Redacción Farmacosalud.com
Un equipo multidisciplinar del Hospital Universitario de Bellvitge (l’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona) ha localizado el origen de las crisis epiléptico-reflejas desencadenadas por el acto de comer alimentos: se trata de una lesión operable (un encefalocele) que se ubica en el polo temporal derecho del cerebro. El estudio, que ha sido publicado en la revista ‘Epileptic Disorders’, ha sido realizado por la Dra. Raquel Tena-Cucala bajo la coordinación de la Dra. Mercè Falip, neuróloga y coordinadora de la Unidad de Epilepsia del Servicio de Neurología de dicho centro hospitalario e investigadora del grupo de Enfermedades Neurológicas y Neurogenética del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL).
Una crisis epiléptica tiene lugar cuando existe una descarga simultánea y excesiva de neuronas, interrumpiendo la función cerebral normal. Estos episodios son la manifestación de la epilepsia, el segundo trastorno neurológico crónico más común que afecta a todos los grupos de edad después del dolor de cabeza.
Estimulación lumínica intermitente, ducha con agua caliente, escuchar música…
De hecho, etimológicamente epilepsia significa ‘llegada sorpresa’, ya que no se puede predecir cuándo se sufrirá una crisis. Ahora bien, sólo un pequeño porcentaje –alrededor de un 1% de los pacientes- pueden sufrir episodios de este tipo desencadenados por un estímulo concreto, lo que se conoce como crisis reflejas. Existen crisis reflejas en estimulación lumínica intermitente, al ducharse con agua caliente, escuchar música, jugar al ajedrez, realizar cálculos matemáticos y en el acto de comer, entre otros estímulos.
En concreto, el Hospital de Bellvitge ha centrado los esfuerzos de investigación en los ataques asociados al acto de la comida. "Se pueden producir por gustos, olores, por el acto de tragar o por estímulos propioceptivos en boca, esófago, estómago o por otros estímulos visuoespaciales", según explica la neuróloga. A pesar de ser un tipo infrecuente de este trastorno neurológico, la Unidad de Epilepsia del centro barcelonés -integrada por neurólogos, neurocirujanos, neurorradiólogos y especialistas en medicina nuclear, neuropsicólogos y neurofisiólogos- ha recogido y evaluado las características clínicas de ocho pacientes por determinar el origen de las crisis reflejos que sufren a raíz de la comida y el comer.
Tal y como publica la revista ‘Epileptic Disorders’, cinco de los enfermos tratados en Bellvitge desencadenaban los ataques durante la ingesta por el gusto o la textura del alimento, y tres de ellos por actividades relacionadas con el acto de comer, como cortar los alimentos. Las crisis desatadas por el gusto se originaban en el lóbulo temporal derecho en cinco pacientes, y en cuatro de ellos se halló una lesión específica en el polo temporal derecho denominada encefalocele. Esta lesión se produce cuando una parte del cerebro se hernia por debilidad de las meninges o de los huesos de la base del cráneo.
Descubrir esta lesión ha permitido controlar por completo las crisis a partir de una intervención quirúrgica en dos de estos pacientes, practicada por el Dr. Alejandro Fernández-Coello y el Dr. Aleix Rosselló ,del Servicio de Neurocirugía del HUB. Esta cirugía consiste en la resección del polo del lóbulo temporal derecho y la colocación de una malla para evitar que volviera a producirse una hernia del cerebro.
¿Cómo actuar ante una crisis epiléptica?
"La epilepsia no es una enfermedad, sino un síntoma que puede corresponder a muchas enfermedades", explica la neuróloga Mercè Falip sobre esta afección crónica del sistema nervioso que sufren 8 de cada 1.000 personas. “Puede iniciarse por muy diversas causas con una lesión en el córtex, la parte externa del cerebro, como rasgo en común: un traumatismo craneal, un tumor, un problema al nacer, encefalitis o enfermedades degenerativas como el Alzheimer, entre otros”, detalla la coordinadora de la Unidad de Epilepsia del Hospital Universitario de Bellvitge.
“Ante una crisis epiléptica, que puede comportar ausencia, movimientos con espasmos, fijación de la mirada e incluso pérdida de conocimiento, la mejor forma de actuar es asegurarnos de que la persona no tiene riesgo de caer o hacer una vez y dejar que pase”, sostiene la Dra. Falip.
Artículo de referencia
Tena-Cucala R, Sala-Padró J, Jaraba S, Hernandez G, Fernández-Coello A, Rosselló A, et al. Eating-induced seizures: A semiological sign of the right temporal pole. Epileptic Disorders. 2023.