Dra. Cornellana / Redacción Farmacosalud.com
“El uso de los probióticos está recomendado como tratamiento complementario en las infecciones vaginales y para el reequilibrio de la flora vaginal. No obstante, se recomienda su uso siempre que se haya descrito una clara evidencia científica de su eficacia y seguridad, considerando como siempre la relación riesgo-beneficio para cada mujer”. Son palabras de la doctora Chus Cornellana, ginécologa y directora de Proyectos de Ginex de Clínica Corachán (Barcelona), quien explica que “el uso de Lactobacillus como probióticos pretende curar e inhibir las infecciones vaginales recurrentes y también se ha demostrado que son capaces de inhibir eficazmente la proliferación de los patógenos, además de permitir la recolonización por la flora vaginal habitual”. Cornellana, asimismo, advierte que “el déficit de vitamina A se manifiesta a nivel vaginal con un aumento de infecciones”.
-¿Por qué es importante la flora vaginal?
La flora vaginal está formada por multitud de bacterias de distintos tipos que actúan como una barrera de protección impidiendo la entrada de organismos infecciosos al interior del aparato reproductor de la mujer. Entre las bacterias que conforman la flora vaginal destaca la presencia de los Lactobacillus, que producen ácido láctico y mantienen un pH vaginal ácido creando un entorno hostil que evita el crecimiento de microorganismos patógenos. Esta barrera de protección mantiene una correcta salud vaginal. No obstante, la vagina representa un ecosistema dinámico que mantiene su equilibrio debido a una estudiada interacción de factores, siendo el factor hormonal importante para su mantenimiento, los estrógenos básicamente.
-¿Qué causas pueden afectar a esta flora vaginal?
Muchos son los factores que pueden perturbar el equilibrio natural de la flora vaginal haciendo que esta flora bacteriana, o como actualmente se la denomina, la microbiota, ya no esté en condiciones de adaptarse, lo que puede dar lugar a infecciones vaginales. Entre esos factores destacamos los cambios hormonales, los anticonceptivos, menstruación, higiene íntima excesiva, relaciones sexuales, estrés, tratamientos antibióticos, antifúngicos, espermicidas… Los cambios hormonales van a condicionar la estructura de la vagina en función de la edad, variando el grosor del epitelio al variar los niveles de estrógeno, también la cantidad de mucosidad que recubre el epitelio vaginal aumenta a medida que aumenta el nivel de estrógeno, teniendo una gran importancia en el mantenimiento de la flora vaginal. Los cambios dinámicos en la vagina durante el ciclo menstrual conllevan asimismo cambios en la flora vaginal. Y la perturbación del entorno ácido en la zona íntima facilita la reproducción de bacterias dañinas, lo que puede provocar un desequilibrio en la flora vaginal que puede ocasionar infecciones y molestias vaginales.
-¿Qué sucede si hay un desequilibrio de esta flora en la vagina?
Cuando la flora vaginal se desequilibra por la acción de los factores citados se pueden presentar molestias e irritaciones, pudiéndose desarrollar en la zona íntima otros microorganismos patógenos como las bacterias Prevotella bivia y Gardnerella vaginalis y el hongo Cándida albicans, que pueden dar lugar a distintas infecciones -vulvovaginitis, vaginosis bacterianas y vaginitis candidiásicas-, con los síntomas característicos de prurito, leucorrea excesiva, escozor, inflamación y dispareunia, lo que altera la calidad de vida de la mujer. También existen vulvovaginitis no infecciosas como son las inespecíficas por uso de jabones y tampones.
-Ahora se habla mucho del uso y beneficio de los probióticos para impedir este desequilibrio. ¿Qué es exactamente un probiótico aplicado a este uso ginecológico?
Ciertamente, el objetivo de los probióticos es equilibrar el ecosistema vaginal en este caso (también hay disponibilidad de probióticos intestinales). Los probióticos son microorganismos vivos que permanecen vivos en la forma de medicamento y que cuando se administran en la cantidad adecuada proporcionan un beneficio de salud al huésped, así lo define la OMS. Están formados por una o más cepas concretas de Lactobacillus con capacidad de adhesión al epitelio vaginal y de generar un pH bajo a partir del ácido láctico, con capacidad también para estimular la respuesta inmunitaria y de producir sustancias bactericidas que colaboren en este aspecto coadyuvante de los antibióticos. Cumplen, por tanto, la función de impedir la proliferación de microorganismos patógenos causantes del desequilibrio de la flora vaginal.
-¿Y qué beneficio se consigue?
