Redacción Farmacosalud.com
El síndrome de VEXAS es una enfermedad autoinflamatoria recientemente descrita y cuya prevalencia está en aumento debido a que cada vez son más los profesionales sanitarios que sospechan de su presencia. Dado que este síndrome presenta una amplia variedad de manifestaciones clínicas, tanto inflamatorias como hematológicas, en sus primeras etapas puede confundirse con otras patologías antes de alcanzarse el diagnóstico definitivo. “Es habitual que los pacientes reciban inicialmente diagnósticos de afecciones reumatológicas, dermatológicas o hematológicas. Concretamente, según datos de la cohorte del National Institutes of Health (NIH) de Estados Unidos y la Universidad de Leeds (Reino Unido), los diagnósticos más frecuentes antes de identificar el síndrome de VEXAS son policondritis recidivante (52% de los casos), síndrome mielodisplásico (31%), síndrome febril indiferenciado (23%) y síndrome de Sweet (22%)”, detalla la Dra. Marta López, reumatóloga del Complejo Hospitalario Universitario Moisès Broggi (Sant Joan Despí, en Barcelona).

Dra. Marta López
Fuente: SER-Reumatología - Fundación Española de Reumatología
Para poder detectar con certeza el síndrome de VEXAS es necesario contar con una presentación clínica compatible, realizar un aspirado de médula ósea que descarte síndromes mielodisplásicos y permita identificar vacuolas que están presentes en muchos pacientes, “y finalmente confirmar la mutación genética del gen UBA1 mediante estudio molecular”, detalla mediante un comunicado la Dra. López, a su vez portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER-Reumatología) y una de las investigadoras principales del Registro Nacional de Pacientes con Síndrome de VEXAS de SER-Reumatología.
Fiebre recurrente, dolor, vasculitis…
El síndrome de VEXAS (correspondiente al acrónimo de Vacuolas, enzima E1, ligado al X, Autoinflamatorio, Somático) fue descrito a finales del año 2020 por el equipo del Dr. David Beck. Esta patología está causada por mutaciones en células sanguíneas que provocan inflamación sistémica y alteraciones en la médula ósea.
La mayoría de personas afectadas sufren fiebre recurrente, fatiga intensa y pérdida de peso como manifestaciones más frecuentes. También es común el dolor articular, afectación cutánea, condritis (inflamación del cartílago), infiltrados pulmonares, trombosis, vasculitis y afectación renal. A nivel hematológico, lo más característico es la anemia macrocítica (presencia de glóbulos rojos anormalmente grandes en el torrente sanguíneo), trombocitopenia (bajo número de plaquetas) o linfopenia (bajo número de linfocitos).
El desarrollo de neoplasias, entre las complicaciones más graves asociadas a VEXAS
El síndrome de VEXAS es una afección rara y potencialmente grave. Debido a su reciente caracterización, los datos de pronóstico están basados principalmente en cohortes pequeñas de pacientes, “por lo que su evolución natural no está completamente establecida. No obstante, se considera una enfermedad progresiva que va asociada a múltiples recaídas y acumulación de daño, tanto por el propio proceso patológico como por los efectos de los tratamientos empleados. Al tratarse de una patología muy heterogénea, con un amplio espectro de manifestaciones clínicas, el grado de afectación varía significativamente entre pacientes. Entre las complicaciones más graves destacan el desarrollo de neoplasias, la aparición de infecciones severas y los efectos adversos derivados tanto de la inmunosupresión como de la toxicidad farmacológica”, precisa López.

