Redacción Farmacosalud.com
El 30 de diciembre se cumplieron 5 años del inicio de la pandemia de COVID-19. Aunque fue declarada oficialmente en marzo de 2020, fue en estos días de 2019 cuando, sin saberlo, comenzaba a gestarse la mayor crisis sanitaria en un siglo. En Wuhan, China, aparecían los primeros casos de una neumonía desconocida que cambiaría al mundo para siempre. Se ha cumplido ya el quinto aniversario del inicio de la pandemia, una crisis sanitaria que puso en vilo a los sistemas de salud, además de la vida social, política y económica a nivel mundial… a partir de ese momento nada volvió a ser igual.
Las huellas de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 (causante del COVID) continúan vigentes y, por ello, la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) lanza un documento especial elaborado por los miembros del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la SEMG, y centrado en la prevención de infecciones respiratorias agudas.
Este año, infecciones respiratorias + infecciones gastrointestinales por norovirus
La temporada de invierno 2024/2025 está marcada por un notable incremento en las tasas de infecciones respiratorias agudas (IRA), mientras que los casos de gastroenteritis aguda por norovirus también muestran un aumento. Estas infecciones, que tradicionalmente presentan picos estacionales, están coincidiendo en el tiempo este año, generando una doble carga para los servicios de Atención Primaria (AP) en España. Por este motivo, desde la Sociedad Española de medicina Familiar y Comunitaria (semFYC), se solicitan acciones y campañas activas por parte de las Administraciones, Servicios de Salud, organizaciones y a la sociedad civil dirigidas a promover prácticas de autocuidado entre la ciudadanía y un uso adecuado de los recursos, con el objetivo de evitar la saturación del sistema sanitario.
Desde el Grupo de Trabajo de la semFYC se quiere recordar ‘el papel crucial que desempeña la AP en la detección temprana de casos, la gestión clínica de los pacientes infectados y la coordinación de la respuesta a brotes epidémicos de infecciones”.
Los datos más recientes del informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA) destacan que, en la 2ª semana de enero de 2025, la tasa de infecciones respiratorias agudas en AP alcanza los 805,9 casos por 100.000 habitantes, un aumento respecto a los 641 casos de la semana anterior. Si bien la intensidad general de circulación es considerada baja, la gripe ha superado el umbral epidémico desde la semana 52 de 2024, y en la segunda semana de 2025 se ha alcanzado una tasa de síndrome gripal es de 118,8 casos/100.000 h (64 casos/100.000 h en la semana previa). La tasa de COVID-19 (síndrome) es de 6,4 casos/100.000 h (4,9 casos/100.000 h en la semana previa).
En 2024, “la infección por COVID-19 en España mostró una tendencia a la baja en comparación con los picos de la pandemia de años anteriores”, observan desde el Grupo de Trabajo en Enfermedades Infecciosas de la semFYC. Se registraron brotes esporádicos que en ningún momento superaron los 200 casos/100.000 habitantes (semanas 1 y 26 de 2024), y se observó la aparición de nuevas variantes del virus, como la KP.2, que aumentaron la transmisibilidad.
En el muestreo de la segunda semana de 2025, el porcentaje de positividad para gripe ha sido de 40,7% (al ser de un 33,3% en la semana previa la curva de la gripe continúa en aumento), para la SARS-CoV-2 es de 1,9% (1,7% en la semana previa) y 8% para VRS [virus respiratorio sincitial] (11,8% en la semana previa). Esto es lo referente a los últimos datos del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA), que actúa como centinela y engloba la vigilancia en AP y en hospitales.
Autocuidado y uso responsable de los servicios sanitarios
En contextos como el actual, el control epidémico y el uso eficiente de los recursos sanitarios públicos dependen, en gran medida, de fomentar entre la ciudadanía el manejo adecuado de las infecciones respiratorias y la gripe. Estos procesos suelen ser autolimitados en personas sanas y en buena parte de los pacientes vulnerables, y solamente presentan complicaciones o cuadros más severos una pequeña parte.
