Redacción Farmacosalud.com
El Hospital del Mar es el primer centro de España que realiza con éxito una cirugía para tratar la cefalea en racimos con asistencia robótica. Se trata de una intervención de alta complejidad, que consiste en la colocación de un electrodo en una determinada zona profunda y de dimensión reducida del cerebro (diana terapéutica), en este caso el hipotálamo, para neuromodular -mediante estimulación cerebral profunda- las conexiones entre esta diana y el resto del cerebro implicado en la enfermedad. La novedosa intervención ha sido llevada a cabo por el Servicio de Neurocirugía del Hospital del Mar, con la plena implicación de la Unidad de Cefalea, de Neuroradiología y del Comité de dolor craneofacial del centro.
Esta primera intervención se llevó a cabo el pasado 9 de marzo. El paciente, un hombre de 35 años, hacía 15 que sufría crisis diarias de cefalea en racimos, caracterizadas por episodios de cefalea diversas veces durante el día, con una fuerte intensidad, que le obligaba a pincharse medicación casi cada día para controlar el dolor.
Una afección que puede provocar ideas suicidas
Los ataques hacen que estos enfermos, 50.000 en toda España según la Sociedad Española de Neurología, vivan dificultades en su vida personal y laboral, si se tiene en cuenta que afecta generalmente a población muy joven. Es uno de los tipos de dolor de cabeza más invalidante y un 10% de las personas que la sufren necesitan asistencia psiquiátrica a causa de conductas de ideación suicida provocadas por el padecimiento que ocasionan los ataques de cefalea. Además, entre el 10 y el 20% de los pacientes no responde a ningún tratamiento farmacológico y se tienen que intentar alternativas, como infiltraciones y cirugías de complejidad baja (la radiofrecuencia del ganglio esfenopalatino), y si esta cirugía no funciona, una cirugía de complejidad moderada (la estimulación de los nervios occipitales). Cuando estos procedimientos quirúrgicos no ofrecen una buena calidad de vida al paciente, es cuando se puede plantear la opción de una cirugía de complejidad alta, la estimulación cerebral profunda en el hipotálamo.
El primer sujeto intervenido con esta técnica en el Hospital del Mar ya había sido intervenido previamente con las técnicas menos invasivas, experimentando una mejora durante años, hasta que finalmente generó resistencia al tratamiento. Ante la resistencia a cualquier tratamiento médico y quirúrgico, el Comité de dolor craneofacial del centro propuso la estimulación cerebral profunda en el hipotálamo.
El procedimiento para introducir el electrodo en el cerebro es complejo, ya que la zona en la que se tiene que situar el dispositivo tiene una dimensión de pocos milímetros. Se trata de una pequeña parte del hipotálamo, una estructura situada en el centro del órgano cerebral, rodeada por otras estructuras también complejas en cuanto a función cerebral y que diversos estudios vinculan como la parte del cerebro donde se podría originar la patología en racimos. “Es una cirugía en la cual la precisión en la colocación del electrodo es imprescindible para conseguir la mejora de la enfermedad, si nos desviamos más de un milímetro, podría no tener eficacia”, explica la Dra. Gloria Villalba, coordinadora del Servicio de Neurocirugía del Hospital del Mar y neurocirujana responsable de la operación.
La planificación de la intervención tiene en cuenta no solo factores anatómicos, sino también funcionales, por lo que se planifica la cirugía estudiando las conexiones del hipotálamo mediante tractografía cerebral, conocida como DTI. La cirugía se hizo mediante un robot quirúrgico, que interviene en la planificación y colocación del electrodo, con una precisión excelente. Es la primera vez que en territorio español se utiliza un robot quirúrgico para realizar estimulación cerebral profunda en el hipotálamo.
Un procedimiento con un índice de éxito del 80%
El paciente puede recibir el alta tres días después de la intervención que, a pesar de su complejidad, no comporta un riesgo elevado de complicaciones. En este momento empezará el proceso para ajustar la estimulación en la zona del cerebro seleccionada. “La eficacia de la estimulación cerebral profunda no es inmediata en la cefalea en racimos”, explica la Dra. Villalba, quien añade que “hay que esperar unos meses, y ajustar los parámetros de estimulación durante las primeras semanas para obtener el beneficio más grande posible sin sufrir efectos secundarios de la estimulación”.
El éxito del procedimiento se sitúa en el 80%. En el caso intervenido en el Hospital del Mar, a los dos meses de la cirugía el paciente presenta una notable reducción de los días con crisis de dolor, y las crisis que puede tener son de intensidad leve. Su calidad de vida ha mejorado significativamente, según relata él mismo. En este sentido, y como apunta la Dra. Elisa Cuadrado, neuróloga y coordinadora de la Unidad de Cefaleas del centro, “es muy importante poder disponer de estas técnicas de neuromodulación que son, hoy en día, la mejor opción en los casos refractarios”.
El origen de este tipo de cefalea es desconocido, a pesar de estar vinculado al hipotálamo y al sistema trigémino-vascular. Existen tratamientos farmacológicos y otros quirúrgicos menos invasivos, pero la estimulación cerebral profunda es el último recurso para aquellos pacientes en los cuales las otras alternativas no funcionen o dejan de hacerlo. En todo el mundo solo se ha realizado un centenar de intervenciones de este tipo.