Redacción Farmacosalud.com
El doctor Humberto Villavicencio, director del Servicio de Urología de la Fundación Puigvert de Barcelona, fue distinguido en 2014 con el premio a la mejor carrera profesional por la Societé Internationale d’Urologie (SIU) y con la medalla Federico Texo, distinción otorgada por la Sociedad Argentina de Urología (SAU). Durante el último congreso de la European Association of Urology (EAU) en Madrid, ha recibido el Frans Debruyne Life Time Achievement Award. Ante tales referencias, www.farmacosalud.com ha querido conversar con el doctor Villavicencio, especialmente por la concesión de este último galardón y también para conocer los contenidos más interesantes del Congreso Europeo de Urología 2015. En este sentido, el urólogo destaca que “hay novedades importantes como la utilización de marcadores genómicos para predecir el tratamiento del cáncer de próstata localizado”. Villavicencio también asegura que “la prostatectomía radical robótica ha sido otro de los temas clave, pues hemos visto que da mejores resultados que la laparoscopia en cuanto a la conservación de la función eréctil, disminución de sangrado y menores márgenes positivos, es decir, máximos aciertos de los resultados quirúrgicos finales para mejorar la supervivencia y calidad de vida”.
-Usted ha sido premiado con el EAU Frans Debruyne Life Time Achievement Award 2015, un reconocimiento a su larga trayectoria profesional. ¿Qué le supone hacer recibido este galardón?
Una gran satisfacción personal, porque supone el reconocimiento al esfuerzo y a la excelencia profesional de toda una vida. Y además, es un orgullo que una institución europea de gran prestigio como es la European Association of Urology me haya hecho entrega de su máxima distinción durante la ceremonia de inauguración de su congreso de Madrid 2015.
-¿A su criterio, qué ha sido lo más destacado -desde un punto de vista científico- del Congreso Europeo de Urología (EAU 2015)?
Hay novedades importantes como la utilización de marcadores genómicos para predecir el tratamiento del cáncer de próstata localizado. También sigue la controversia sobre el screening en cáncer prostático y la aplicación de la vigilancia activa, que permite mejorar los resultados del sobrediagnóstico.
Cabe destacar también el uso de la resonancia magnética de la próstata, que no sólo es útil como sospecha de cáncer antes de una biopsia, sino que cada vez es más útil en tratamientos focalizados. La prostatectomía radical robótica ha sido otro de los temas clave, pues hemos visto que da mejores resultados que la laparoscopia en cuanto a la conservación de la función eréctil, disminución de sangrado y menores márgenes positivos, es decir, máximos aciertos de los resultados quirúrgicos finales para mejorar la supervivencia y calidad de vida.
-Usted ha sido el introductor del robot Da Vinci en España. ¿Qué ha supuesto para la urología la aparición en escena de este dispositivo?
Ha representado una auténtica revolución tecnológica y la tendencia actual sigue en este sentido; la excusa económica no tiene que frenar estos adelantos. La cirugía robótica es una cirugía absolutamente intuitiva; sus instrumentos son pequeños y muy finos, con una excelente articulación y rotación de aproximadamente 360º. La visión es extraordinaria porque es una visión estereoscópica, tridimensional, de alta resolución con una magnificación de imagen de hasta 14 aumentos. La precisión es absoluta sobre los tejidos y el trauma es mínimo, ya que el robot inhibe el posible temblor fisiológico del cirujano. Su extraordinaria ergonomía evita el cansancio y el estrés del cirujano. Sus resultados en la actualidad están superando a los de la cirugía abierta y laparoscópica.
-¿En qué estado se encuentra actualmente la urología en España?
La urología en España goza de muy buena salud. Es una especialidad muy atractiva para los jóvenes y está íntimamente ligada al avance imparable del avance tecnológico. Si bien hemos progresado de forma importante en urología molecular y farmacología, ahora estamos en pleno desarrollo de la bioingeniería para mejorar las técnicas diagnósticas y de tratamiento mínimamente invasivo. Pese a la crisis económica y los recortes, la profesionalidad no ha disminuido y el profesional ha sido proactivo, ayudando a racionalizar los gastos y explotando de forma eficiente los recursos para que el paciente note lo menos posible las carencias por los ajustes económicos.
-¿De su larga trayectoria profesional, qué ha sido lo que más le ha marcado como urólogo?
He conocido a muy buenos profesionales, de los que he aprendido mucho. Como director del Servicio de Urología de la Fundación Puigvert he inculcado a todos el sentido de la honestidad, la solidaridad y la responsabilidad con los enfermos, sus familiares y con la sociedad. He incorporado en el equipo a profesionales altamente cualificados y hemos crecido juntos. Como presidente de la Asociación Española de Urología y de la Confederación Americana de Urología implanté y coordiné una formación de calidad junto con criterios de calidad y gestión del conocimiento. Hemos profundizado en el plan conceptual, trabajando en las guías clínicas que nos dan la mejor evidencia científica, incluyendo la atención personalizada y la satisfacción del paciente.
En lo personal, estoy satisfecho. Profesionalmente, siempre tengo la inquietud de aprender nuevas cosas, de innovar, de servir a los demás y ser amigo de mis amigos.
-¿Qué próximos avances en urología le gustaría destacar?
La telemedicina, la nanotecnología, la ingeniería tisular, la terapia génica y la investigación en células madre (stem cells) deben jugar un papel básico importante en la lucha contra las enfermedades y, sobre todo, contra el cáncer en el futuro. Nada nos detendrá, ni siquiera la falta de recursos, que son importantes. Sólo puede detenernos la mediocridad, la falta de visión y el sentido de la irresponsabilidad, siendo nuestro deber evitar esto último.