Redacción Farmacosalud.com
Según se ha puesto de manifiesto en el 49º Congreso de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), celebrado recientemente en Málaga, la permetrina podría estar perdiendo eficacia frente al parásito que causa la sarna o escabiosis, por lo que se habrían intensificado las pautas del tratamiento o la combinación de distintos fármacos. La ivermectina oral se erige como una de las posibles alternativas terapéuticas.
Por lo pronto, la Dra. Cristina Galván, dermatóloga del Hospital Universitario de Móstoles (Móstoles, en Madrid), prefiere mostrarse con suma cautela acerca de la supuesta aparición de resistencias frente a la permetrina: “la afirmación sobre la pérdida de eficacia de la permetrina no podemos asumirla hasta alcanzar evidencia científica. Es cierto que hay estudios in vitro que comprueban que ahora es menos eficaz en el laboratorio frente a algunas especies de sarcoptes de lo que lo era cuando empezó a utilizarse para esta patología. También es cierto que, en la práctica clínica, recibimos más pacientes en revisión que no han alcanzado la curación tras el tratamiento. Sin duda, debemos sospechar que hay resistencias, pero no debemos asumirlo como cierto porque los culpables pueden ser otros factores (hacinamiento de personas, reticencias del paciente con enfermedad activa a acudir al médico, etc.) Las guías recomiendan también el tratamiento con ivermectina oral y con vaselina azufrada o benzoato de benzoilo tópicos. Estos dos últimos son medicamentos más antiguos y con menores tasas de eficacia que los dos anteriores, pero que aún conservan su eficacia”.
“Nunca han dejado de diagnosticarse casos de sarna en España”
Pero es que, además, en los últimos dos años, los dermatólogos están asistiendo a un aumento importante de casos de escabiosis. Pese a no contar aún con datos oficiales sobre la incidencia de esta enfermedad, son varios los expertos que, durante la reunión de la AEDV, han alertado de esta realidad a partir de la pandemia de COVID-19. “Nunca han dejado de diagnosticarse casos de sarna en España. La incidencia sufre variaciones temporales, no necesariamente estacionales, de forma que hay épocas en las que se encuentran más casos que otras. Pero es cierto que en estos últimos 2-3 años el incremento de los diagnósticos es mayor y más prolongado”, señala la Dra. Galván en declaraciones a www.farmacosalud.com.
La sarna o escabiosis “nunca ha sido objeto de especial interés para la investigación” por considerarse una afección inofensiva, explica en un comunicado la especialista. Esta ectoparasitosis está producida por un ácaro que no invade más allá de la epidermis, y por lo tanto no es un germen invasor ni tampoco compromete órganos internos. Sin embargo, “produce una gran morbilidad con grave alteración de la calidad de vida”, puesto que impide el sueño y su “rascado mantenido causa efracciones en la piel, que pueden sufrir sobre-infección bacteriana”, advierte Galván.
Una de las posibles razones del incremento de casos de sarna durante el comienzo de la pandemia de COVID-19 sería el confinamiento decretado por las autoridades como método para contener la crisis pandémica. “Hemos pasado más tiempo en casa, manteniendo un mayor contacto diario entre convivientes, lo que puede haber favorecido el contagio de la sarna en aquellas unidades familiares en las que hubiese un miembro afectado por el parásito”, explica el Dr. Eliseo Martínez, coordinador del Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV. La escabiosis se contagia de persona a persona, por contacto cercano y mantenido de piel con piel.
Es por eso que, dada la situación de aislamiento vivida en la reclusión domiciliaria, “era de esperar” que “este tipo de enfermedades transmisibles, igual que las infecciones de transmisión sexual, disminuyeran drásticamente”, comenta la dermatóloga del Hospital Universitario de Móstoles. Sin embargo, “sucedió lo contrario”, de ahí que pueda deducirse que “no todos hicieron el confinamiento de la misma manera”.
“Una de las causas que pueden explicar el incremento de los casos de sarna es el mayor contacto entre convivientes durante el confinamiento, siempre que uno de los miembros de la unidad de convivencia estuviera previamente infestado. Las dificultades, o las reticencias, para acudir al médico y recibir tratamiento en este periodo es, sin duda, otra causa importante. Cuanto más tiempo esté un paciente con la enfermedad activa, más posibilidades tiene de contagiar a otras personas, que a su vez se convierten en fuentes exponenciales de contagio”, explica Galván.
El aumento de casos se estaría manteniendo en la era post-COVID
Aunque no se disponga de cifras contrastadas, las percepciones recogidas parecen indicar que la escabiosis no habría remitido en la era post-COVID, en la que los confinamientos domiciliarios y otro tipo de aislamientos más o menos severos ya hace tiempo que son historia. “No tenemos datos reales sobre las curvas de incidencia. Al no tratarse de una enfermedad de declaración obligatoria, sólo podemos analizar la situación por datos indirectos. Pero la impresión de los profesionales es que el incremento persiste. Además del confinamiento, pueden estar jugando un papel importante otros factores. Por un lado, cuanto mayor es el número de afectados, más difícil es que se alcance el objetivo necesario de curar al 100% de los portadores del ácaro. De hecho, en zonas desfavorecidas con una prevalencia mayor al 10% de la población, sólo son eficaces las medidas de tratamiento masivo a toda la población”, indica la Dra. Galván.
Por otra parte, está la posible aparición de una resistencia parcial del ácaro a los tratamientos disponibles. Es por ello que los dermatólogos ya están investigando cuál es la situación real y qué variables pueden estar influyendo en este asunto con el fin de poder tomar las medidas oportunas.
La sarna puede afectar a personas de todas las edades, niveles económicos y costumbres higiénicas y se diagnostica en todas las latitudes. No obstante, su prevalencia es mucho mayor en zonas tropicales con clima húmedo y cálido y en poblaciones desfavorecidas que viven en condiciones de hacinamiento y sin acceso a servicios sanitarios. “En estos casos -prosigue la experta-, las deficientes condiciones de higiene también favorecen la sobreinfección bacteriana de las lesiones, siempre sometidas al rascado. Esta infección mantenida provoca importantes complicaciones sistémicas como insuficiencia renal y cardíaca”.
El contagio en los probadores, un falso mito
En cuanto a la identificación de la patología, cabe decir que los pacientes pueden permanecer asintomáticos durante semanas. Asimismo, puede ocurrir que, al notar picores, tarden en acudir al dermatólogo. Por eso, se aconseja que, ante la mínima sospecha, se acuda a una consulta médica, ya que el tratamiento adecuado y precoz constituye el arma más eficaz para curar la afección y evitar su transmisión a otras personas.
Finalmente, el coordinador del Grupo de Epidemiología y Promoción de la Salud de la AEDV anima a “eliminar falsos estigmas ligados” a esta enfermedad, como el hecho de que la sarna esté asociada a “pobres hábitos de higiene”. En este sentido, asegura que “las duchas o baños habituales no previenen el contagio” y que el “lavado habitual de la ropa de personas con sarna tampoco elimina el parásito”, ya que habría que hacerlo al menos a 60 grados. Además -puntualiza el Dr. Martínez-, “los probadores de ropa no se consideran una vía de transmisión de la escabiosis”, por más que algunas voces hayan lanzado la hipótesis de que estos espacios se han convertido en foco de contagios.