Redacción Farmacosalud.com
Si se padece la enfermedad de ojo seco (EOS) y se opta por recurrir a pseudoterapias o remedios caseros, debe tenerse en cuenta que estas presuntas soluciones, aparte de no tener ningún tipo de utilidad, en ocasiones van cargadas de cierta insalubridad. Así lo viene a decir el Prof. José Manuel Benítez del Castillo, catedrático de Oftalmología de la Universidad Complutense y con ejercicio en el Hospital Clínico San Carlos y la Clínica Rementería (Madrid), al recordar el caso de una mujer que “utilizaba su propia orina” para tratarse esta afección ocular, lo que no deja de ser “una guarrada”.
Supuestos “remedios caseros hay muchos”, igual que existen ejercicios visuales para el ojo seco que “no sirven para nada”, a excepción de la práctica del parpadeo, matiza el experto. De hecho, mirar la pantalla de dispositivos electrónicos implica fijar la vista por largos períodos de tiempo, lo que reduce la actividad de los párpados hasta acabar provocando una menor lubricación de la superficie ocular. “Cuando te pones ante un ordenador parpadeas menos veces por minuto. Pero es que haces muchos parpadeos parciales, es decir, estás tan interesado en lo que estás viendo, que el ojo no termina de cerrarse", comenta Benítez del Castillo, quien añade que "si hago parpadeos parciales, no estoy sacando la grasa, y eso va a repercutir en la superficie ocular”. De modo que -según afirma- “hay que enseñar” a mover adecuadamente los pliegues retráctiles que protegen al globo ocular, porque, en realidad, “es el único ejercicio que realmente funciona; es el ejercicio de decir al paciente ‘abre, cierra y aprieta’”.

María Beatriz Greaves, medical advisor de Théa, y el Prof. José Manuel Benítez del Castillo
Fuente: PrevEOS / Laboratorios Théa / P. Romero
Estudio PrevEOS
El Prof. Benítez del Castillo es el autor principal del ‘Estudio PrevEOS - Prevalencia de la enfermedad del ojo seco en España: una encuesta de base poblacional’, trabajo que cuenta con el apoyo de Laboratorios Théa y que ha sido publicado en la prestigiosa revista internacional ‘The Ocular Surface’ (publicación indexada y de referencia científica en patología ocular).
El ojo seco presenta un abanico de síntomas que van desde un ligero malestar ocular hasta enrojecimiento persistente, sensación de quemazón, dolor e incluso alteraciones visuales. La falta de lágrimas y de una adecuada hidratación del ojo puede deberse tanto a una falta de producción lacrimal como a una excesiva evaporación de tales secreciones. Asimismo, intervienen factores externos como el hábito ya mencionado de utilizar dispositivos electrónicos. El considerable aumento de la exposición a las pantallas digitales, junto con otros factores de riesgo, como haberse sometido a cirugía ocular, o sufrir diabetes, glaucoma o blefaritis, está comportando en los últimos años un incremento de los casos de EOS en la población española. La experiencia clínica así lo atestigua y, ahora, por primera vez, se dispone de un estudio de prevalencia de este trastorno a nivel nacional.
“Jóvenes muy infradiagnosticados”
El nuevo trabajo, realizado en formato de encuesta, revela que aproximadamente una quinta parte de la población de España presenta síntomas de ojo seco. La prevalencia de esta afección varía entre un 16,6%, si se aplican los criterios de diagnóstico recogidos en el WHS (Woman´s Health Study), y un 22,5% valorando los parámetros del BES (Beijing Eye Study); en este último caso, si se añaden síntomas referidos como la fatiga visual, que obliga a cerrar los ojos, o la visión fluctuante al leer, conducir o utilizar un ordenador, el dato global de prevalencia aumentaría hasta un 33%, una cifra muy relevante a nivel epidemiológico.
Adicionalmente, se confirma que la frecuencia de ojo seco es mayor en mujeres -lo que se explica por motivos hormonales- (21,3% frente a 10,9% de varones, con los criterios WHS; y 24,6% frente a 20,2% en varones, con el BES). También, aplicando ambos criterios, se objetiva un aumento de la prevalencia a partir de los 40 años de edad. A pesar de este condicionante etario, es decir, que se registren más casos conforme se es más mayor, llama la atención el fenómeno que Benítez del Castillo califica de “jóvenes muy infradiagnosticados”. Así, entre los jóvenes de entre 18 a 30 años, la prevalencia de EOS usando criterios del BES fue del 30% y, sin embargo, sólo el 5,7% habían sido diagnosticados, lo que da una idea de la tasa de infradiagnóstico que caracteriza a este grupo poblacional.

