Redacción Farmacosalud.com
Para que los futuros residentes puedan conocer cómo sería su formación en el Hospital Universitario Vall d’Hebron (Barcelona), del 7 al 11 de marzo se celebra en este centro hospitalario la Semana de Puertas Abiertas para residentes. El período de capacitación es clave para que estas personas adquieran los conocimientos necesarios para el desarrollo de su especialidad, de ahí que, aparte de contar con la motivación adecuada, resulte enormemente importante que reciban el influjo y las enseñanzas de unos buenos formadores. Algo que no debe preocupar en España, ya que, según asegura la Dra. Mònica Rodríguez Carballeira, directora de Docencia del Vall d’Hebron, el nivel de la docencia médica impartida en territorio español es muy alto: “tenemos un sistema de especialización de alto nivel… así es reconocido en todo el mundo. Prueba de ello es que nuestros residentes son reclamados y valorados en todos los países”.
La Semana de Puertas Abiertas “es la oportunidad que ofrecemos a los futuros residentes para conocernos mejor. Por las mañanas ofrecemos conexiones en streaming con las diferentes especialidades de las que ofertamos plazas, 46 en total, y por las tardes abrimos las puertas físicamente para que puedan venir a ver en directo las instalaciones donde poder realizar su especialidad. Esto es del 8 al 10. El plan es que sean atendidos por residentes y tutores de cada especialidad para poder conocer en directo, de la mano de los protagonistas, cómo es la vida de los/las residentes en Vall d’Hebron. Creo que es la manera más auténtica de hacerse una idea fidedigna de las oportunidades que pueden encontrar con nosotros”, detalla la Dra. Rodríguez.
Cabe destacar que, cuando se habla de ‘residentes’, no se habla exactamente de MIR (médico interno residente). Así, el término ‘residentes’ tiene una connotación más global al incluir a todas las personas que, después de haber acabado su carrera en diferentes disciplinas, se presentan al examen que convoca el Ministerio de Sanidad para formarse en una especialidad del ámbito de la salud. Esto incluye, además de Medicina, las licenciaturas de Enfermería, Química, Bioquímica, Biología, Física y Psicología. “Por lo tanto -precisa la experta-, los residentes son profesionales que están recibiendo formación como especialistas en alguna de estas disciplinas. De ahí que el término oficial para su formación sea ‘Formación Sanitaria Especializada’, que incluye MIR, EIR (enfermeras internas residentes), PIR (psicólogos internos residentes)…”
Formación no asistencial innovadora, actividades de simulación clínica avanzada…
De acuerdo con la Dra. Rodríguez, la vida del residente en el Hospital Universitario Vall d’Hebron se caracteriza por el trabajo en equipo y multidisciplinar, en el que se puede “conectar con toda la patología, desde la preconcepcional a la de final de vida, en su máxima complejidad, y al lado de expertos de referencia en cada caso”.
Además, se puede trabajar al lado de otros profesionales y especialistas que abren la visión del residente y las posibilidades de aprender más allá de la propia especialidad. También se tiene la oportunidad de recibir formación no asistencial innovadora que complementa el aprendizaje a pie de casos clínicos. Existe, asimismo, la posibilidad de acceder a formación online en aspectos como habilidades comunicativas, introducción a la investigación o bioética, y se dispone de una biblioteca con todas las fuentes documentales que se necesitan y tecnología para acceder a todas ellas. Por otro lado, “puedes hacer actividades de simulación clínica avanzada para adquirir habilidades técnicas y no técnicas de manera segura e inmersiva. Finalmente, tienes la posibilidad de formarte e iniciar tu actividad investigadora de la mano de investigadores/as de primera línea mundial”, explica.
La supervisión del tutor decrece a medida que aumenta la autonomía de los residentes
Los facultativos en período de aprendizaje aprovechan su residencia para formarse o capacitarse en una especialidad, lo que también implica tener contacto con pacientes reales. Ahora bien, recuerda la directora de Docencia, los residentes siempre están supervisados por los profesionales ya en ejercicio que se ocupan de su tutela. “Por supuesto, siempre tienen supervisión de personal especialista, pero esta supervisión decrece a medida que aumenta su autonomía. Este aspecto está regulado por un ‘Protocolo de Supervisión’ que garantiza el proceso de aprendizaje y, al mismo tiempo, asegura que los pacientes siempre reciban atención especializada”.
Una vez asimilada la capacitación, el progreso profesional de cada uno ya depende del propio talento y de las ganas de superarse. Y en ello tiene mucho que ver la personalidad de cada individuo, muy visible ya a ojos de los demás durante el período formativo. El abanico de perfiles de residentes es muy amplio: el listillo que cree saberlo todo, el tímido que no se atreve a preguntar nada, el aprendiz que es insaciable adquiriendo conocimientos, etc. “La variabilidad individual es inherente al ser humano; por lo tanto, tenemos residentes de todos los perfiles. Pero la labor de los tutores y resto de colaboradores docentes es trasmitir a todos la prudencia y, en paralelo, las habilidades para ir afrontando su responsabilidad de manera progresiva, responsable, y bajo la supervisión de especialistas con el fin de garantizar la evolución segura y coherente de la actividad de los/as residentes. De esta manera se neutralizan las actitudes individuales que puedan suponer imprudencias. El trabajo en equipo continuo contribuye en gran medida a la autorregulación de actitudes inadecuadas”, expone Rodríguez.