Redacción Farmacosalud.com
Según el primer Libro Blanco sobre los implantes cocleares en adultos y ancianos, ‘los resultados de algunos estudios han sugerido que la pérdida de audición se asocia de forma independiente con un funcionamiento cognitivo más deficiente y demencia incidental, posiblemente a través de los efectos de la pérdida de audición o a través de una participación social reducida. La magnitud de esta asociación: hipoacusia* y deterioro cognitivo, es clínicamente significativa, ya que las personas con pérdida auditiva muestran una tasa acelerada de declive cognitivo del 30% al 40% y un riesgo un 24% mayor de deterioro cognitivo en comparación con las personas con audición normal’.
*hipoacusia: pérdida de capacidad auditiva
Algunos estudios han demostrado cómo es la sobrecarga cognitiva que deben realizar las personas mayores con hipoacusia para entender y reconocer el habla. Si a todo ello se le suma el aislamiento social, la soledad, la depresión, u otros problemas emocionales provocados por la falta de información y motivación para la interacción y la comunicación con el entorno que sufren estos pacientes, parece claro que se está ante un conjunto de factores “que aceleran o agravan el deterioro cognitivo. Ahora bien, esto se produce cuando la pérdida de audición no está tratada, es decir, cuando la persona no utiliza prótesis auditivas (audífonos y/o implantes auditivos). Así lo ponen también de relieve los dos últimos Estudios de Investigación que han obtenido el Premio FIAPAS: ‘Implantes cocleares y función cognitiva en mayores de 55 años’1 y ‘Presbiacusia y Teoría de la Mente. Estudio sobre las limitaciones de las personas con presbiacusia para comprender las intenciones de su interlocutor’2, detalla José Luis Aedo Cuevas, presidente de la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS).
El controvertido límite de los 26 años de edad para poder recibir un audífono del SNS
“Por tanto -comenta Aedo en declaraciones a www.farmacosalud.com-, identificar las principales medidas para paliar estos efectos resultaría sencillo: detección precoz de las pérdidas auditivas en la edad adulta y acceso universal a las prótesis y rehabilitación auditivas. Sin embargo, la práctica nos muestra que este tipo de déficits de salud en la edad adulta no son identificados tempranamente, ni se garantiza el derecho de acceso universal al tratamiento de la sordera, ya que los audífonos son la única prótesis externa del Sistema Nacional de Salud (SNS) cuya prestación se encuentra limitada por edad, sólo hasta los 26 años. Nadie se puede imaginar que un sistema sanitario avanzado, como el nuestro, cubra sólo las prótesis ortopédicas de pierna a los más jóvenes, ¿verdad…? a todas luces, nos parecería una discriminación injustificada, ¿no? No obstante, es lo que sucede en el caso de las personas con sordera mayores de 26 años que necesitan audífonos”.
“Si hablamos de implantes auditivos, aunque la legislación en esta materia es amplia, existen numerosas desigualdades territoriales y limitaciones en el acceso a la implantación en personas mayores”, asevera Aedo.
Para FIAPAS, el acceso universal a las prótesis para el oído no sólo es una cuestión clave para la prevención de otras deficiencias, enfermedades, etc., sino que es una cuestión de derechos. Por ello, desde esta entidad se cree indispensable, por un lado, que las “Administraciones públicas terminen con la discriminación por razón de edad en la prestación por audífonos. Y, por otro, que la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (Instituto de Salud Carlos III) revise y actualice el informe técnico de evaluación sobre implantes cocleares, teniendo en cuenta los avances producidos en los últimos años”, sostiene Aedo.
De hecho, la hipoacusia, una de las tres enfermedades crónicas más prevalentes que afectan a los pacientes de edades avanzadas, no sólo impacta en la capacidad para percibir sonidos y entender la palabra hablada, sino que también puede provocar caídas y demencia, además de los ya comentados estados de depresión, deterioro cognitivo, etc. Además, esta problemática también acaba incidiendo en el desarrollo educativo y profesional de los sujetos afectados, quienes -por poner un ejemplo- pueden ver obstaculizadas sus oportunidades laborales.
