Redacción Farmacosalud.com
“En función de la región donde esté un paciente, se puede acceder a unos servicios de los farmacéuticos de Atención Primaria (FAP) muy completos, o menos desarrollados. Esto no deja de ser una inequidad evitable, cuya subsanación traerá muchos beneficios a los pacientes, a su seguridad y por extrapolación al Sistema Nacional de Salud (SNS). Queremos centrar nuestros esfuerzos en ofrecer los mismos servicios en todas partes”, afirma José Manuel Paredero, nuevo presidente de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP). Paredero, que reivindica la labor de los FAP durante la crisis del COVID-19, en especial la desarrollada para que las vacunas frente al coronavirus “llegaran en condiciones adecuadas a su destino, en la red de Atención Primaria”, considera que estos profesionales de la salud son clave para la racionalización y sostenibilidad del gasto sanitario en los Centros de Salud, entre otras razones porque “no hay actuación más rentable para el SNS que toda aquella que vela por la seguridad del enfermo evitando errores de medicación y problemas relacionados con los fármacos”.
-Tras su nombramiento como máximo representante de SEFAP, usted ya ha manifestado la necesidad de que el farmacéutico de Atención Primaria (AP) se reivindique. ¿Por qué cuando se habla de AP la gente piensa automáticamente en médicos y profesionales de Enfermería, pero no en farmacéuticos?
Nuestra labor es desconocida en muchos casos para la población porque habitualmente los usuarios no tienen una referencia física de nosotros. No obstante, aunque son pocos los servicios de salud en los que el Farmacéutico de Atención Primaria (FAP) tiene una labor asistencial con los pacientes, cada vez tenemos más presencia en los Centros de Salud, dado que forman parte de nuestro lugar de trabajo habitual, donde también, durante la pandemia, se ha dado soporte resolviendo consultas directas con los usuarios sobre la vacunación.
Por ello nuestra labor pasa más desapercibida a ojos del paciente, al llevarse a cabo ‘entre bastidores’, trabajando para que la farmacoterapia que reciben nuestros usuarios sea lo más adecuada a su situación clínica, tanto en términos de efectividad como de prevención de potenciales problemas de seguridad. Precisamente, uno de los objetivos que tenemos es potenciar nuestra figura y que los usuarios de los Servicios de Salud sepan que hay un FAP a su disposición, con todo lo que estos profesionales pueden hacer por su salud.
-Otra faceta semidesconocida: el apoyo que los farmacéuticos de AP dan a los centros sociosanitarios…
Desde que comencé a trabajar como FAP he tenido relación con los centros sociosanitarios. Una de las labores realizadas en este ámbito ha sido la de suministrarles medicamentos y productos sanitarios en función de sus necesidades, como medicamentos para atención urgente, productos sanitarios tales como los absorbentes de incontinencia y apósitos para úlceras de diversos tipos, así como tiras reactivas de glucemia capilar. También hemos hecho partícipes a los profesionales sanitarios que trabajan en estos centros de nuestras sesiones informativas, actualizaciones y revisiones de evidencia que forman parte de nuestro trabajo, casi siempre a petición suya. Ha sido una experiencia muy enriquecedora para todos porque nos ha permitido entender las dificultades a las que se enfrentan en su día a día, abrir vías de comunicación y resolver problemas e incidencias de la mejor forma posible.
Con el tiempo y, de conformidad con el desarrollo de nuestra cartera de servicios, hemos ido adquiriendo competencias más clínicas y enfocadas a la conciliación y revisión de tratamientos de determinados pacientes, junto con labores importantes de seguridad en la utilización de medicamentos, sobre todo en la difusión y aplicación de las alertas de seguridad que afectaban a enfermos institucionalizados; ello también nos ha permitido aplicar programas como los del manejo de paciente polimedicado o frágil, que se implementan en todos los Servicios de Salud. Como es lógico, también queremos potenciar estas actividades y darlas a conocer.
-Otra de sus prioridades pasa por ampliar competencias y homogeneizarlas en todo el territorio español.
Se da la circunstancia de que en el Sistema Nacional de Salud (SNS) hay regiones en las que el FAP lleva a cabo labores distintas y que forman parte de la cartera común de servicios del SNS. En función de la región donde esté un paciente, se puede acceder a unos servicios de los FAP muy completos, o menos desarrollados. Esto no deja de ser una inequidad evitable, cuya subsanación traerá muchos beneficios a los pacientes, a su seguridad y por extrapolación al SNS. Queremos centrar nuestros esfuerzos en ofrecer los mismos servicios en todas partes.