Fuente: SER-Reumatología - Fundación Española de Reumatología
Por todo ello, “es importante aumentar la conciencia” en relación al síndrome de VEXAS, y, en paralelo, poner las bases que permitan realizar “una detección más temprana, un diagnóstico preciso y un manejo adecuado de estos pacientes”, comenta la reumatóloga. Precisamente, y con el fin de hacer visible esta patología entre la población, desde SER-Reumatología y la Asociación Española de Fiebre Mediterránea Familiar y Síndromes Autoinflamatorios (STOP FMF) se ha elaborado un vídeo divulgativo en el marco de la campaña de concienciación ‘Ponle nombre al reuma’.
El infradiagnóstico y las enfermedades autoinflamatorias van cogidos de la mano
Para la presidenta de STOP FMF, Cuca Paulo, “la divulgación y concienciación acerca de este nuevo síndrome es algo imprescindible, al igual que en otras enfermedades autoinflamatorias, ya que, desgraciadamente, son patologías todavía infradiagnosticadas debido a su escaso conocimiento en Atención Primaria (AP). Si desde AP no se deriva a estos pacientes a especialistas, hay un retraso en el diagnóstico y un aumento considerable del riesgo de que haya un mal pronóstico. No se puede diagnosticar aquello que no se conoce”.
“Todo ello contribuye a un desgaste emocional en pacientes y familiares, lo que hace necesario que estas personas reciban acompañamiento y atención psicosocial. Desde la Asociación Española de Fiebre Mediterránea Familiar y Síndromes Autoinflamatorios solicitamos más coordinación entre los especialistas sanitarios y nuestra entidad, con el fin de poder atender adecuadamente a pacientes y familiares cuidadores”, añade Paulo.
La edad de aparición de los primeros síntomas del síndrome de VEXAS suele situarse en torno a los 64 años, según el estudio de Beck et al., un cálculo que coincide con la mayoría de los datos recogidos en la literatura científica. No obstante, el inicio de la enfermedad puede variar ampliamente, con casos descritos entre los 40 y los 85 años. “Recientemente, se ha identificado un caso con manifestación a los 23 años, lo que sugiere la posibilidad, aunque excepcional, de una forma de inicio temprano”, revela la Dra. López en declaraciones a www.farmacosalud.com.
Sin cifras definidas de la patología en España
La incidencia y prevalencia en España del síndrome de VEXAS aún no están completamente definidas debido a la reciente caracterización de esta patología y su amplio abanico de manifestaciones clínicas. Sin embargo, el número de casos diagnosticados aumenta día a día, “ya que la enfermedad es cada vez más reconocida y considerada en la práctica clínica. Hasta ahora, sólo un estudio ha estimado su prevalencia, basándose en el análisis de una amplia base de datos en Estados Unidos. Según estos datos, en pacientes mayores de 50 años, la prevalencia en hombres es de 1 de cada 4.269, siendo, en mujeres, de 1 de cada 26.238”, especifica la facultativa.
Terapéuticamente hablando, lo ideal es que el abordaje del síndrome de VEXAS sea individualizado, es decir, según las peculiaridades de cada caso. El tratamiento suele basarse, inicialmente, en la administración de dosis altas de glucocorticoides para disminuir la inflamación, aunque con reducción progresiva de los mismos para evitar efectos secundarios. Posteriormente, se pueden aplicar terapias inmunosupresoras o inhibidores biológicos y/o pequeñas moléculas, así como agentes hipometilantes (ante afectación hematológica). “Efectivamente, el tratamiento actual se basa en fármacos ya conocidos y ampliamente utilizados en otras patologías autoinmunes e inflamatorias. Los glucocorticoides suelen ser la primera línea de tratamiento, aunque la respuesta es variable y frecuentemente se requiere la adición de otros agentes inmunosupresores o terapias biológicas para lograr un control adecuado de la enfermedad”, remarca López.

Fuente: SER-Reumatología - Fundación Española de Reumatología
Nuevas perspectivas para el desarrollo de terapias dirigidas
Actualmente, se están desarrollando diversas líneas de investigación centradas en comprender mejor los mecanismos moleculares específicos del síndrome de VEXAS, especialmente la mutación del gen UBA1 y su impacto en la vía de la ubiquitinación.
“Este conocimiento más profundo está abriendo nuevas perspectivas para el desarrollo de terapias dirigidas. Además, varios ensayos clínicos están evaluando la eficacia de agentes hipometilantes, particularmente en pacientes con manifestaciones hematológicas significativas. De todos modos, es importante señalar que aún no existe un protocolo estandarizado de tratamiento ni un fármaco específicamente creado para el síndrome de VEXAS. La amplia variedad de síntomas que presenta la enfermedad ha comportado que la aproximación terapéutica sea todavía individualizada, basándose en las manifestaciones clínicas predominantes en cada paciente”, señala la experta del Complejo Hospitalario Universitario Moisès Broggi.