El uso de Lactobacillus como probióticos pretende curar e inhibir las infecciones vaginales recurrentes y también se ha demostrado que son capaces de inhibir eficazmente la proliferación de los patógenos, además de permitir la recolonización por la flora vaginal habitual. Se considera que tienen efecto adyuvante en el tratamiento de la vaginosis bacteriana y de la vaginitis candidiásica, lo que significa que hay que utilizar los probióticos después del tratamiento con antibióticos a fin de producir una recolonización de la mucosa y un descenso del pH vaginal antes de que el patógeno pueda recuperarse. Se consideran útiles igualmente en la prevención de las recurrencias de las infecciones vaginales y urinarias. Los probióticos en Ginecología representan una alternativa prometedora, en espera de nuevos estudios que nos permitan perfeccionar los distintos aspectos de los protocolos de utilización.
-Recientemente han aparecido destacados probióticos como complemento alimenticio para proteger la flora vaginal y prevenir infecciones, ¿Cuál destacaría?
La tendencia de la mujer es, en lo posible, utilizar productos naturales siempre que se haya demostrado su eficacia y seguridad. Los probióticos se sitúan en estas modalidades socialmente conocidas como tratamientos naturales y carentes de efectos secundarios. A efectos de protección de la flora vaginal y prevención de infecciones vaginales, destacaría un complemento alimenticio innovador disponible en el mercado, Lactoflora, con alto contenido en probióticos y que también actúa sobre el sistema inmunitario. Lactoflora contiene el Lactobacillus rhamnosus Lcr35 y vitamina A, que ha demostrado su eficacia frente a bacterias que pueden alterar el equilibrio de la flora vaginal como son la Candida albicans, Prevotella bivia y Gardnerella vaginalis, y además regenera la mucosa vaginal.
-¿Cómo y cuándo debe tomarse?
Se dispone de distintas posologías. La vía de administración de los probióticos vaginales son dos, la oral y la vaginal, siendo las presentaciones en forma de cápsulas y óvulos respectivamente; también se ha comercializado el tampón vaginal en cuyo interior se encuentran los lactobacillus. Si consideramos la vía oral y optamos por Lactoflora por contener probiótico y Vitamina A, la administración será una cápsula diaria durante un mes para la indicación de reequilibrio de la flora vaginal, y 2 cápsulas/día durante los primeros 10 días, seguido de 1 cápsula/día durante 2-3 meses para los casos de infecciones a fin de conseguir su máximo beneficio.
-¿Existe evidencia científica que avale los beneficios sobre la salud vaginal y la seguridad de su uso?
El uso de los probióticos está recomendado como tratamiento complementario en las infecciones vaginales y para el reequilibrio de la flora vaginal. No obstante, se recomienda su uso siempre que se haya descrito una clara evidencia científica de su eficacia y seguridad, considerando como siempre la relación riesgo-beneficio para cada mujer. No están descritos efectos adversos de los probióticos, tienen un poder patogénico nulo y no existen descripciones de infección oportunista causada por lactobacilos durante su utilización como probióticos vaginales. En el caso de valorar una mayor eficacia de una vía de administración sobre otra, no existe evidencia suficiente comparando ambas vías.
-¿La menopausia es un periodo de riesgo de infecciones vaginales?
Con la disminución de los estrógenos en la menopausia el epitelio de la mucosa vaginal se atrofia; la consecuencia inmediata es que la mucosa se debilita y puede llegar a producir irritación o dolor durante las relaciones sexuales. Asimismo, la mucosa atrófica se defiende muy mal contra las infecciones, por lo que gérmenes saprofitos que normalmente no atacan a la mujer joven son la causa de numerosas infecciones vaginales en las mujeres menopáusicas. En la postmenopausia el pH vaginal aumenta debido a la deficiencia de estrógeno y disminuyen los lactobacillus, haciendo que la vagina quede más vulnerable a la infección -desapareciendo la función autodefensiva y depuradora biológica que posee normalmente-, y aumentando la susceptibilidad de la vagina a infecciones e irritación.
-¿La vitamina A juega un papel importante en la preservación de la salud y la flora vaginal?
La vitamina A es importante, ya que actúa como un antioxidante y es necesaria para mantener, entre otras cosas, el sistema inmunológico saludable. El déficit de vitamina A se manifiesta a nivel vaginal con un aumento de infecciones. Las vitaminas antioxidantes, en el caso que nos ocupa, la vitamina A, previene los signos de envejecimiento e incrementa la resistencia a infecciones.