Redacción Farmacosalud.com
Oviedo ha acogido la XIII Reunión Anual del Grupo Español de Superficie Ocular y Córnea (GESOC), donde se ha debatido sobre el abordaje terapéutico de las complicaciones que pueden surgir tras una intervención quirúrgica ocular, ha informado la compañía Novartis. “Entre un 2% y un 20% de los pacientes sin riesgos previos que se someten a una operación de cataratas pueden desarrollar un edema macular cistoide tras la intervención”, apunta la Dra. Maite Sainz de la Maza, médica del Instituto Clínico de Oftalmología (ICOF) del Hospital Clínic de Barcelona. “Por ello, los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) oftálmicos constituyen la última novedad en el abordaje terapéutico de esta patología, ayudando a su prevención y al mismo tratamiento, siendo útiles también en el abordaje de la inflamación postquirúrgica, en la prevención de la miosis intraoperatoria y en la reducción del dolor postquirúrgico”, agrega la oftalmóloga.
Por otra parte, el Dr. Jesús Merayo Lloves, coordinador de la Reunión e investigador del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega y su Fundación de Investigación Oftalmológica, comenta que “hasta ahora no habíamos prestado la suficiente atención a los problemas de inervación de la superficie ocular que, sin duda, afectan a la calidad de vida y de visión del paciente”. La córnea, el tejido transparente del ojo, tiene una inervación sensorial 300 veces más importante que la que tiene la piel o 50 veces superior que la de la pulpa dental. “Por ello, la parte externa del órgano de la visión ha desarrollado un ‘sistema de alerta’ que le permite parpadear ante cualquier peligro, tener la cantidad y calidad de lágrima adecuada a cada necesidad, y conducir los nutrientes y factores regenerativos necesarios”, explica Merayo, quien añade que “en el momento en que la inervación corneal se altera pueden generarse problemas como fotofobia, dolor ocular, sensibilidad o la imposibilidad de regenerar heridas”.
Soluciones para el síndrome de ojo seco
Por ello, durante la jornada se han abordado desde una perspectiva multidisciplinar las soluciones adecuadas para los problemas que afectan la superficie ocular, como el síndrome de ojo seco, una patología con una alta prevalencia en la población: “Entre un 15 y un 20% de las consultas en oftalmología son a raíz de este problema”, asegura el Dr. David Galarreta, oftalmólogo de la Unidad de Superficie Ocular del Hospital Clínico Universitario de Valladolid. “Aunque existen múltiples etiologías y cada una de ellas tiene un perfil de paciente, en general es más frecuente en los pacientes mayores de 50 años, incrementando su frecuencia con la edad y afectando especialmente a las mujeres”, aclara. “En el caso del ojo seco, el uso de las lágrimas artificiales es la piedra angular en el abordaje terapéutico, ya que mejoran en general el estado de la superficie ocular del paciente”, explica Galarreta.