Redacción Farmacosalud.com
No son de carne y hueso, pero en su interior pueden llevar vida, mucha vida. Porque los drones (vehículos aéreos no tripulados) son capaces de transportar órganos para trasplantes. Se han encargado de demostrarlo cuatro jóvenes ingenieras pertenecientes a la Escuela Universitaria de Diseño Industrial de la Universidade da Coruña, quienes han ideado un prototipo que, una vez se haya desarrollado en toda su plenitud, podría servir no solamente para trasladar órganos destinados al trasplante, sino que también podría ser utilizado para llevar muestras de tejidos, análisis clínicos y vacunas hasta zonas de difícil acceso o con comunicaciones deficientes, por poner sólo un ejemplo de sus potenciales aplicaciones. El proyecto, además, no aspira a quitar el sitio a nadie, sino a complementar los transportes tradicionales de órganos (helicóptero, avión, etc.), dado que los drones son ideales para cubrir distancias cortas con gran rapidez. Los impulsores del proyecto, denominado ‘Drone for Life’, también apuestan por crear una especie de ‘dronpuertos’ en lugares estratégicos, donde estos artefactos voladores estarían aparcados a la espera de entrar en servicio a requerimiento de hospitales o centros médicos. En definitiva, se trata de una idea revolucionaria que poco a poco va tomando cuerpo. Tiempo al tiempo.
Todo empezó en el ámbito académico, en el contexto de una asignatura en que se planteaban temas de innovación. Según el profesor Eduardo Guillén, coordinador del proyecto ‘Drone for Life’ y profesor de la Universidade da Coruña, lo que al principio se planteó como una prueba de evaluación acabó compitiendo en el ‘Drones for Good’, un concurso internacional celebrado a principios de 2015 en Dubai (Emiratos Árabes Unidos). En liza, 800 proyectos procedentes de 57 países, con candidaturas presentadas por instituciones de prestigio como la todopoderosa NASA y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Al final, el equipo de la Universidade da Coruña quedó tercero, lo que ha supuesto “una enorme alegría y un tremendo impulso a la iniciativa”, señala Guillén. De hecho, el siguiente reconocimiento no tardó en llegar, ya que recientemente se les ha otorgado el Premio Carlos Margarit en la categoría de ‘Labor Científica’, en el marco del Día Nacional del Trasplante celebrado en España. ‘Drone for Life’ cuenta ya con el apoyo de un grupo inversor con el fin de convertir al prototipo de dron en un dispositivo con capacidad operativa.
Las ventajas del dron, “tremendas”
Para el profesor, las ventajas del dron respecto a otros sistemas de transporte de órganos para trasplante “son tremendas. Por un lado el coste: el abaratamiento sería muy notable, no tendríamos necesidad de utilizar un helicóptero, que cuesta mucho más que un dron. El dron, que podría ser una plataforma complementaria a los sistemas tradicionales de transporte de órganos, sería más económico respecto a los transportes tradicionales. También está la eficiencia, sobre todo por la rapidez del dron en traslados de corta distancia”. Más allá de este dispositivo de vuelo, se estaría planteando también la creación de un sistema logístico integral que se apoyaría en el establecimiento de pequeñas bases donde estarían albergados o ‘aparcados’ los drones a la espera de ser requeridos por el equipo médico de un trasplante. El coordinador del proyecto ‘Drone for Life’ explica que en estos casos "el vuelo es autónomo, es decir, no hay necesidad de que participe ninguna persona más allá del propio sistema logístico; las rutas estarían predeterminadas y tanto el despegue como el aterrizaje estarían automatizados, lo que no implicaría la intervención humana”.
En el terreno de los inconvenientes, los drones chocan contra la propia ‘juventud’ de la tecnología que los hace posible, especialmente en el ámbito civil, donde además se está en pleno proceso de desarrollo normativo-legal para este tipo de artilugios voladores. “Luego está la fiabilidad de la tecnología. A día de hoy, todavía hay una serie de cuestiones sobre los drones que tienen que ser mejoradas. De todos modos, la tecnología militar aplicada a los drones ya tiene cierta fiabilidad y garantías, por lo tanto el trasvase de lo militar a lo civil, que ha venido siendo muy habitual en otros muchos campos, también se está aplicando en este ámbito. Confiamos en que de aquí a unos meses o pocos años podamos contar con una tecnología de drones muy fiable y muy garantista para este tipo de servicios (traslado de órganos)”, indica Guillén.
Transporte de muestras, tejidos y análisis clínicos
Por ahora, el prototipo elaborado en la Escuela Universitaria de Diseño Industrial de la Universidade da Coruña tiene una capacidad de carga de unos 2 quilos como máximo, con lo cual ya se podrían transportar ciertos órganos, como córneas oculares. Para trasladar órganos de mayor peso o volumen como riñones, corazón o hígado se requeriría un dispositivo de mayor envergadura, capacidad de carga y autonomía. En cualquier caso, actualmente se está dibujando un proyecto piloto con el que testar el dron como solución tecnológica en comparación con otras soluciones más convencionales. A partir de ahí, está previsto llevar a cabo un análisis más detallado de las ventajas-inconvenientes con respecto a los sistemas convencionales de transporte, si bien “tampoco lo consideramos exclusivamente como una alternativa a… sino como un complemento a… porque hay determinados transportes que necesariamente tendrán que seguir siendo utilizados, pongamos por caso un avión; como complemento a este sistema de transporte, el dron podría llevar un órgano desde el hospital al aeropuerto”, manifiesta. “Hay un interés por parte de diferentes instituciones en el proyecto: desde instituciones privadas a modo de pequeños inversores, hasta organizaciones internacionales como el Banco Mundial, que tiene proyectos de emergencia humanitaria en países como Liberia o Tanzania (África), en este caso para el transporte de vacunas”, añade el profesor. En principio, estas organizaciones internacionales estarían interesadas en hacer llegar vacunas como la del ébola, que están en fase de ensayo clínico. Guillén explica que los drones también podrían tener otras aplicaciones en sanidad, como por ejemplo el transporte de muestras, tejidos y análisis clínicos.
El profesor cree que “en pocos meses” podrían estar sacándose ya conclusiones de lo que sería un “sistema regional” de drones auspiciado por alguna “Administración, ya sea española o foránea”. “Nuestra apuesta es más local que internacional, nos gustaría tener más apoyo en España y potenciar la marca país que tenemos como líderes mundiales en el ámbito de los trasplantes y, a partir de ahí, exportar esa tecnología y estas soluciones al extranjero”, apunta.