Redacción Farmacosalud.com
La Dra. Elena Arbelo, cardióloga en el Hospital Clinic de Barcelona y miembro de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha liderado la elaboración y presentación de las guías para el manejo de las miocardiopatías en el marco del Congreso Europeo de Cardiología (ESC Congress), que ha tenido lugar recientemente en Ámsterdam (Países Bajos). Se trata de un documento de referencia para todos los cardiólogos que recoge una serie de recomendaciones para optimizar el diagnóstico y manejo de los pacientes con miocardiopatías. En su elaboración han participado también otros tres cardiólogos españoles (Juan Ramón Gimeno, Pablo García Pavía y Roberto Barriales) y se trata, además, de un texto pionero porque es la primera vez que engloba a todas las miocardiopatías.
Las miocardiopatías son un conjunto de enfermedades del músculo cardiaco que afectan a su capacidad de bombear sangre, lo que puede llegar a provocar ritmos cardiacos anormales e, incluso, insuficiencia cardiaca. Con frecuencia están causadas por cambios en los genes responsables del funcionamiento de las células del músculo cardiaco, lo que significa que estas patologías pueden ser hereditarias. Las miocardiopatías pueden presentarse a cualquier edad.
En España, se estima que una de cada 300/400 personas aproximadamente sufre algún tipo de miocardiopatía, siendo la más prevalente la miocardiopatía hipertrófica (MCH). Esta última afecta a uno de cada 500 españoles y supone una media de entre tres y cinco casos de nuevas consultas por semana en cualquier hospital general. Los riesgos y complicaciones de estas dolencias son variables. Muchos pacientes tienen pocos síntomas, pero otros experimentan fatiga, dificultad para respirar, dolor en el pecho, palpitaciones y desmayos, así como complicaciones más graves entre las que se encuentran el infarto o muerte súbita. Según la Dra. Arbelo, “es un documento pionero que refleja los avances en genética e imagen cardiaca, así como la llegada de nuevos tratamientos dirigidos a las causas específicas de estas enfermedades”.
Técnicas de imagen y asesoramiento genético
Las recomendaciones destacan las numerosas áreas de diagnóstico y tratamiento que se comparten entre los subtipos de miocardiopatía y ofrecen consejos específicos para cada una. El diagnóstico comienza con una descripción de cómo se ve y se comporta el corazón, y luego incorpora información sobre anomalías del ritmo cardiaco, antecedentes familiares y pruebas genéticas para llegar a un diagnóstico más preciso. “Las técnicas de imagen, como la ecocardiografía y la resonancia magnética cardiaca, son esenciales para el diagnóstico de ciertos subtipos y pueden ayudar a identificar a los pacientes con riesgo de muerte súbita”, afirma Arbelo.
El diagnóstico de una miocardiopatía hereditaria puede provocar la exclusión de los deportes competitivos y afectar a las decisiones sobre tener hijos. Algunos pacientes deben vivir con un pequeño riesgo de muerte súbita o la posibilidad de un futuro trasplante de corazón, por lo que, en algunos casos, se puede recomendar el uso de un desfibrilador automático implantable (DAI) para prevenir esta complicación.
Las guías recomiendan, además, el asesoramiento genético para ayudar a los enfermos y sus familiares a comprender y adaptarse al diagnóstico de una enfermedad genética. Este debe ofrecerse antes de tomar la decisión de realizar la prueba y cuando los resultados se entreguen al paciente y su familia. También se debe ofrecer apoyo psicológico clínico a todas las personas a las que se les haya implantado un DAI o que tengan antecedentes familiares de muerte súbita cardiaca. Para todas las miocardiopatías, el tratamiento tiene como objetivo identificar y tratar los síntomas, prevenir complicaciones y evaluar a los familiares en riesgo. Un objetivo importante de estas guías es identificar a las personas con mayor riesgo de muerte súbita. Se recomienda la toma de decisiones compartida al seleccionar ciertos tratamientos como los DAI. Otros incluyen medicamentos para abordar los síntomas y trasplante de corazón.