Por ello, creemos que una competencia que nos gustaría ampliar es la integración del FAP en el equipo multidisciplinar de Atención Primaria, no sólo para dar soporte al profesional sanitario, sino también para poder llegar al paciente, poniendo en práctica todos nuestros conocimientos en materia de seguridad y adecuación de medicamentos; asimismo, queremos avanzar en la información dirigida a los usuarios de la sanidad, para garantizar el uso adecuado de los medicamentos, la forma de utilizarlos y la importancia de hacer un buen uso de los mismos. También podemos aportar valor y funciones complementarias a los diferentes programas de seguimiento del paciente crónico, paciente diabético, con patología respiratoria, uso de antimicrobianos, etc. Estos programas se ponen en marcha en la atención primaria del SNS y estamos convencidos de que se pueden complementar y a veces impulsar con nuestra actuación. Ello supone un refuerzo a la gran labor que ya desarrollan los médicos y enfermeros con estos programas.
No estoy hablando de futuro, nuestros compañeros FAP de Galicia ya lo vienen haciendo desde hace años y hay otros servicios de salud donde el FAP trabaja de manera intensa en estas funciones.
-La nueva junta directiva de SEFAP reclama una formación especializada reglada que capacite adecuadamente a los FAP. ¿En qué momento se encuentra esta petición, la Administración pública sanitaria ya ha puesto manos a la obra?
De acuerdo con el Plan Normativo del Gobierno para 2022, estamos a la espera de la publicación del Real Decreto por el que se regula la formación transversal de las especialidades en ciencias de la salud, el procedimiento y criterios para la creación y revisión de los títulos de especialista en ciencias de la salud. Esta norma se encuentra en fase avanzada de elaboración, pero es necesario que se encuentre publicada para retomar nuestras negociaciones, que quedaron paralizadas tras la anulación del Real Decreto 639/2014, por el que se regulaba la troncalidad. Ese es uno de nuestros objetivos estratégicos y tenemos confianza en conseguirlo más pronto que tarde.
-Su nombramiento como nuevo presidente de SEFAP ha tenido lugar en el 25º Congreso Nacional de esta organización científica, celebrado recientemente. ¿Qué contenido conocido en la cita congresual le gustaría destacar?
Después del paréntesis de la pandemia hemos podido ver como la actividad de los FAP, lejos de haberse detenido, ha tenido un papel importantísimo durante la misma. Podríamos destacar muchas de esas actividades, pero me quedo con el gran trabajo de distribución de medicamentos esenciales durante el confinamiento, con la logística y distribución de las vacunas para el COVID-19 y con el seguimiento farmacoterapéutico y mejora de la seguridad de los pacientes, en momentos en los que la asistencia sanitaria se ha visto alterada. Además, hemos podido intensificar nuestra labor investigadora y en nuestro Congreso se han dado a conocer decenas de trabajos publicados en revistas de alto impacto, donde los FAP han contado sus experiencias en las citadas actuaciones.
-Es justo que este trabajo realizado durante la crisis del COVID-19 sea debidamente conocido.
Tal y como he comentado, en nuestro reciente Congreso hemos podido ver con detalle la cantidad de actuaciones importantes que hemos llevado a cabo y que se mantienen a día de hoy. Me quedo con la revisión de tratamientos de los pacientes tras las renovaciones de tratamientos que se han llevado a cabo, la gestión de los medicamentos esenciales que se han puesto a disposición de los Centros de Salud y, sobre todo, nuestro trabajo para que las vacunas para el coronavirus llegaran en condiciones adecuadas a su destino, en la red de Atención Primaria. Esto se ha visto acompañado de una importante labor de información sobre las mismas, recopilando las novedades en materia de seguridad que iban surgiendo de manera continua.
Todo ello sin olvidar la revisión de la evidencia de los fármacos utilizados para el COVID-19, aportando información actualizada de las evidencias disponibles de los medicamentos más utilizados en nuestro ámbito, ya sea con estudios propios o analizando los disponibles, como, por ejemplo, el uso de hidroxicloroquina, azitromicina, o de la utilización indiscriminada de vitamina D.
-¿Los FAP son clave para la racionalización y sostenibilidad del gasto sanitario en los Centros de Salud o AP?
Sin duda alguna y por muchos motivos, pero, sobre todo, por nuestro impacto en la seguridad farmacoterapéutica del paciente: no hay actuación más rentable para el SNS que toda aquella que vela por la seguridad del enfermo evitando errores de medicación y problemas relacionados con los fármacos. Si a esto le unimos nuestro tradicional empeño en evitar la utilización de recursos innecesarios, fomentando al mismo tiempo el uso racional de medicamentos y productos sanitarios, así como la eficiencia en los botiquines y depósitos de fármacos a nuestro cargo en los Centros de Salud, tenemos lo que ha marcado nuestro devenir profesional histórico.