Redacción Farmacosalud.com
Desde hace un tiempo se han venido detectando casos de tiña en varios puntos de la geografía española, por lo que ya se está hablando de la aparición de un brote protagonizado por este molesto hongo. Una de las hipótesis que explican su diseminación es el uso de máquinas rasuradoras en peluquerías y barberías, ya que en algunos locales tales dispositivos no se estarían desinfectando entre un cliente y otro. “Estas rasuradoras son materiales metálicos… la mejor forma de desinfectarlos e higienizarlos es utilizando un autoclave (equipo de esterilización), que es lo que nosotros usamos para desinfectar el material quirúrgico, que también es metálico. Pero, normalmente, en las peluquerías y centros de estética no tienen autoclaves. ¿Así pues, qué habría que aplicar a modo de alternativa? Pues productos de desinfección tópica, como soluciones hidroalcohólicas”, afirman los Drs. Miguel Sánchez Viera e Isabel del Campo, director y dermatóloga, respectivamente, del Instituto de Dermatología Integral (Madrid).
Según declaran a www.farmacosalud.com ambos facultativos, a la hora de desinfectar las rasuradoras las soluciones hidroalcohólicas no constituyen un sistema tan seguro como sería un autoclave (sistema este que desinfecta y esteriliza al 100%), pero se configuran, al fin y al cabo, “como un método sustitutivo” si no se dispone de los mencionados equipos de esterilización.
Las llamadas tiñas son infecciones de la piel y cuero cabelludo producidas por dermatofitos (un tipo frecuente de hongos de crecimiento lento). Pueden transmitirse por contacto directo de paciente a paciente si no se dan las condiciones adecuadas de higiene y también a través de instrumentos que entran en contacto estrecho y repetido con la capa cutánea. Otras infecciones del cuero cabelludo que pueden ser transmitidas son las debidas a estafilococo, una bacteria que provoca foliculitis, o el virus del herpes simple, que causa pequeñas ampollas y que se transmite también por contacto directo.
Rasurados de toda la cabeza y cortes ‘degradados’
Los artefactos usados para rapar se emplean a menudo para rasurados de toda la cabeza en varones o para cortes ‘degradados’ en los que se apura mucho en la nuca o las patillas, áreas en las que se han detectado algunos de los casos de tiña. Las rasuradoras eléctricas, que están en contacto directo con la piel, pueden provocar irritaciones o pequeños cortes que se convierten en puertas de entrada para hongos, bacterias o virus. En un principio, los síntomas de infección por tiña pueden ser leves, como rojez, irritaciones, descamaciones, picor y cabellos fragilizados, con tendencia a ‘romperse’. A veces, el problema se extiende y entonces pueden aparecer manchitas en la parte posterior del cuello.
Todas esas molestias pueden ser confundidas con eccemas o con un problema muy puntual del pelo, de ahí que el paciente afectado no suela preocuparse demasiado. Sin embargo, si los síntomas se alargan en el tiempo, se agravan y si no se acude a un dermatólogo que los identifique y los trate, pueden acabar provocando caídas de cabello localizadas, “que son las llamadas tiñas tonsurantes, que pueden ir extendiéndose poco a poco, llegando, incluso, a provocar alopecias permanentes si se destruye el folículo piloso”, subraya el Dr. Sánchez Viera mediante un comunicado.
Lógicamente, otra manera de prevenir la tiña en peluquerías y barberías pasaría por el empleo -siempre que sea posible- de materiales desechables y de un único uso si esos materiales tienen que entrar en contacto con la piel (por ejemplo, guantes desechables). “Si no pueden usarse y tirar, hay que esterilizar adecuadamente los elementos utilizados mediante los productos de limpieza descritos”, apuntan los Drs. Sánchez Viera y Del Campo.
Los tratamientos anti-tiña “siempre funcionan”, pero es muy importante aplicarlos precozmente
La infección de la tiña está provocada por un hongo que “no es muy difícil de tratar. Ahora bien, cuando la tiña afecta al cuero cabelludo (como ocurre con este brote), el problema es que a menudo en esa zona la infección puede pasarnos desapercibida, de tal manera que, cuando queremos empezar a aplicar el tratamiento, el hongo está ya muy asentado”, advierten.
En la mayoría de las ocasiones, los fármacos contra la tiña del cuero cabelludo deben ser administrados oralmente, de ahí que ni las lociones ni las cremas sean recursos útiles en estos casos. Esas terapias antifúngicas (medicamentos específicos para las infecciones por hongos), aparte de tener que ser aplicadas por vía oral, a veces pueden requerir tratamientos prolongados (mucho más allá de 10-15 días), pudiéndose “necesitar 1 mes o 2 meses -o a veces más- para conseguir la curación completa. Son tratamientos efectivos, siempre funcionan, pero el asunto es instaurarlos lo más rápidamente posible… porque si dejamos que el proceso infeccioso evolucione, puede acabar produciéndose la destrucción del folículo del pelo”, insisten Sánchez Viera y Del Campo.
“Y si el folículo del pelo se destruye -prosiguen ahondando en el aviso-, eso significa que va a quedar un área calva. Así que, si la infección ha progresado mucho, puede que al empezar a instaurar el tratamiento comprobemos que hay zonas en las que los folículos han sido ya devastados. Y, entonces, aunque el hongo lo eliminemos, lo que no vamos a poder hacer es reemplazar el pelo destruido”.