Redacción Farmacosalud.com
El Consejo de Ministros de España ha acordado declarar el fin de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, la patología causada por el coronavirus SARS-CoV-2. Una vez valorado el informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) del Ministerio de Sanidad y de acuerdo con lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Consejo de Ministros ha considerado pertinente la transición hacia un nuevo manejo de la enfermedad de una manera sostenible a largo plazo, informa el Ministerio de Sanidad. Así pues, se pone fin a la obligatoriedad del uso de las mascarillas en centros de salud, hospitales, farmacias y centros sociosanitarios, si bien se recomienda su utilización en espacios sanitarios o en ámbitos residenciales con circunstancias especiales, como sería:
a) en presencia de pacientes vulnerables b) personas sintomáticas en espacios compartidos c) profesionales que atienden casos sintomáticos
d) o en lugares como las UCI (Unidades de Cuidados Intensivos) e) Urgencias hospitalarias y de Atención Primaria, incluida la sala de espera, y f) en centros residenciales de personas mayores y personas con discapacidad, en caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, para evitar brotes de COVID-19, cuidando en todo caso el bienestar físico y emocional de los mayores.
El fin de la obligatoriedad ha entrado en vigor este miércoles 5 de julio.
Uso recomendable
“Más de tres años después, podemos, sin bajar la guardia, decir adiós a una pandemia que ha marcado nuestras vidas”, manifiesta el ministro de Sanidad, José Miñones, quien concreta que, desde la publicación del acuerdo en el Boletín Oficial del Estado (BOE), decae la necesidad del uso de los tapabocas en los espacios en los que se había decretado a causa del COVID-19, si bien su utilización es altamente recomendable con el fin de proteger a la población vulnerable.
El Acuerdo del Consejo de Ministros insta a la ciudadanía y a las autoridades sanitarias a mantener la cultura de responsabilidad adquirida en los últimos años y a seguir utilizando mascarillas y otras medidas higiénicas ante la presencia de síntomas de infección respiratoria. Igualmente, en los centros sanitarios, la pandemia ha mostrado la necesidad de reforzar el uso de los cubrebocas en determinados contextos y situaciones, como los anteriormente señalados.
Promoción de la vacunación y vigilancia
La vacunación frente al COVID-19 y otros microorganismos causantes de infección respiratoria será la piedra angular de esta nueva etapa. En ese sentido, Miñones señala que España ha sido un ejemplo de vacunación a nivel mundial. Para fortalecer la vigilancia integrada de infecciones respiratorias agudas de una manera sostenible, se debe mantener un sistema de vigilancia centinela que integre el seguimiento de la infección respiratoria aguda tanto en atención primaria como en atención hospitalaria y que incluya al menos la vigilancia de gripe, COVID-19 y el Virus Respiratorio Sincitial.
Se establece la conveniencia de fortalecer el marco estratégico de preparación y respuesta frente a emergencias sanitarias, para lo que ha de impulsarse el desarrollo del Sistema de Alerta Precoz y Respuesta Rápida de la Red Estatal de Vigilancia en Salud Pública, enmarcado en la Estrategia de Salud Pública 2022. Dentro del ámbito de la preparación y la respuesta, el acuerdo establece como fundamental seguir manteniendo una reserva estratégica sanitaria y mantener los mecanismos de gobernanza compartida, así como reforzar los recursos humanos.
Informes clínicos en el SNS
Por otra parte, el Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del Ministerio de Sanidad, la modificación del Real Decreto 1093/2010, que establece el conjunto mínimo de datos de los informes clínicos en el Sistema Nacional de Salud (SNS). La normalización de contenidos clínicos entre las distintas comunidades autónomas facilita el poder compartir los informes clínicos dentro del SNS, de manera que se evitará la duplicidad y repetición de pruebas médicas y se mejorará la calidad asistencial.
En este proceso se priorizará el uso de SNOMED CT (Systematized Nomenclature of Medicine-Clinical Terms), la terminología clínica integral, multilingüe y codificada de referencia para el intercambio de datos de carácter sanitario.