Redacción Farmacosalud.com
Tirzepatida, que logra pérdidas de peso del 22%, se configura como la gran promesa para combatir la obesidad sin tener que pasar por el quirófano, al menos en los casos no extremos de este problema metabólico. En cuanto a los eventos adversos de tirzepatida, son principalmente gastrointestinales y de carácter transitorio, por lo que no suponen ningún impedimento para su uso. Se espera que el nuevo fármaco pueda llegar a España a principios del próximo año.
Un artículo llamado ‘Tirzepatide Once Weekly for the Treatment of Obesity’ revela que tirzepatida (o tirzepatide), un agonista del receptor GIP/GLP-1, logra hacer perder peso a 9 de cada 10 personas obesas. El artículo se basa en el estudio conocido por el acrónimo de SURMOUNT-1, en el que se reclutaron sujetos obesos, es decir, a partir de un índice de masa corporal mayor de 30 kg/m2, y también personas con preobesidad moderada (índice de masa corporal mayor de 27 kg/m2) que tuviesen alguna comorbilidad asociada, a excepción de la diabetes. “En general, los pacientes reclutados en el estudio muestran un índice de masa corporal de 38 kg/m2, lo que significa que estamos hablando de un grupo de pacientes con una obesidad moderada”, especifica el Dr. Albert Lecube, vicepresidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) y jefe del Servicio Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Arnau de Vilanova (Lleida).
5 mg, 10 mg o 15 mg
En el ensayo SURMOUNT-1, de Fase 3, se incluyó a 2.539 participantes que fueron aleatorizados para recibir placebo, tirzepatida 5 mg, 10 mg o 15 mg durante 72 semanas. Los que tomaron la dosis de 15 mg de tirzepatida tuvieron una reducción ponderal promedio del 22,5%.
De acuerdo con Lecube, estas reducciones no son comparables a los resultados de la cirugía bariátrica, lo que no quiere decir que no conviertan a este medicamento en una alternativa al paso por el quirófano para perder peso: “los resultados obtenidos en el estudio SURMOUNT-1 aún no son comparables con los obtenidos con la cirugía bariátrica, pero sin duda suponen un salto cualitativo de gran magnitud frente a los tratamientos actuales indicados en el tratamiento de la obesidad. Pero lo más importante en este aspecto es que, para muchos pacientes, la pérdida de peso conseguida con terzipatide puede ser suficiente, desestimando la opción quirúrgica. En otras palabras, con fármacos que muestran esta potencia lo que va a ocurrir es que la cirugía bariátrica va a reservarse para pacientes con obesidad más grave que lo que acontece en la actualidad”.
Ante tal pérdida ponderal, los eventos adversos transitorios “no deben suponer ningún impedimento”
Los eventos adversos asociados a tirzepatida fueron principalmente gastrointestinales e incluyeron náuseas, vómitos y diarrea. “Los efectos secundarios, principalmente a nivel gastrointestinal, son de magnitud de leve a moderada, suelen ser transitorios y sólo obligan a detener el tratamiento en un 6% de los pacientes que llevan las dosis más elevadas”, señala Lecube. “Ante los efectos positivos tan remarcables en la pérdida ponderal”, los eventos adversos observados “no deben suponer ningún impedimento a la hora de plantearse prescribir esta opción de tratamiento”, sostiene el jefe del Servicio Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova.
Ya hace algún tiempo que se empezó a hablar de este fármaco, que en principio está indicado para la diabetes tipo 2. Tirzepatida aún no está aprobado en España ni para el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 ni para el tratamiento de la obesidad. “Esperamos que esté disponible su prescripción a partir de primeros de 2023, aunque ello depende en gran parte de las negociaciones entre el laboratorio y el Ministerio de Sanidad para pactar el precio. Lo que seguro que ocurrirá es que, primero, se va a permitir su uso como fármaco para la diabetes, y posteriormente deberá esperarse a su indicación para tratar exclusivamente la obesidad”, expone el Dr. Lecube.
“Trabajemos juntos para conseguir que se reconozca a la obesidad como una enfermedad”
El vicepresidente de SEEDO cree que la nueva terapia debería ser financiada por la sanidad pública española dentro de lo que son las estrategias destinadas a combatir el exceso ponderal: “todas las noticias relacionadas con los resultados conseguidos por terzipatide están despertando grandes esperanzas entre los profesionales médicos, pero, como no puede ser de otra manera, aún más en los pacientes que sufren la obesidad. Pero si la situación actual no se modifica, alguien debería avisar a los potenciales candidatos a su uso (algo más de un tercio de la población española) que nunca podrán acceder a él si no son capaces de financiarlo. Y no estamos hablando de un antibiótico que con sólo 10 días nos resuelve una neumonía, estamos hablando de una enfermedad crónica, cuyo tratamiento debe ser de por vida. Por tanto, modulemos las expectativas por el momento y, mientras tanto, trabajemos juntos (sociedades científicas y asociaciones de pacientes) para conseguir que la Administración central reconozca a la obesidad como una enfermedad y posteriormente apruebe financiar su tratamiento”.
“Y es que conseguir que la población española con obesidad pierda peso va a continuarse de una disminución de las medicaciones utilizadas para tratar la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión arterial, la dislipemia, la enfermedad cardiovascular y también algunos tipos de cáncer. Y va a producir también un aumento en el número de individuos que se incorporen al mercado laboral, con la generación de riqueza que ello supone. Es decir, no financiar el tratamiento de la obesidad es lo mismo que dispararse un tiro en el pie. Es no tener absolutamente ninguna visión de futuro, y es gobernar en contra de tu propio país”, sentencia.