La enfermedad más frecuente entre las alergias cutáneas es la urticaria, ya que puede afecta a casi toda la población al menos una vez en la vida, sobre todo la urticaria aguda. Se manifiesta con ronchas y mucho picor y suele aparecer de forma brusca, a veces incluso infamando la piel.
Normalmente suele haber un desencadenante, como un medicamento, un alimento o un virus de una enfermedad. Pero a veces no es necesario ningún desencadenante, sino que se produce como reacción de hipersensibilidad. Produce mucha reacción en la piel y picor y hay que acudir al médico para aplacarlo. Cuando son agudas pueden llegar a durar hasta seis semanas y la mayor parte remite con tratamiento y no precisa ningún seguimiento posterior salvo que sea más grave y afecte a mucosa de laringe o vaya con mucha inflamación, por ejemplo. Entonces ya sí que requieren un estudio para conocer si hay una causa o desencadenante que lo haya provocado.
La dermatitis alérgica de contacto
Se desarrolla con un contacto a través de la piel que el organismo detecta como si fuera una agresión, a pesar de que el contacto sea inocuo. Cuando hay una alteración de la barrera cutánea el organismo se puede sensibilizar a diferentes sustancias. Sobre todo los metales, como el níquel o el cromo, los cosméticos, perfumes y algunos medicamentos tópicos. Esos productos a través d la piel producen alergia por un mecanismo de hipersensibilidad. Normalmente causa reacción en la zona de contacto y produce una serie de lesiones cutáneas.
Cada vez que esa sustancia entra en contacto con la piel en esas zonas produce lesiones con gran picor. Hay que investigar la causa, a través de las denominadas pruebas de contacto, para identificar el alérgeno causante. Las zonas más afectadas son las manos, que están más en contacto con esos materiales. Es más frecuente en mujeres, sobre todo con el níquel por el tema de la bisutería. Prácticamente hay un 20% de personas que son alérgicas a un producto tópico.
La dermatitis atópica, una de las enfermedades de la piel que más preocupa actualmente
Suele aparecer en la infancia, pica mucho y origina brotes. Pasa por distintas fases, desde lactante hasta infantil y adulto, aunque la mayor parte, el 75%, remite en la adolescencia. Es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia y se asocia normalmente a una enfermedad que se llama asepsia, en la que se da una respuesta exagerada a ciertos estímulos. Esta dolencia es mucho más frecuente en los países occidentales y tiene cierta influencia ambiental, por los climas fríos y secos y las agresiones externas o incluso las piscinas cloradas. Estos pacientes con cierta frecuencia son además alérgicos al polen y a los ácaros del polvo.
Este tipo de alergias se manifiestan de una manera más intensa en primavera ya que, en la piel hay algunas enfermedades alérgicas en relación con el sol que son más frecuentes como la erupción solar o urticaria solar. Pero la dermatitis atópica es más frecuente en invierno por el clima frío y seco y la alergia de contacto aparece todo el año. La urticaria, cuando tiene relación con alérgenos externos es también más de tipo estacional.
La polución es el factor que más influye en el estilo de vida occidental. Hay teorías que apuntan a que ahora como los niños están más vacunados están menos en contacto con agentes externos y el sistema inmunológico parece que se defiende contra sustancias que no deberían de causar ningún problema en personas que no son alérgicas. El sistema inmunitario parece que desvía un poco la dirección e intenta atacar aquellas sustancias que en teoría no nos deberían producir ningún problema.
Uno de los hábitos occidentales más influyentes es el exceso de lavados en la piel, ya que produce que se elimine la barrera cutánea y por ello aparecen con más frecuencia los eccemas de contacto y más brotes de dermatitis atópica.
Pautas para prevenir los efectos de estas alergias
Lo fundamental es acudir al dermatólogo, que le hará una historia clínica y una serie de pruebas complementarias que determinarán cuál es la causa. Además, en la época de brotes hay que utilizar los corticoides tópicos. También se necesitan cremas emolientes, que mantengan la hidratación de la piel. Además, es mejor que tengan pocos conservantes, para evitar las alergias de contacto.