Redacción Farmacosalud.com
Los adultos con colitis ulcerosa (CU) de moderada a grave en España ya disponen de una nueva alternativa: mirikizumab (OMVOH™), tratamiento desarrollado por Lilly, y que ha sido incluido en la financiación pública por parte del Ministerio de Sanidad1. Mirikizumab ha demostrado una eficacia sólida en la remisión clínica tanto en pacientes que nunca han recibido una terapia biológica (51,5%) como en aquellos que no responden o han perdido respuesta (46,1%) a tratamientos biológicos o inhibidores de JAK 2 en el estudio LUCENT-2. Cabe destacar que el 49,9% de los pacientes con CU del estudio LUCENT-2 tratados con el nuevo fármaco alcanzó la remisión clínica y endoscópica a las 52 semanas y el 43,3% de los enfermos consiguió también la remisión histológica-endoscópica2.
Se trata de la primera terapia antagonista de la interleucina-23p19 (IL-23p19) aprobada para el tratamiento de la colitis ulcerosa y que supone un nuevo mecanismo de acción y una nueva opción para este tipo de pacientes que hayan tenido respuesta inadecuada, pérdida de respuesta o fueran intolerantes a la terapia convencional o a un tratamiento biológico. Y es que, gran parte de los sujetos con colitis ulcerosa no responden o pierden respuesta al estándar de tratamiento. En concreto, un 30% no responde al tratamiento anti-TNF y 1 de cada 3 pierde respuesta con el tiempo. Lo mismo sucede con los tratamientos anti-integrina alfa4beta7, en la que este porcentaje llega hasta el 50%3-5.
Por ahora no se dispone de tratamientos curativos para esta afección
“No disponemos de tratamientos curativos en la actualidad para la colitis ulcerosa, por lo que es una enfermedad crónica en la que no nos sirve sólo conseguir un buen porcentaje de respuesta o remisión en la fase de inducción, sino que debemos aspirar a mantenerlas a largo plazo el máximo tiempo posible.”, comenta el Dr. Ignacio Marín-Jiménez, gastroenterólogo de la Unidad de EII del Hospital General Universitario Gregorio Marañón (Madrid). “El mantenimiento de la eficacia a largo plazo proporciona esa confianza que los pacientes necesitan para volver a sentirse libres de una enfermedad que tenía sus vidas encadenadas.”, añade Marín-Jiménez.
La seguridad y eficacia de este nuevo tratamiento ha sido demostrada por el estudio de inducción de 12 semanas LUCENT-1 (fase III) y el estudio de mantenimiento de 40 semanas LUCENT-2 (fase III). Ambos ensayos fueron aleatorizados, doble ciego y controlados con placebo y contaron con la participación de 1.162 personas. En los ensayos clínicos se han incluido tanto a pacientes que no habían recibido tratamientos anteriores, como pacientes que habían mostrado una respuesta inadecuada, pérdida de respuesta o que no toleraban alguno de los tratamientos convencionales, incluyendo las terapias biológicas.
El programa LUCENT ha contado con la participación de centros españoles como el Hospital Universitario La Paz (Madrid), El Hospital Universitario Doctor Negrín (Las Palmas de Gran Canaria) y el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), entre otros. Los resultados de estos trabajos han sido publicados en ‘The New England Journal of Medicine’, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo2. En LUCENT-2 se observó que el 49,9% de los enfermos tratados con esta nueva terapia alcanzó la remisión clínica y endoscópica a las 52 semanas de tratamiento y el 43,3% consiguió también la remisión histológica-endoscópica con un perfil de seguridad coherente al de otros anticuerpos anti-IL-23p19. Asimismo, el 45% de los individuos logró la remisión clínica sin el uso de corticosteroides.
Beneficios terapéuticos también a corto plazo
Mirikizumab también ha demostrado beneficios a corto plazo, pues el 24,2% de los pacientes alcanzó la remisión clínica y endoscópica durante el estudio de inducción de 12 semanas de duración. En este sentido, se observaron reducciones significativas en la frecuencia de las deposiciones, la hemorragia rectal y la fatiga a partir de la segunda semana de tratamiento, y dolor abdominal a partir de la cuarta semana2.
“La evaluación de los resultados de este nuevo tratamiento para la colitis ulcerosa ha sido muy estricta durante los ensayos clínicos, considerando objetivos primarios no sólo la ausencia de síntomas, sino también la endoscopia. Aun así, los resultados de los ensayos clínicos han sido muy positivos y demuestran la seguridad y eficacia del tratamiento”, señala la Dra. María Dolores Martín Arranz, jefa de Servicio del Aparato Digestivo del Hospital Universitario La Paz (Madrid). “Este fármaco es el primer inhibidor de la IL-23 disponible para colitis ulcerosa. Ello supone la posibilidad de cambiar de mecanismo de acción en aquellos casos en los que esto pueda suponer una ventaja frente a los ya existentes en la actualidad”, agrega Arranz.
En los ensayos clínicos se ha observado una eficacia sólida en todos los criterios de valoración primarios y secundarios clave tanto en pacientes que no habían recibido tratamiento biológico ni JAK (pacientes naïve) como en sujetos en los que había fracasado el tratamiento biológico o inhibidores de JAK. De esta manera, la remisión clínica a la semana 52 se sitúa en un 51,5% para los pacientes naïve y el 46,1% para los pacientes no respondedores a biológico o inhibidores de JAK en el estudio LUCENT-22.
