Redacción Farmacosalud.com
A juicio del Dr. Carlos Egea Santaolalla, nuevo presidente de la Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES), actualmente “el gran ‘enemigo’” del descanso nocturno en España “es la contracultura del sueño”, tendencia que conduce a pensar que dicho “proceso fisiológico de reposo es tiempo inútil”. “Y, sin embargo, la ciencia que nos ha salvado de la COVID-19 también nos ha demostrado que el sueño es un pilar de la salud”, remarca.
Una de las disciplinas sanitarias que más ha avanzado en el abordaje del descanso nocturno es la denominada Medicina Dental del Sueño, puesto que, “gracias a los profesionales de la Odontología y Estomatología, se ha observado que la zona bucal es puerta de entrada del aire en nuestro sistema respiratorio y que su manipulación es objeto de tratamiento. Todo ello ha propiciado una visión absolutamente diferente de los problemas asociados al descanso y la aparición de nuevas posibilidades terapéuticas”, aduce el nuevo presidente de FESMES. El Dr. Egea sueña con ver a la Medicina del Sueño convertida oficialmente en una especialidad médica, es decir, configurada como “un área de capacitación concreta que genere especialistas de altísimo nivel en un país que ya dispone de profesionales muy reputados merced a sus investigaciones".
-La Federación Española de Sociedades de Medicina del Sueño (FESMES) es una organización transversal que agrupa a las sociedades españolas de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), Sueño (SES), Psiquiatría (SEP), Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL CCC), Pediatría (AEP), Neurología (SEN) y Medicina Dental del Sueño (SEMDeS). ¿Cuesta poner a todo este conglomerado de acuerdo?
Independientemente de la ‘soberanía’ de cada sociedad y de su labor científica y docente, nuestra Federación tiene un espacio común similar al que tiene la Organización de Naciones Unidas, donde, si bien cada país es soberano e independiente, se necesita una zona de encuentro para poder tomar decisiones trasversales (por ejemplo la ONU). FESMES es eso, es una zona de encuentro en la que se desarrollan tareas conjuntas. Porque realmente lo que importa es la ciudadanía, los pacientes, y para eso es obligado marcar puntos transversales que nos permitan avanzar mucho más rápidamente y además multiplicando… ni tan siquiera sumando, sino multiplicando.
-¿Por cierto, en qué consiste la Medicina Dental del Sueño?
Hasta hace bien poco los trastornos -concretamente los respiratorios- que impactan en toda la vía aérea superior, incluida la boca (las disfunciones respiratorias pueden estar implicadas en los trastornos del sueño), eran manejados de una forma estrictamente unitaria. Sin embargo, gracias a los profesionales de la Odontología y Estomatología, se ha observado que la zona bucal es puerta de entrada del aire en nuestro sistema respiratorio y que su manipulación es objeto de tratamiento. Todo ello ha propiciado una visión absolutamente diferente de los problemas asociados al descanso y la aparición de nuevas posibilidades terapéuticas. Al igual que los ‘otorrinos’, psiquiatras, neurólogos, neumólogos, etc., los dentistas han introducido cambios revolucionarios en el manejo de la vía aérea superior, y eso ha supuesto un beneficio para todos los ciudadanos. Por lo tanto, seguimos generando familia, en concreto con los dentistas, psicólogos, con la universidad, con los científicos, etc., porque la Medicina del Sueño es muy amplia.
-Uno de sus retos como nuevo presidente de FESMES es contribuir al desarrollo de Unidades de Sueño de calidad y excelencia, así como a la formación, evaluación, cualificación y acreditación de los profesionales dedicados a la medicina del descanso, tanto en sus aspectos asistenciales y técnicos, como docentes e investigadores. ¿Cuál es el primer paso que dará en ese doble sentido (desarrollo de Unidades y capacitación de los profesionales)?
