Dr. Jordi Guardiola / Redacción Farmacosalud.com
El cuerpo humano está poblado por miríadas de microorganismos en toda su superficie y en las cavidades conectadas con el exterior1. Los colonizadores microbianos del intestino (microbiota) son parte funcional y no prescindible del organismo humano: aportan genes (microbioma) y funciones adicionales a los recursos de nuestra especie, y participan en múltiples procesos fisiológicos (desarrollo somático, nutrición, inmunidad, etc.)1.
El Hospital Universitario de Bellvitge (l’Hospitalet de Llobregat, en Barcelona) ha creado la Unidad Transversal para el Estudio del Microbioma Humano (UTMAH), fruto del trabajo conjunto entre los servicios de Aparato Digestivo y Microbiología. De entre los procedimientos que el nuevo servicio puede abordar, figura el trasplante de microbiota fecal (TMF). “En España existen otros centros con gran experiencia y excelencia en la transferencia de microbiota fecal como el Hospital Ramón y Cajal o el Gregorio Marañón (Madrid). Lo que resulta original en nuestro caso es la creación de una organización específica encargada de consolidar y potenciar el Banco de microbiota, el uso clínico de la transferencia de microbiota y el conocimiento y la investigación en este campo. No hay que olvidar la contribución del servicio de farmacia a esta Unidad además de las de los servicios de Aparato Digestivo y Microbiología”, explica el Dr. Jordi Guardiola, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del centro hospitalario de Bellvitge.
Antibióticos e infección por Clostridioides difficile
Uno de los principales objetivos de la nueva Unidad es facilitar el trasplante de microbiota fecal (TMF) a los pacientes afectados por la infección provocada por la bacteria Clostridioides difficile. Esta bacteria es la principal responsable de la diarrea infecciosa asociada con la atención sanitaria en adultos. La incidencia de la infección por C.difficile (ICD) ha aumentado en los últimos años. El riesgo de recidivas de la ICD es del 15-25% en un primer episodio, y este riesgo se incrementa en los posteriores episodios2. “La infección por Clostridioides difficile se produce fundamentalmente, aunque no exclusivamente, en personas que han recibido antibióticos -señala Guardiola-. La disbiosis provocada por los antibióticos crea un nicho favorable al desarrollo de este microbio. La incidencia de la infección no ha dejado de aumentar en los últimos 15 años, de forma paralela al uso de antibióticos. Estados Unidos y Canadá sufrieron una terrible epidemia durante los años 90, con una mortalidad superior a la asociada al virus del HIV en aquella época. Esto hizo despertar el interés por la TMF como potencial tratamiento”.
En la mayoría de los casos -alrededor del 80%-, un tratamiento antibiótico especialmente dirigido a este germen consigue eliminar la infección. “Sin embargo, el propio tratamiento antibiótico perpetúa la disbiosis que ha favorecido el proceso infeccioso, lo que facilita que en un 20% de pacientes recurra dicho proceso. En esta situación, resulta paradójico tratar con antibióticos una infección favorecida por los mismos. Aquí es donde la TMF tiene su principal papel”, afirma el experto.
“Sin duda: el tratamiento de elección de la infección recurrente por C.difficile es el TMF”
El TMF consiste en la introducción de una suspensión de materia fecal de un donante sano (debidamente procesada y preparada) en el tracto gastrointestinal de un paciente, con el fin de manipular la composición de la microbiota del destinatario a modo de tratamiento3. Hasta ahora estas transferencias debían llevarse a cabo con una colonoscopia, durante la cual se traspasaba la nueva microbiota al receptor. En la actualidad, la Unidad de Microbioma del Hospital de Bellvitge participa en el desarrollo de un sistema pionero alternativo que permite utilizar cápsulas que son ingeridas por el paciente.
“El TMF tiene una efectividad superior al 90% para el tratamiento de la infección recurrente, unas cifras de curación poco habituales en medicina, muy superiores a las alcanzadas por tratamientos antibióticos repetidos, que no superan el 30-40%. Fíjese que el primer ensayo clínico aleatorizado que demostró de manera rotunda la eficacia de este procedimiento y que fue publicado en el ‘New England Journal of Medicine’ fue suspendido a la mitad, porque la superioridad mostrada por el TMF sobre los antibióticos era tal que no se consideró ético finalizar el reclutamiento previsto”, expone el jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital de Bellvitge.
“Hoy en día -prosigue- no hay la más mínima duda de que el tratamiento de elección de la infección recurrente por Clostridioides difficile es el TMF. Lamentablemente, solo una minoría de los pacientes con este problema acceden a este tratamiento. Uno de los objetivos de la Unidad que hemos creado es precisamente hacer accesible el TMF a todos los pacientes que lo pudieran necesitar”.