“Los adultos llegan al implante coclear después de un proceso doloroso, frustrante, de pérdida de autoconfianza y aislamiento social por la falta de audición, así como dificultades para encontrar un empleo. Es un tratamiento que da nuevas esperanzas y perspectivas tanto a los pacientes con sordera como a sus familias”, asegura Joan Zamora, presidente de la Federación de Asociaciones de Implantados Cocleares de España (AICE).
Una vez más, el papel clave que puede desarrollar la Atención Primaria
En el Libro Blanco se recomienda, asimismo, llevar a cabo cribados para detectar posibles casos de sordera, sea cual sea el grado de esta disfunción: ‘Los responsables políticos y las organizaciones deberían hacer que las pruebas de audición estuvieran disponibles de forma rutinaria, especialmente al nacer y a edades avanzadas (+ 55)’, se lee en el nuevo documento.
“Para FIAPAS, la detección precoz de las pérdidas auditivas ha sido y sigue siendo una de sus principales reivindicaciones. Tras una intensa labor de incidencia política, hoy podemos decir que la detección precoz de la sordera infantil en el momento del nacimiento es una realidad. Sin embargo, continuamos reclamando cribados poblacionales de las pérdidas auditivas tanto en la edad escolar como en la edad adulta. Fruto de nuestra reivindicación y aportaciones, el I Plan Nacional para el Bienestar Saludable de las Personas con Discapacidad 2022-2026 (Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030) incluye entre sus medidas el fomento de la implantación de cribados poblaciones de aquellas enfermedades o causas de discapacidad de mayor prevalencia entre la población mayor de 50 años, entre las que se encuentra la pérdida de audición”, remarca Aedo.
“En nuestra opinión, dado que el facultativo de Atención Primaria es el profesional con mayor contacto con la población, debe conocer el riesgo actual de tener un problema auditivo y poder detectar casos de riesgo para su derivación al médico ‘otorrino’, responsable de su valoración y tratamiento. Posteriormente, debe realizar el seguimiento de los resultados de estas pruebas para la detección y atención precoz de los posibles casos de hipoacusia. Para ello, desde FIAPAS hemos solicitado al Ministerio de Sanidad que el programa formativo de Medicina Familiar y Comunitaria incorpore conocimientos específicos relativos a la salud auditiva, la prevención y la situación sociosanitaria de las personas con discapacidad auditiva”, apunta el presidente de dicha Confederación.
Escasa presencia de los implantes cocleares, pese a los grandes beneficios asociados a su uso
En España, se estima que únicamente el 5,7% de los adultos que podrían mejorar sus bajos niveles de audición con un implante coclear -dispositivo de alta tecnología implantado mediante una intervención quirúrgica que sustituye la función del oído interno dañado- han recibido este tratamiento. Algo que es difícil de entender si se tiene en cuenta que, gracias a esta innovación tecnológica (con más de 35 años de experiencia en territorio español), la calidad de vida de los pacientes con hipoacusia severo-profunda mejora de manera significativa, dado que este tipo de implante les permite escuchar y entender el lenguaje hablado con una mejor calidad. Así se recoge en el mencionado Libro Blanco, documento que ha sido elaborado por especialistas médicos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), del Comité Científico de la firma GAES, expertos independientes y asociaciones de usuarios y familiares.
El nuevo manual pretende ofrecer una visión lo más documentada y rigurosa posible sobre la situación actual de la implantación coclear en España. Entre otras cuestiones, el libro aborda el panorama de la hipoacusia en territorio español y la importancia de su correcto abordaje, realiza una descripción de los implantes cocleares y analiza los beneficios que estos dispositivos reportan a las personas con sordera y sus familias. Por último, también analiza la incidencia de esta patología en el sistema sanitario y las ventajas de una detección y tratamiento tempranos.
“Deseamos que la información aportada sirva para concienciar y sensibilizar a la sociedad en general, y ayudar a los profesionales de la salud y a personas con sordera severo-profunda y sus familias, contribuyendo en definitiva a promover un futuro más inclusivo, accesible y sostenible para las personas con discapacidad auditiva”, manifiesta el Prof. Carlos Cenjor Español, presidente del Comité Científico de GAES.