Desde 2013 se ha venido trabajando en este tipo de acreditación. Esta cualificación busca que los profesionales den un paso hacia adelante en su formación y en la unificación de su capacitación, es decir, que todos los que se dedican a la Medicina del Sueño hagan las mismas cosas y con un nivel como el ya observado en España -nivel sobre 10 o entre 9 y 10-, es decir, un nivel muy elevado. Uno de los primeros pasos que tenemos que dar es lograr que esta acreditación tenga un reconocimiento institucional porque eso significaría que todas las personas que se dedican a la Medicina del Sueño tendrían una categoría profesional similar, y que, en el marco de una especie de numerus clausus, podría identificarse -mediante un examen o mediante el sistema que se requiera- a un experto en Medicina del Sueño como merecedor de dicha excelencia.
Y, además, hay que perseguir que las Unidades que atienden a los pacientes también obtengan ese grado de cualificación, esa excelencia que permita conseguir que la Medicina del Sueño de este país sea un espejo para todo el mundo.
-Hablando del sueño… ¿su sueño es que la Medicina del Sueño sea considerada oficialmente una especialidad médica, o al menos una subespecialidad?
Sí. Aparte de los sueños derivados del soñar mientras duermo, tengo otros… uno de ellos es que sea un área de competencia específica, es decir, que dentro de las especialidades reconocidas, la Medicina del Sueño sea un área de capacitación concreta que genere especialistas de altísimo nivel en un país que ya dispone de profesionales muy reputados merced a sus investigaciones. Quiero que todo eso repercuta en la gente… igual que los ciudadanos españoles consideran que su sanidad es de primera categoría (como se ha visto con la crisis COVID), que hagan lo mismo con la Medicina del Sueño y estén orgullosos de ella.
-¿En general, la pandemia de COVID-19 ha dejado la calidad del sueño de los españoles hecha unos zorros?
Hay dos perfiles de afectados: uno ciudadano, en el que la reclusión en casa, más los problemas económicos -asociados ahora mismo también a la invasión en Ucrania-, han comportado que aumente el número de problemas vinculados al descanso. Y luego está la profunda afectación registrada entre los profesionales sanitarios.
Asimismo, debo decir que muchas de las Unidades del Sueño (sobre todo las participadas por neumólogos) han tenido que trabajar en la lucha contra el COVID durante períodos concretos de tiempo. Y eso ha hecho que hayamos estado preparando el día después, preparándonos para volver a tener los niveles de excelencia que teníamos antes, o más incluso, porque ahora tendremos que atender y recuperar a todos aquellos ciudadanos a los que les cuesta dormir o bien duermen mal por culpa de la pandemia.
-¿Al margen del COVID, cuál es actualmente el gran ‘enemigo’ del descanso nocturno en España?
El gran enemigo es la contracultura del sueño. Es el ‘yo estudié medicina, terminé en 1990 y no estudié nada del sueño… ni siquiera mirábamos al sueño’. Eso implica que gran parte de la población piense que ese proceso fisiológico de reposo es tiempo inútil… de ahí el trabajo a turnos, fomento de las grandes películas en horas nocturnas, etc., porque creemos que el sueño no impacta directamente en nuestro bienestar. Y, sin embargo, la ciencia que nos ha salvado de la COVID-19 también nos ha demostrado que el sueño es un pilar de la salud.
Por lo tanto, es nuestra misión divulgar a todos, en especial a los jóvenes, la importancia del descanso nocturno… ha llegado el momento de reivindicar que el sueño es bueno para todos.
-¿Un buen somnífero es la mejor solución ante casos de insomnio recalcitrante, o bien cada vez más hay terapias combinadas para este problema?
Yo creo que es la peor solución. En la actualidad, estamos en la cultura de la velocidad, ‘lo quiero rápido’ (efecto Amazon, entre comillas), y esa cultura -en el ámbito de la salud- nos está perjudicando en el sentido de que, ‘si no duermo un día, al día siguiente voy a una farmacia para que me den un fármaco para dormir’. Todo el mundo sabe que quien duerme mal, al día siguiente trabaja mal, está enfadado, tienen peores relaciones con su entorno, pareja, familia… En una de las charlas que damos en los colegios, les decía a unos chavales: ‘estoy seguro de que vosotros, ahora que sabéis lo que es el sueño, seréis mucho más inteligentes que las culturas anteriores porque vais a dormir bien y vais a poder incrementar vuestra inteligencia gracias a ello’.