Redacción Farmacosalud.com
Cuatro sociedades científicas, entre ellas la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), lanzan el documento de Consenso STAR (PROCESO DE TRANSICIÓN DEL ADOLESCENTE CON ASMA GRAVE), en lo que constituye la primera hoja de ruta en España para que los equipos especialistas de pediatría y adultos garanticen los aspectos clave del proceso de transición de los pacientes adolescentes con asma grave desde las unidades de asma pediátricas a las del adulto. Uno de los objetivos de la nueva guía (‘Transition of adolescents with severe asthma from pediatric to adult care in Spain: the STAR consensus’) pasa por empoderar a los adolescentes asmáticos sobre su enfermedad. “Hubo acuerdo en una serie de acciones necesarias para lograr el empoderamiento" de estos pacientes “antes de su transferencia a la consulta de adultos”, explica a www.farmacosalud.com la Dra. Marina Blanco, firmante de STAR, quien agrega que la puesta en práctica de tales medidas -que se describen a continuación- deben llevarse a cabo en las consultas de Asma de Pediatría:
1. Plan individualizado de transición para cada adolescente
2. Educar al adolescente para que pueda detectar las exacerbaciones del asma
3. Formarlo para que tenga un conocimiento profundo de los tratamientos pautados y de su uso adecuado (por ej. diferenciar los tratamientos de mantenimiento de los de alivio… etc.)
4. Adaptar el esquema de tratamiento para facilitar la adherencia
5. Educar en actividades saludables y evitar las que pueden impactar negativamente en su afección en cada caso concreto
6. Enseñarle a ser el principal interlocutor con el médico
7. Proporcionar por escrito las instrucciones para manejo del asma
8. Verificar que es capaz de percibir los síntomas de su enfermedad adecuadamente
9. Intentar realizar la consulta médica sin la presencia de padres o familiares
El nuevo documento también implica a la familia del adolescente en el proceso de cambio de consulta médica. El papel a desarrollar por el entorno afectivo de estos asmáticos se reparte en varias acciones:
- Proporcionar información sobre factores familiares que puedan dificultar el proceso de transición
- Preparar al adolescente y concederle una responsabilidad creciente sobre el automanejo de su propia enfermedad
- La familia puede proporcionar información sobre hábitos de vida del adolescente que pueden influir en el control del asma (presencia de mascotas en domicilio, consumo de tóxicos inhalados…)
Acuerdo entre expertos en el 70% de cuestiones formuladas
Las sociedades científicas que han participado en la elaboración del manual son la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), la de Neumología Pediátrica (SENP), Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) y la ya mencionada SEPAR. Los impulsores de la guía han desarrollado una encuesta de 61 puntos basada en las guías clínicas para otras patologías crónicas que cubren aspectos de la planificación, transición, preparación, transferencia efectiva y seguimiento de los pacientes de distintas afecciones. Y se ha evaluado el nivel de consenso existente entre 98 especialistas mediante el método Delphi (escala Likert de 9 puntos), en dos rondas. De los 98 expertos encuestados, ha habido 25 neumólogos, 24 alergólogos y 49 pediatras.
Los panelistas alcanzaron el consenso respecto a 42 preguntas formuladas, por tanto, el 70% de todas ellas. Lo que se pretendía por encima de todo era lograr que, durante el proceso de cambio desde las unidades pediátricas hasta las de adultos, los adolescentes asmáticos ganaran autonomía para manejar su asma grave y los tratamientos que se les prescriben para controlarla.
Preparación o planificación, transferencia y seguimiento
“Este documento de Consenso presenta una guía clara para ayudar a los profesionales a realizar la transición de los pacientes adolescentes con asma grave desde las unidades pediátricas hasta las de adulto, puesto que van a seguir requiriendo atención médica. Pero, además, tiene como objetivo empoderar a los adolescentes con esta enfermedad para que conozcan su enfermedad, el autocuidado y cuándo necesitan y deben pedir ayuda médica ante una crisis”, manifiesta mediante un comunicado la Dra. Blanco, a su vez neumóloga y coordinadora del Área de Asma de SEPAR. Por su parte, la Dra. Ana Martínez-Cañavate, presidenta de SEICAP, añade: “este consenso es el resultado de un trabajo conjunto entre los profesionales sanitarios que vemos con más frecuencia a niños y adolescentes con asma grave y que estamos involucrados en su tratamiento. Es un avance muy importante para dar continuidad a la atención de estos pacientes, marcando las pautas para una correcta transición desde las unidades pediátricas hasta las de adulto.”
