud.com el autor del manual.
Ribera Casado, que es académico de número de Geriatría y Gerontología de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) y catedrático emérito de Geriatría en la Universidad Complutense de Madrid, no cree que sea necesario crear un protocolo médico para atender adecuadamente a la gente de la Tercera Edad, ya que el mejor método para evitar las conductas equivocadas “es la educación del profesional y su convencimiento de lo que realmente significan tales comportamientos. No creo que ningún protocolo específico pueda resolver esa clase de problemas”.

Prof. José Manuel Ribera Casado
Fuente: RANME
“Los mayores tenemos cosas que decir y aspiramos a ser escuchados”
“A los mayores se les escucha poco y se decide por ellos, pero los mayores existimos, tenemos cosas que decir y aspiramos a ser escuchados”, manifiesta rotundo a través de un comunicado. Para el académico, el edadismo puede combatirse mediante la “denuncia”, pero también desde la pedagogía: “tienen especial relevancia los educadores a cualquier nivel, desde la infancia hasta la universidad, los medios de comunicación y, evidentemente, los profesionales de la atención al mayor. Los gobiernos deben buscar fórmulas que permitan una participación activa de nuestro colectivo en la vida comunitaria”.
El libro del Prof. Ribera Casado es un relato “informal y protestón” que recopila y comenta diversas circunstancias que han afectado a las personas mayores de España en los últimos 15 años y que han sido recogidas mayoritariamente en los 150 números del periódico ‘BALANCE Sociosanitario’, publicación especializada del sector de la dependencia y la discapacidad.
Precisamente, la nueva obra ha sido presentada en un evento enmarcado en los actos de celebración del 15º aniversario de ‘BALANCE Sociosanitario’. La puesta de largo literaria ha contado con la presencia de la ministra de Sanidad, Mónica García; el presidente de honor de la RANME, el Prof. Manuel Díaz-Rubio; la directora general del IMSERSO (Instituto de Mayores y Servicios Sociales), Mayte Sancho; el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el Dr. José Augusto García Navarro, y la presidenta de Grupo Senda, Matilde Pelegrí.

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¿La figura del anciano sabio que es respetado es tan universal como parece?
El libro de Ribera Casado emerge en una época en la que parece menospreciarse el valor de la sabiduría etaria, propia de la edad avanzada. Esta actitud contrasta con la evocación que realiza el imaginario colectivo de la figura del anciano sabio, aquel que en las culturas antiguas aportaba argumentos de gran valor para la toma de decisiones en beneficio de la comunidad, tanto a nivel sociopolítico como a nivel familiar.
Con todo, el autor de ‘A su edad, ¿qué querrá?’ matiza esa idea arquetípica y deja claro que la figura del sabio de edad avanzada no ha sido tan respetada como pueda pensar la gente, no al menos en todos los casos: “no es estrictamente cierto que en las culturas antiguas se respetase y potenciase de forma universal la figura del anciano. Hay de todo. Algunas culturas muy significativas, que son referentes nuestros inmediatos, como puede ser la griega clásica, son bastante duras con los mayores. En sus obras de arte más representativas (por ejemplo esculturas) prácticamente nunca aparecen ancianos. Se reproducen imágenes de jóvenes de ambos sexos, bellos y proporcionados como referentes universales y modelos no sólo de la belleza. En su teatro apenas aparecen personas de edad avanzada y, cuando lo hacen, es para caricaturizarlos y reírse de ellos. Aristóteles es muy duro en este sentido. Llama al anciano egoísta, soberbio y cosas parecidas”.
“Sí es verdad que en los libros bíblicos y también en otras diferentes culturas el anciano sale bastante mejor parado. De todas maneras, las razones de la situación actual pienso que son múltiples y difíciles de establecer en su conjunto. No es un tema que yo haya estudiado a fondo. Una de las razones, a mi juicio importante, es que en un mundo tan competitivo como el actual el grupo de población de más edad está en inferioridad de condiciones (culturales, económicas, políticas, etc.) a la hora de poder reclamar un papel de liderazgo o al menos de igualdad con respecto a las siguientes generaciones”, agrega Ribera Casado.
“El objetivo principal de mi libro es motivar y animar al lector, sobre todo si pertenece a una generación próxima a la mía, a seguir participando activamente en la sociedad de la que formará parte hasta el último momento”, explica el académico, quien su momento fue el primer catedrático de Geriatría en España (1999) y el responsable de poner en marcha en 1984 el primer servicio español de Geriatría en un hospital terciario, concretamente en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que dirigió hasta su jubilación.
La fragilidad del anciano y la humanización de la sanidad
El prestigioso geriatra sostiene que la edad “es simplemente un número y no expresa en sí misma la entrada al reino de la vejez. Poner un corte sólo vale a efectos administrativos para la jubilación o para los estudios epidemiológicos, pero el envejecimiento es un proceso dinámico con una gran variabilidad individual”. Por ejemplo, la prevención de algunas enfermedades es clave para mantener una buena calidad de vida y, en este sentido, el Prof. Ribera Casado recuerda que hay una “relación evidente e indiscutible entre el hábito de fumar y la aparición de determinados tumores”.