Consejos para pacientes
Por otro lado, las guías cuentan con una sección específica que brinda consejos a los pacientes sobre cómo vivir con una miocardiopatía con relación al ejercicio, dieta y consumo de alcohol, peso, problemas reproductivos, actividad sexual, medicación, vacunación, conducción, empleo, vacaciones, seguros de viaje y seguro de vida.
Conviene recordar que las miocardiopatías son la principal causa de muerte súbita cardiaca relacionada con el ejercicio en jóvenes del mundo occidental. En algunas de estas afecciones, el ejercicio acelera la progresión de la enfermedad, lo que históricamente ha dado lugar a recomendaciones para que todos los pacientes limiten la actividad. Muchos de ellos se han limitado a un estilo de vida relativamente sedentario por miedo a una muerte súbita cardiaca, perdiendo así los efectos beneficiosos que tiene el ejercicio en la prevención de las patologías cardiovasculares.
Sin embargo, estas pautas recomiendan ejercicio regular de intensidad baja a moderada para todos los pacientes con miocardiopatía que puedan realizarlo. Se debe llevar a cabo, eso sí, una evaluación de riesgos individualizada para que se pueda proporcionar una prescripción de ejercicio teniendo en cuenta la prevención de arritmias potencialmente mortales durante el mismo, el tratamiento de los síntomas para permitir la práctica de deportes y la prevención de la progresión de la enfermedad inducida por la actividad física. Los pacientes con determinadas miocardiopatías deben evitar los deportes competitivos o de muy alta intensidad.
Asimismo, las guías recomiendan un enfoque multidisciplinar para la atención al paciente, además de una preparación oportuna y adecuada para la transición de la atención de los servicios de miocardiopatía pediátrica a los de adultos. Destacan la necesidad de una atención integrada entre los equipos de especialistas en miocardiopatía y otros profesionales, incluidos cardiólogos, genetistas, asesores genéticos, patólogos y otras especialidades, así como interacciones estrechas entre la atención primaria, secundaria y terciaria.
Nuevas guías para el manejo de los pacientes con síndrome coronario agudo
En el Congreso de la ESC Congress también se han publicado las nuevas guías para el manejo del síndrome coronario agudo (SCA). Un documento de referencia para todos los cardiólogos, que ha contado en su elaboración con la participación del Dr. Borja Ibáñez, cardiólogo en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y en el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (Madrid), y miembro del CIBERCV (Centro de Investigación Biomédica en Red Enfermedades Cardiovaculares). Las nuevas guías recogen, por primera vez en un mismo documento, las recomendaciones relativas a todos los tipos de SCA. El SCA engloba al conjunto de afecciones que, de forma repentina, detienen o reducen de forma significativa el flujo de sangre al músculo cardiaco: la angina inestable y dos tipos de infarto agudo de miocardio: IAMCEST e IAMSEST, infarto de miocardio con elevación o sin elevación del segmento ST. Estos subtipos de SCA se definen según la gravedad de la reducción del flujo sanguíneo y sus consecuencias.
El nuevo consenso ofrece consejos detallados sobre el tratamiento, que incluye medicamentos anticoagulantes (terapia anticoagulante y antiplaquetaria). Asimismo, se enfatiza la necesidad de promover el cumplimiento terapéutico de los pacientes, para lo cual recomiendan el uso de la polipíldora cardiovascular, que incluye fármacos fundamentales tras el infarto. Esta polipíldora ha demostrado aumentar la adherencia al tratamiento, traduciéndose en una reducción de eventos adversos a largo plazo.
En las guías también hay una nueva sección, en este caso dedicada al manejo en pacientes con cáncer, ya que estas personas tienen un riesgo elevado de sufrir síndromes coronarios agudos debido a factores de riesgo compartidos con las neoplasias, como el tabaquismo, el tipo de cáncer o el tratamiento con quimioterapia y radioterapia. El documento recomienda una estrategia invasiva (por ejemplo, angiografía e inserción de un stent si es necesario) en sujetos con cáncer activo y una supervivencia esperada de al menos seis meses. Asimismo, se recomienda una interrupción temporal del tratamiento contra el cáncer cuando se sospecha que contribuye a la aparición del síndrome coronario agudo.