El estigma como barrera para un correcto abordaje de la hipoacusia
A pesar de haberse demostrado que el implante coclear es un medio eficaz para el tratamiento de la pérdida de audición en casos de sordera severo-profunda, el uso de estos dispositivos entre la población de sujetos afectados oscila sólo entre el 10% y el 15%. Se estima que el número aproximado de personas con implantes cocleares en todo el mundo es de un millón, en Europa de alrededor de 500.000 y en España de en torno a 22.000. Además, se considera que, en territorio español, únicamente les llega la información sobre este tratamiento a menos de 1 de cada 10 pacientes. La falta de conocimiento sobre los beneficios que aportan los implantes cocleares se debe, entre otros factores, a las carencias informativas en la cadena sanitaria que atiende a los individuos con problemas de audición. Además, el estigma de los dispositivos auditivos y el miedo a la operación quirúrgica también son factores que hacen que los ciudadanos rechacen o retrasen la implantación coclear.
“Son muchos y muy importantes los progresos en medicina y tecnología alcanzados en relación con los implantes cocleares en las últimas décadas, aunque todavía hay que hacer hincapié en las dificultades que hay que superar y las carencias a resolver. Invertir en una buena atención auditiva puede mejorar el impacto de la pérdida de audición y el deterioro cognitivo y, por lo tanto, reducir la carga financiera en los sistemas de salud y el impacto en las personas y sus familias”, destaca Aedo mediante un comunicado.
Otro de los motivos que influyen en el uso limitado de los dispositivos cocleares son los insuficientes recursos públicos. Unos recursos que cuesta aumentar debido a los recortes sanitarios que hay en muchas comunidades autónomas, en las que existe una falta de homogeneidad en la aplicación de criterios para la selección de pacientes que deberían beneficiarse de estos implantes, según se recoge en un comunicado difundido por GAES. A juicio del Dr. Manuel Bernal Sprekelsen, presidente de SEORL-CCC, “es muy importante destinar los recursos sanitarios en todas la Comunidades Autónomas para la implantación coclear en personas mayores. Es un tratamiento que aumenta la calidad de vida de los implantados y que facilita enormemente su vida social”.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la pérdida auditiva afecta actualmente a más de 1.500 millones de personas en todo el mundo, de las cuales 430 millones tienen niveles moderados o altos de pérdida auditiva en el oído con mejor audición, lo que representa más del 5% de la población mundial. En España hay 1.230.000 personas con una discapacidad auditiva de distinto tipo y grado, según datos del Instituto Nacional de Estadística publicados en abril de 2022. Los datos de 2020 del Estudio Eurotrak, el mayor trabajo comparativo multinacional sobre cuestiones relacionadas con la hipoacusia y el uso de audífonos, revelan que en España el 11,3% de la población presenta algún tipo de pérdida auditiva, y de esa población, un 5% padece un déficit profundo. Estos datos, aplicados a la situación demográfica de 2020, arrojan una cifra de más de 267.000 personas con pérdida de audición profunda.
El primer Libro blanco sobre los implantes cocleares en adultos y ancianos se presentó en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados la misma semana en la que celebraba el Día Mundial del Implante Coclear, jornada que conmemora la primera intervención realizada por los franceses Djournp y Eyres en 1957. El acto de presentación, inaugurado por Rosa Romero, presidenta de la Comisión de Sanidad, incluyó una mesa redonda moderada por Alipio Gutiérrez, periodista y experto en comunicación científica y sanitaria, mientras que como ponentes participaron el Prof. Bernal Sprekelsen, el Dr. Cenjor, Aedo Cuevas y Zamora. El evento se inició con la intervención de Jose Luis Íñiguez y Mar Navarro, dos testimonios que narraron su experiencia con implantes cocleares, y finalizó con la clausura a cargo de Joan Ruiz Carbonell, presidente de la Comisión de Derechos Sociales y Políticas Integrales de la Discapacidad.
Referencias
1. Lassaletta, L. et al. (2020): Implantes cocleares y función cognitiva en mayores de 55 años. Revista FIAPAS, 176, I-XX.
2. Valero-García, J. et al. (2022): Presbiacusia y Teoría de la Mente. Estudio sobre las limitaciones de las personas con presbiacusia para comprender las intenciones de su interlocutor. Revista FIAPAS, 179. I-XVI.