Los panelistas destacaron que, además de trabajar para lograr la autonomía del asmático menor de edad, también era importante crear un plan individualizado e identificar los factores clave del entorno familiar que pueden influir en esta transición. Este proceso comprende tres etapas: la preparación o planificación, la transferencia, que debe ser efectiva, y el seguimiento. “El proceso de transición de los pacientes desde los especialistas pediátricos a los de adultos es complejo por el momento en que debe realizarse, la adolescencia, con todos sus problemas principalmente de adherencia a las recomendaciones del médico, y por las características particulares de organización de los centros hospitalarios. Por ello, la existencia de un consenso escrito con los puntos principales a conseguir durante el mismo resulta de una importancia capital en las enfermedades crónicas como el asma grave”, subraya el Dr. Joan Figuerola Mulet, presidente de la SENP, quien también firma el nuevo artículo científico.
El asma es la patología crónica más común de la infancia. De acuerdo con el estudio ‘Alergológica 2015’, “supone el 32% de las primeras consultas de los menores de 14 años en los Servicios de Alergología. No debemos olvidar que la mayor parte del asma en las primeras décadas de la vida es de causa alérgica; por lo tanto, después del diagnóstico de asma es fundamental el estudio alergológico para identificar el/los alérgeno/s responsables de la alergia respiratoria. De hecho, el correcto diagnóstico alergológico permitirá utilizar la administración de vacunas alergénicas cuando esté indicado", detalla el doctor Antonio Valero, presidente de SEAIC. "La detección del asma en la edad pediátrica es clave para la salud del niño. Por ello, cuando se diagnostica es fundamental que el paciente pediátrico esté controlado y que lleve un seguimiento por parte del especialista. Por estos motivos, la hoja de ruta STAR supone un gran avance para atender con garantías al paciente con asma grave en todas las etapas de la vida", asevera Valero.
Con respecto a la etapa de preparación, hubo un 90% de acuerdo en que los pediatras deberían iniciar el proceso de transición y un 92% en que se debería realizar con un plan individualizado. En 11 de 12 cuestiones referentes al empoderamiento de los adolescentes asmáticos, los panelistas alcanzaron el consenso (98% y 85% en las diferentes rondas). Así, los expertos en pediatría deberían educarlos y prepararlos en el manejo de la patología, detección de exacerbaciones, adherencia al tratamiento y hábitos de vida saludables.
Conseguir la adherencia terapéutica a toda costa
“Si conseguimos que los pacientes adolescentes asimilen lo importante que es el autocuidado para lograr un buen control del asma, lograremos adultos con una buena adherencia terapéutica. Recordemos que el buen cumplimiento terapéutico es una asignatura pendiente en el caso de muchos pacientes crónicos como los asmáticos adultos. Si conseguimos que el adolescente se responsabilice de su asma, podremos conseguir adultos con un buen control de los síntomas de su enfermedad y, por tanto, menos crisis”, destaca Blanco.
En cuanto a la transferencia de adolescentes a las unidades de adultos desde las unidades pediátricas, se ha acordado iniciar este proceso de transición -tras la preparación del enfermo- con un informe médico estandarizado y citas programadas. La mayoría de los pediatras dijeron que una edad apropiada para iniciar el cambio a unidades de adultos sería la de 14 años y, de promedio, los panelistas indicaron que este proceso podría durar un promedio de 8,5 meses. Al respecto, los neumólogos y alergólogos pediátricos consideran que el proceso debe durar un promedio de 10 meses, mientras que los alergólogos y neumólogos de adultos sostuvieron que se puede completar en 5,9 meses y 8,1 meses, respectivamente.
Mantener los tratamientos biológicos
Para llevar a cabo una transición efectiva, el equipo de atención médica para adultos acordó que se debe tener experiencia en asma grave, productos biológicos y manejo de pacientes adolescentes. Se coincidió en un 97% en el hecho de que los equipos de salud pediátricos y de mayores de edad deben compartir información clínica actualizada antes de iniciar el cambio; se consensuó que no se deben cambiar los tratamientos biológicos hasta que finalice el proceso de transición, y hubo un 71% de acuerdo en realizar una visita conjunta in situ con el enfermo antes del traslado efectivo.
Por último, se inicia el seguimiento del paciente adolescente en la unidad de adultos, una vez completado el proceso de transición. En esta etapa, los neumólogos y alergólogos, responsables de la salud de los adultos, deben seguir de cerca al paciente joven para garantizar la correcta técnica del inhalador, la adherencia al tratamiento y la asistencia a las citas médicas.
El nuevo documento proporciona la primera hoja de ruta para que los equipos españoles de pediatría y los de adultos se aseguren de que se cubren los aspectos clave del proceso de transición en asma grave. La implementación de estas recomendaciones mejorará la calidad de la atención que se ofrece al asmático adolescente, según determinan los autores del trabajo.