En cuanto al método pionero basado en la ingesta de cápsulas, el Dr. Guardiola asegura que la posibilidad de transferir microbiota mediante esta presentación y evitar así la necesidad de una colonoscopia “facilita enormemente el tratamiento, la posibilidad de ofrecerlo a dispositivos sanitarios que lo precisen y la generalización de su uso”. Para el abordaje de la infección por Clostridioides difficile, las cápsulas de microbiota liofilizada han demostrado una eficacia equivalente a la transferencia por colonoscopia, sin los inconvenientes asociados a la misma (necesidad de preparación del colon, sedación, efectos adversos de la colonoscopia, etc.).
Elaboración de un consenso para la selección de donantes y cribado de los mismos
De acuerdo con Guardiola, “el TMF ha demostrado ser un procedimiento enormemente seguro si se realiza de la manera adecuada. Se usa con seguridad en pacientes frágiles, inmunodeprimidos o trasplantados, que son los que mayor posibilidad tienen de necesitarlo. La seguridad fue, desde un buen principio, en 2014, nuestra principal preocupación. Los potenciales riesgos engloban dos aspectos fundamentales: la posibilidad de transferir infecciones y la posibilidad de transferir la predisposición a trastornos asociados a alteraciones de la microbiota. Por ello, desde nuestro centro la Dra. Claudia Arajol promovió la elaboración de un consenso para la selección de donantes y cribado de los mismos en el que participaron especialistas de Aparato Digestivo, Microbiología y Enfermedades Infecciosas de diversos hospitales, y que ha sido recientemente publicado4. Este protocolo de selección del donante es, con diferencia, mucho más exigente que los que se utilizan en los programas de trasplante de órganos sólidos”.
Por otro lado, el trasplante de microbiota fecal es un tratamiento efectivo para pacientes con Síndrome del Intestino Irritable (SII)5. A este respecto, el Dr. Guardiola argumenta que el SII, como muchos otros trastornos de índole digestiva o extradigestiva, “se han vinculado con alteraciones de la microbiota intestinal. Ello da pie a considerar que manipulaciones de la misma podrían resultar útiles desde el punto de vista terapéutico. Sin embargo, en muchas ocasiones desconocemos aún si estas alteraciones son causa o consecuencia de los trastornos a los que se han asociado. Por ello es tan importante profundizar en el conocimiento desde campo”.
Actualmente, algunos de los campos en los que se está evaluando la utilidad de TMF son el Síndrome del Intestino Irritable, la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), la descolonización de gérmenes multirresistentes, e incluso como asociación a la inmunoterapia del cáncer. “La creación de la Unidad de Microbioma de nuestro centro tiene como uno de sus objetivos prioritarios el poder proporcionar a investigadores de diversos campos y disciplinas material que posibilite estos estudios. Se ha de tener en cuenta que el principal factor limitante para llevar a cabo este tipo de estudios es precisamente disponer de microbiota intestinal procesada de manera rigurosa y segura. Con la creación de esta Unidad, esperamos salvar este obstáculo”, remarca el especialista.
Referencias
1. Álvarez J, Fernández Real JM, Guarner F, Gueimonde M, Rodríguez JM, Saenz de Pipaon M, et al. Microbiota intestinal y salud. Gastroenterol Hepatol. 2021;44(7):519-535.
2. Mateu L, Fernández-Rivas G, Sopena N. Diagnóstico y tratamiento de la infección por Clostridioides difficile. Med Clin (Barc). 2020;155(1):30-35.
3. García García de Paredes A, Rodríguez de Santiago E, Aguilera Castro L, Ferre Aracil C, López Sanromán A. Trasplante de microbiota fecal. Gastroenterol Hepatol. 2015;38(3):123-134.
4. Aràjol C, Aira Gómez A, González-Suárez B, Casals-Pascual C, Martí Martí S, Domínguez Luzón MÁ, Soriano A, Guardiola Capón J; en representación del Grupo Catalán para el Estudio y Desarrollo de la Transferencia de Microbiota Fecal. Donor selection for faecal microbiota transplantation. Consensus document of the Catalan Society of Gastroenterology and the Catalan Society of Infectious Diseases and Clinical Microbiology. Gastroenterol Hepatol. 2021;44(2):175-180. English, Spanish. doi: 10.1016/j.gastrohep.2020.07.027. Epub 2020 Oct 23. PMID: 33309073.
5. El-Salhy M, Gunnar Hatlebakk j, Helge Gilja O, Bråthen Kristoffersen A, Hausken T. Efficacy of faecal microbiota transplantation for patients with irritable bowel syndrome in a randomised, double-blind, placebo-controlled study. Gut. 2020;69(5):859-867.