Presentación de la encuesta
Fuente: PrevEOS / Laboratorios Théa / P. Romero
La juventud que sufre esta enfermedad es, sobre todo, gente “muy atareada” que trabaja con pantallas de ordenador y que “no tienen tiempo para ir al oftalmólogo porque, a veces, durante el fin de semana están un poquito mejor… pero hay que tener en cuenta que el ojo seco es una enfermedad progresiva”, advierte. En las consultas, además, ya se están "viendo niños" aquejados de esta patología, asegura el autor principal del estudio PrevEOS.
Ensayos con tratamientos antiinflamatorios y terapias antioxidantes
El EOS reviste una indudable importancia clínica, tanto por su frecuencia como por su impacto clínico y su influencia en la calidad de vida. Sin embargo, no recibe la atención adecuada: “una persona que padece ojo seco grave tiene la misma mala calidad de vida que, por ejemplo, un paciente que sufre una angina de pecho grave”, destaca Benítez del Castillo. “Generalmente, son pacientes incomprendidos por los propios médicos, al tiempo que esta enfermedad no es valorada como importante por parte de las autoridades sanitarias”, apunta el actual presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) y de la Sociedad Española de Superficie Ocular (SESOC). En esta línea, el Prof. Benítez del Castillo se ha mostrado partidario de que la sanidad pública cubra uno de los tratamientos para esta patología, como son las lágrimas artificiales, “a partir de determinados niveles de renta” del usuario de las mismas.
Hoy en día hay multitud de ensayos clínicos que tratan de encontrar nuevas terapias para el ojo seco, como son los estudios que se centran en la aplicación de tratamientos antiinflamatorios. Otra de las estrategias que se están investigando gira en torno a las terapias antioxidantes, dado que “se ha visto que, con la edad, nos oxidamos”, apunta el oftalmólogo.
#CuraLaCeguera
Por otro lado, la Asociación Mácula Retina ha presentado en el Congreso de los Diputados un estudio en el que se revela que, en cinco años, 8 millones de españoles perderán visión de manera irreversible, lo que supone duplicar el número de casos en una década, con un coste de 99.800 millones de euros. Para reducir estas cifras, se ha puesto en marcha la campaña #CuraLaCeguera, que incluye un Plan integral cuyo objetivo es revertir algunos tipos de ceguera en una década y convertir a España en un referente internacional en la ingeniería de tejidos para la visión.

Concentración ante el Congreso de los Diputados asociada a la presentación del estudio sobre ceguera
Fuente: Asociación Mácula Retina / COM SALUD
En el marco de la presentación de la campaña, varios especialistas han enumerado algunos avances que, según han apuntado, son muy prometedores, si bien necesitan apoyo y fondos para que puedan llegar con más prontitud a los pacientes aquejados de enfermedades oculares.
De entre los tratamientos más destacados, figura una terapia celular para la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) que consiste en reemplazar las células dañadas por agentes celulares obtenidos a partir de células madre pluripotentes inducidas (iPS). Posteriormente, las nuevas células pueden ser trasplantadas a los ojos afectados. Otras estrategias que están en investigación son la corrección génica para el abordaje de distrofias retinianas hereditarias, o el uso de unas bacterias que, una vez modificadas genéticamente, se implantan en el ojo y actúan como fármacos durante períodos muy prolongados de tiempo, lo que evita la administración periódica de inyecciones, por ejemplo en casos de DMAE.