Redacción Farmacosalud.com
David Arias se encontró con un inesperado compañero/a de viaje vital a los 20 años de edad, cuando estudiaba en la universidad. “De repente, un día, y durante varios días, empecé a dejar de sentir la pierna, el brazo, la mitad de mi cuerpo… y estaba allí. Esa inesperada compañera que de repente llega sin que tengamos culpa alguna de ella, y que nos va a acompañar el resto de la vida: es la esclerosis múltiple”. El primer pensamiento que le vino a la cabeza cuando supo que estaba afectado de esclerosis múltiple estaba cargado de pesimismo, pero después cambió de parecer: “El primer pensamiento es ‘ya no voy a poder hacer nada, la esclerosis va a mandar en mi vida’… y no no no, no es así. Sobre la esclerosis mandamos nosotros, es mi vida, y la esclerosis es simplemente un compañero más, inesperado pero un compañero más, una característica más de mí, como que soy alto, moreno, gordo, delgado, etc. Pero sobre mi vida mando yo, y la esclerosis es simplemente una característica más, nada más”.
“Cuando te diagnostican esta enfermedad, parece que no vas a poder hacer ciertas cosas o que vas a tener ciertas restricciones en tu vida, en tu dieta, en tu día a día, en el deporte… y no”, afirma Arias, quien en el siguiente vídeo explica cuál fue el mejor consejo que recibió de su médico.