Redacción farmacosalud.com
El doctor Donís Muñoz, autor de la ‘Guía Práctica para la Eliminación de Tatuajes con Láser Q-Switched’, ha revelado que, según un estudio reciente, “los fumadores precisan mayor número de sesiones para eliminar sus tatuajes”. El doctor, que es dermatólogo y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), ha precisado que para eliminar un tatuaje mediante láser se pueden necesitar entre 2 y 12 sesiones, dependiendo de factores como el grosor y la profundidad de la capa de tinta, o que la marca practicada en la piel haya sido realizada por un amateur o profesional. También influyen el color empleado para el tatuaje, su antigüedad, la localización, el tamaño, el color de la piel o, como ya se ha apuntado, si la persona tatuada es fumadora.
Se recomienda dejar pasar al menos 6 a 8 semanas entre las sucesivas sesiones. Por lo que respecta al precio de una sesión de láser para un tatuaje de tamaño medio, oscila entre los 200 y los 400 euros.
Borrar un tatuaje, siempre bajo control médico
El especialista aconseja borrar los tatuajes no deseados siempre bajo control médico, puesto que hacerlo en otro tipo de centros “puede plantear serios problemas, tanto de carácter médico como tecnológico, ya que los equipos que emplean suelen ser de muy baja calidad y fiabilidad”.
El doctor Muñoz alerta de la publicidad engañosa sobre borrado de grabados en la piel sin el empleo de láser: “Existe mucha publicidad engañosa. Si entramos en internet encontraremos cremas milagro que aseguran eliminar los tatuajes. Recientemente ha surgido un nuevo sistema basado en una pistola de micropigmentación con la que se introduce en el interior del tatuaje un compuesto patentado a base de ácido láctico, que provoca una fuerte reacción inflamatoria de rechazo y la salida de la tinta a través de la piel, atrapada en la costra que genera. En mi opinión personal, esta técnica no está exenta de provocar cicatrices y no aporta ninguna ventaja sobre el tratamiento convencional con láser”.
El cliente debería fotografiar el frasco de las tintas del tatuaje
Los expertos recomiendan realizarse el tatuaje en un estudio homologado y usar tintas igualmente homologadas. “El cliente debería fotografiar el frasco en donde figure la marca, lote, etc. y guardarlo durante años, ya que en ocasiones las tintas crean problemas mucho tiempo después de ser empleadas”, ha asegurado el doctor. Por suerte, el porcentaje de reacciones a las sustancias de coloración empleadas en los grabados cutáneos “es muy bajo, aunque cada vez se comunican proporcionalmente más casos y el mayor problema con el que contamos los dermatólogos es el desconocimiento de las características de la tinta empleada”, ha puntualizado.
Muñoz ha explicado que “la tinta roja es la que con mayor frecuencia provoca reacciones anómalas y efectos indeseados tanto a corto como a largo plazo”, mientras que el color negro a partir del carbón es el pigmento más empleado y seguro. En cuanto a la facilidad para ser borrados, depende del tipo de láser Q-Switched que se emplee, ya sea el Rubí, el Alejandrita o el Nd:YAG/KTP. “Con este último, que es el más extendido, el negro, el azul oscuro y el rojo son los más fáciles de borrar; como norma general, los colores más claros como el amarillo, azul claro o el blanco encierran mayor dificultad”, ha concretado el dermatólogo.