Redacción Farmacosalud.com
‘En la actualidad, todavía siguen existiendo reticencias sobre la importancia o el interés del diagnóstico precoz o temprano, puesto que, entre otras cosas, no existe tratamiento eficaz que permita hacer frente a la enfermedad del Alzheimer. No obstante, diagnosticar precozmente es básico y fundamental, no sólo para la persona y la familia, sino también para la investigación y para la sociedad. Por ello, y para avanzar en este sentido, las asociaciones deberán luchar contra el estigma social y familiar que aún prevalece para quitar importancia a la presencia de determinados síntomas o signos que erróneamente se achacan a la edad; los médicos de Atención Primaria (AP) deberán ser más sensibles con aquellas personas que se presentan en consulta con determinados síntomas de alarma; la atención especializada deberá ser más ágil a la hora de diagnosticar y, sobre todo, de reducir los períodos de seguimiento entre consulta y consulta; etc’.
Así reza la denominada ‘Declaración de Gijón’, un documento de reflexión y reivindicación elaborado por la Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) y sus entidades ante los desafíos que plantea el abordaje de este tipo de patologías en el momento presente y también de cara al futuro.
‘El diagnóstico temprano sigue siendo una exigencia reivindicativa irrenunciable, puesto que, entre otras cosas, está contribuyendo a generar un nuevo perfil de la enfermedad con personas afectadas cada vez más jóvenes y con reserva de la práctica totalidad de sus capacidades. Cuanto antes se diagnostique, más tardará la enfermedad en evolucionar hacia niveles o estadíos que requieren de atenciones más especializadas y costosas’, se lee en el manifiesto.
España, encaminada a ser el país del mundo con mayor esperanza de vida
‘La Administración, en todos sus niveles, debe tomar conciencia de una vez por todas de la necesidad de declarar el Alzheimer y las demencias como la prioridad sociosanitaria que es, del nivel de impacto que tiene sobre la sociedad y de la necesidad de articular una respuesta eficaz y adaptada a los retos que plantea esta epidemia del siglo XXI. No puede mirar hacia otro lado, teniendo en cuenta la magnitud que la demencia tiene en la actualidad y la que va a tener en el corto plazo cuando España sea el país del mundo con mayor esperanza de vida’, sostiene el nuevo consenso.
El Alzheimer es un problema sociosanitario de primera magnitud que en territorio español afecta directamente a casi 1,2 millones de personas e indirectamente a 5 millones, si se tiene en cuenta el entorno familiar. Por ello, la Declaración de Gijón exige a la Administración que hay que ‘retomar de manera seria y formal el Plan Nacional de Alzheimer, adaptándolo a la nueva realidad y dotándolo de los recursos económicos y presupuestarios necesarios’.
Además, se reclama tomar en consideración a las demencias y sus consecuencias de forma específica, dotando a las personas que conviven con estas problemáticas de las atenciones y servicios que realmente necesitan en cada momento y huyendo de fórmulas más convencionales o más propias de otras afecciones o circunstancias. ‘La demencia no cabe en el colectivo de la discapacidad (cuyo objetivo es la inserción de las personas en la sociedad de manera normalizada), ni en el de personas mayores’ (más del 10% de los casos diagnosticados lo son por debajo de los 65 años); han sido ya varias las oportunidades que se han perdido por intentar hacer encajar la demencia en otros colectivos en los que no hay respuesta posible’.
Investigación e innovación
Seguir investigando es una exigencia y una constante en cualquier reivindicación social o asociativa, ya que en la ciencia radica la esperanza para la curación o cronificación de la enfermedad. ‘Se debe seguir trabajando en todos los órdenes o niveles que comprende la investigación: la básica, para la determinación o descubrimiento de nuevas moléculas prometedoras; la traslacional, para facilitar el acceso de esas moléculas al testeo real en modelo humano; la clínica, para comprobar la eficacia y seguridad de esas moléculas ya convertidas en fármacos experimentales, y la social y sociosanitaria, clave mientras las anteriores no alcancen resultados óptimos, para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas’, remarcan desde CEAFA.
En cuanto a la innovación, todos los agentes que intervienen en el abordaje de las demencias deben reflexionar sobre las opciones y oportunidades que existen para avanzar en este terreno y plantear enfoques diferentes, tener en consideración nuevos perfiles de personas afectadas, y establecer nuevos canales, medios y mecanismos de comunicación.
Nuevos fármacos prometedores
La Declaración de Gijón también recoge aspectos como la ética y la dignidad de las personas con Alzheimer. Con independencia de la condición o afección de una persona, de que sea más o menos autónoma o dependiente, de que pueda valerse por sí misma o precise la ayuda de terceros, se debe ‘reivindicar y exigir que se cumplan sus derechos […] Porque, a pesar de la enfermedad, esa persona no pierde en ningún momento su dignidad’, apunta el manifiesto.
De acuerdo con CEAFA, ‘tras más de 20 años sin apenas respuesta por parte de la investigación’, en los próximos tiempos se va a producir ‘una revolución farmacológica’ con la aparición de nuevos medicamentos que prometen ralentizar de manera significativa la progresión del Alzheimer en personas diagnosticadas en fases incipientes de la patología. Una vez aprobados estos nuevos tratamientos y tras haber pasado los filtros oportunos, se debe requerir al Ministerio de Sanidad que reconozca las nuevas terapias y las ‘incorpore a la cartera de medicamentos financiados por el sistema’ con el fin de que estén a disposición de todas las personas que ‘cumplan con los requisitos para su administración’, se indica en el documento.
A todo esto, las Asociaciones de familiares de enfermos con Alzheimer han demostrado a lo largo del tiempo que son una ‘herramienta eficaz’ en la prestación de atenciones y servicios a los individuos afectados -prosigue el escrito reivindicativo-. Para que estas organizaciones puedan seguir siendo el referente que son, necesitan abrir los ojos al entorno para comprender los cambios que se están produciendo y adaptarse a las necesidades cambiantes, agregan las mismas fuentes. ‘Deben seguir siendo el motor que, como hasta la fecha, hace avanzar todo lo relativo al abordaje de la demencia”, concluyen desde CEAFA.