Por este motivo, desde la presidencia de la semFYC se formula ‘un llamamiento a hacer un uso responsable de los recursos sanitarios para evitar el colapso del sistema, tanto en Atención Primaria como en Urgencias Hospitalarias siguiendo principios de autocuidado y dirigiéndose a los servicios sanitarios solamente ante determinados síntomas’. El actual pico epidémico, que involucra tanto infecciones respiratorias (principalmente gripe) como gastrointestinales, subraya la necesidad de adoptar hábitos responsables para proteger a las poblaciones más vulnerables: ‘la colaboración entre ciudadanía y profesionales sanitarios es esencial para afrontar con éxito este desafío de salud pública’, destacan desde la semFYC.
A fin de impulsar el autocuidado entre la población se recuerda que es esencial que los pacientes, sus familiares y cuidadores puedan identificar los síntomas típicos y normales de las infecciones en vías respiratorias:
• Fiebre
• Dolor de cabeza
• Dolores musculares
• Congestión nasal
• Dolor de garganta
• Tos, con o sin expectoración.
Estos síntomas se diferencian claramente de las situaciones más graves que sí se requiere atención médica, cuyos signos de alarma incluyen:
• Fiebre alta (superior a 38,5 °C) que no mejora con antitérmicos o persiste más de 3-4 días
• Dificultad para respirar
• Coloración azulada en labios, piel o uñas
• Dolor torácico anormal al respirar o al toser
• Cambios en el estado de conciencia (variaciones en la capacidad de una persona para estar alerta, consciente de sí misma y de lo que la rodea, lo que incluiría situaciones en las que alguien puede estar menos despierto, confuso, desorientado o completamente inconsciente)
• Somnolencia excesiva o irritabilidad
• Fatiga severa (agotamiento físico o mental tan intenso que dificulta realizar actividades normalmente cotidianas)
• Vómitos que persisten más de 24-48 horas sin mejora, especialmente si no permiten la ingesta de líquidos o alimentos o extremadamente frecuente (más de 10 deposiciones al día, especialmente si es líquida o acuosa) y cuando no se registra una mejoría en después de 3-4 días de tratamiento con dieta.
• Signos de deshidratación severa
• Empeoramiento o descompensación de enfermedades crónicas
• También cualquier empeoramiento clínico repentino pese a las medidas de autocuidado iniciales
La implementación de estas medidas debe ser adaptada a las características de cada contexto y evaluada continuamente para garantizar su eficacia.
Paralelamente, se reporta un repunte en los casos de gastroenteritis aguda causada por norovirus en aquellos sistemas que cuentan con una red de vigilancia para este tipo de patógenos. Los síntomas por este patógeno suelen aparecer de 12 a 48 horas después de la exposición al virus y suelen incluir los siguientes síntomas:
• Náuseas
• Vómitos
• Diarrea (generalmente muy líquida)
• También puede aparecer dolor abdominal, fiebre y malestar general
Para prevenir la propagación, es fundamental que la persona afectada en una habitación individual hasta 48 horas después de que desaparezcan todos los síntomas; realizar una correcta higiene de manos con agua y jabón; limpiar y desinfectar as superficies contaminadas con una solución desinfectante adecuada. El tratamiento de las infecciones por norovirus es sintomático, centrándose en prevenir y tratar la deshidratación mediante rehidratación oral y una dieta blanda. Los síntomas como dolor y fiebre pueden aliviarse con analgésicos y antipiréticos, y las náuseas con antieméticos.
En ocasiones, estos síntomas van acompañados de dolor abdominal, fiebre, dolores musculares y/o de cabeza. La mayoría de las personas se recuperan en menos de 3-4 días con los adecuados autocuidados indicados y sin necesidad de intervención médica. Entre los motivos de alarma que sí debe consultarse con los servicios médicos es importante señalar:
• Signos de deshidratación severa (piel y boca seca, disminución de orina, escasa o muy concentrada, somnolencia, apatía, debilidad importante)
• Vómitos persistentes que impiden la ingesta de líquidos y alimentos
• Diarrea intensa (más de 3-4 días o con presencia de sangre)
• Dolor abdominal intenso
• Fiebre alta persistente (>38,5°C) a pesar de tratamiento antitérmico o que se prolonga más allá de 3 días
• Alteraciones del estado general (confusión, desorientación, especialmente en adultos y rechazo de líquidos en niños).
• Empeoramiento o descompensación de enfermedades crónicas
La deshidratación puede ser una complicación grave del norovirus, especialmente en individuos vulnerables que, junto con otras complicaciones (fallo renal, sobreinfección por otros virus o bacterias, desnutrición, descompensación de enfermedades crónicas), puede llevar a requerir hospitalización.