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“La Geriatría no es estrictamente la medicina general de los viejos; nació para tener en cuenta el factor edad al establecer procedimientos terapéuticos y programas de rehabilitación que buscaban mejorar la respuesta en pacientes de edad avanzada. La Geriatría ha avanzado mucho desde los años centrales del siglo XX y hoy en día se centra en mantenernos funcionalmente bien el máximo tiempo posible hasta el final”, enfatiza.
Ribera Casado hace hincapié también en el tema de la fragilidad, un concepto que está de moda desde que se introdujera como tal en la literatura geriátrica hace unos 30 años. “Alcanzar una cierta edad, por muy elevada que esta sea, no debería conllevar necesariamente la etiqueta y el estigma de ‘anciano frágil’. No todos los viejos ni los muy viejos son frágiles, ni tampoco la fragilidad es exclusiva de este segmento de la población. Extender la idea de que los ancianos son frágiles favorece la discriminación por edad, contribuye a generalizar una visión pesimista de la vejez y dificulta las posibilidades de llevar a cabo un envejecimiento activo a nivel individual y colectivo”.
En la misma línea, la fragilidad no surge de la noche a la mañana. “Salvo accidente -apunta a renglón seguido-, uno no se hace frágil en unas horas. En su desarrollo, a través de una evolución lenta que puede durar muchos años, intervienen múltiples factores de riesgo médicos y sociales que cada vez se van conociendo mejor y sobre los que es posible plantear actuaciones a nivel preventivo y de manera eficaz en un buen número de casos. Asimismo, encasillar de oficio a la persona como un ser vulnerable no ayuda en la lucha contra la discriminación”.
“Qué residencias y en qué medida deben estar medicalizadas es un punto de fricción”
Ribera Casado tampoco pasa por alto la importancia de seguir humanizando la sanidad: “la famosa humanización va más allá de dar facilidades a los familiares para que puedan permanecer en el hospital con los pacientes todo el tiempo que haga falta y que haya un máximo de respeto a los profesionales de la salud. Esto es sentido común”.
“Humanizar es también reducir y facilitar los trámites administrativos a nivel tecnológico, dado que, para las personas mayores, sobre todo aquellas con un nivel cultural muy bajo, aisladas o con limitaciones sensoriales o cognitivas, estos trámites pueden ser obstáculos muy grandes. Humanizar es reducir las listas de espera porque es deshumanizante el sufrimiento causado por no saber cuándo le va a llegar a uno el turno, ni si va a ser informado a tiempo y adecuadamente. Humanizar es, también, superar otras barreras como el desprecio al jubilado porque ‘no tiene otra cosa que hacer’ y ‘le sobra el tiempo’”, destaca.

(de izq. a dcha): la directora general del IMSERSO, Mayte Sancho; el Prof. José Manuel Ribera Casado, académico de número de Geriatría y Gerontología de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME) y catedrático emérito de Geriatría de la Universidad Complutense de Madrid; la ministra de Sanidad, Mónica García; la presidenta de Grupo Senda, Matilde Pelegrí; el presidente de honor de la RANME, el Prof. Manuel Díaz-Rubio, y el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), el Dr. José Augusto García Navarro
Fuente: RANME
Otro tema candente es el de la asistencia prestada en ciertos geriátricos españoles. Así, días atrás, el nuevo presidente de la Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP), Jesús Norberto Fernández, hablaba de una ‘deficiente atención sanitaria en muchas residencias de mayores’. “Obviamente tiene razón el señor Fernández al hablar así -asevera Ribera Casado-. El problema existe y es uno de los puntos calientes que está siendo estudiado por los profesionales del sector. El mundo residencial es una realidad tremendamente heterogénea desde cualquier punto de vista: tamaño, dependencia, dotación y recursos disponibles, normas de funcionamiento, etc. Cuáles (residencias) y en qué medida deben estar medicalizadas es un punto caliente e incluso de fricción entre los expertos. La COVID-19 ha contribuido a actualizar este tema. Creo que pasará bastante tiempo hasta que se logren consensuar unas normas más o menos universales en este terreno”.
¿Todavía hay quien ‘se olvida’ al abuelo en una gasolinera durante las vacaciones?
Por cierto… ¿todavía hay quien ‘se olvida’ al abuelo en una gasolinera durante las vacaciones? Años atrás, de vez en cuando se publicaban noticias sobre esta clase de sucesos… “Yo creo que esto de los abuelos abandonados en las gasolineras tiene más de leyenda que de realidad, aunque haya podido ocurrir en alguna ocasión. En mi vida profesional nunca he conocido ningún caso. Mencionarlo tiene un valor simbólico y puede servir como referente para obviar otros tipos de abandonos mucho más dolorosos y frecuentes”, declara el catedrático.
“El profesor Ribera es el referente español de la puesta en marcha de la geriatría moderna, habiendo inaugurado el primer servicio de Geriatría de un hospital terciario, en este caso en el Hospital Clínico San Carlos. Además de eso, siendo médico y especialista en Geriatría, tiene una sensibilidad muy grande hacia la Gerontología, y ocupa el sillón número 15 de la RANME, Gerontología y Geriatría", especifica por su parte el presidente de la SEGG, el Dr. García Navarro.