Además de los estudios pivotales LUCENT-1 y LUCENT-2, se está llevando a cabo el ensayo clínico LUCENT-3 de 176 semanas de duración aproximada para evaluar los resultados a largo plazo de mirikizumab6. Los últimos resultados publicados de este estudio, que comprenden hasta la semana 104, muestran datos positivos de los pacientes a largo plazo. En este sentido, los resultados en la semana 104 muestran remisión clínica (62,8%), endoscópica (66,8%), histológica (51,6%) y la remisión de la urgencia defecatoria (53,6%) en los participantes en este estudio7.
De acuerdo con el estudio CONFIDE, la urgencia por ir al baño y el miedo a la incontinencia fueron las razones más comunes por las que los pacientes con CU rechazaron participar en actividades laborales/escolares, sociales y físicas8. Sin embargo, a pesar del impacto en la calidad de vida que tiene la urgencia defecatoria, muchos de los estudios clínicos realizados hasta la fecha no incluyen ninguna valoración de este síntoma o lo hacen solo a través de una escala binaria. Con el objetivo de contar con una herramienta de medición más objetiva y precisa, Lilly ha desarrollado y validado la Escala de Calificación Numérica de la Urgencia (UNRS, por sus siglas en inglés). Esta nueva escala mide de 0 al 10 la necesidad de los enfermos por acudir al baño, siendo cero la ausencia de urgencia y 10 la máxima necesidad de urgencia posible.
La CU supone una carga significativa en la calidad de vida, ya que los afectados enfrentan síntomas incapacitantes como la urgencia defecatoria, la fatiga o el dolor abdominal, lo que puede interferir con sus actividades diarias y relaciones sociales9. Además, las altas tasas de depresión y ansiedad, hasta un 20% y 11% respectivamente, subrayan aún más los desafíos sobre la salud mental que enfrentan los pacientes. A esto se suma que suelen ser diagnosticados entre los 20-30 años, un momento de máximo desarrollo vital a nivel personal y laboral, pudiendo afectar a su normal desarrollo10-11.
Combinar GMA con biológicos, nueva solución en CU
Por otra parte, el Dr. Iago Rodríguez-Lago, médico adjunto del Servicio de Aparato Digestivo en la Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) del Hospital de Galdakao (Vizcaya), ha liderado varios estudios que demuestran que la combinación de aféresis selectiva de granulocitos y monocitos (GMA) junto con otros tratamientos, como los fármacos biológicos o moléculas pequeñas, es una opción segura y efectiva para pacientes con colitis ulcerosa que no responden bien a estos tratamientos. Además, esta combinación puede reducir la necesidad de aumentar las dosis de medicamentos existentes en aquellos pacientes que responden solo parcialmente, lo que ayuda a prevenir efectos adversos, en algunos casos graves.
“Hasta hace muy poco tiempo, la indicación principal de la GMA era la colitis ulcerosa corticodependiente (pacientes que requieren corticoides de forma prolongada para controlar los síntomas). Pero, a medida que ha habido más terapias disponibles, hemos tenido experiencias de práctica clínica en las que veíamos que se podría utilizar como una terapia combinada. Así, hemos comprobado que este tratamiento con GMA añade valor en términos de reducir la carga inflamatoria y reducir el uso de corticoides. Pero, además, podemos controlar la enfermedad evitando que estos pacientes cambien la terapia, de manera que siguen disponiendo de opciones en caso de que en el futuro necesiten utilizarlas. Es una estrategia muy atractiva. No hay que olvidar que esta es una enfermedad crónica de la que no disponemos aún un tratamiento curativo”, señala el especialista en EII.
Referencias
1. Fuente: Ministerio de Sanidad. Disponible en: https://www.sanidad.gob.es/gl/profesionales/medicamentos.do?metodo=verDetalle&cn=762979 [última consulta: mayo 2024]
2. D’Haens G, et al. N Engl J Med. 2023; 388(26):2444-2455; 2. Adapted from Bruce E. Sands et al. Presented at UEGW 2023 (OP017)
3. Allocca M, et al. Best Pract Res Clin Gastroenterol. 2018;32-33:95-102. 2. Rubín de Célix, C, et al. Presented at AEG Congress 2024
4. Fuente: European Medicines Agency (EMA). Disponible en: https://www.ema.europa.eu/en/medicines/human/EPAR/omvoh [última consulta: mayo 2024]
5. Rubín de Célix, C, et al. Presented at AEG Congress 2024
6. Fuente: Lilly. Disponible en: https://trials.lilly.com/es-ES/trial/203677 [última consulta: mayo de 2024]
7. Bruce E. Sands et al. Presented at UEGW 2023 (OP017)
8. Travis S, et al. Inflamm Bowel Dis. 2023. izad 142.
9. Cosnes J, Gower- Rousseau C, Seksik P, et al. Epidemiology and natural history of inflammatory bowel diseases. Gastroenterology. 2011;140(6): 1785-94.
10. Barreiro-de Acosta, M., Molero, A., Artime, E. et al. Epidemiological, Clinical, Patient-Reported and Economic Burden of Inflammatory Bowel Disease (Ulcerative colitis and Crohn’s disease) in Spain: A Systematic Review. Adv Ther 40, 1975–2014 (2023). https://doi.org/10.1007/s12325-023-02473-6
11. Fuerstein JD, Moss AC, Farraye FA. Ulcerative Colitis. Mayo ClinProc. 2019; 94(7): 1357-1373.