Redacción Farmacosalud.com
La utilización de terapias biológicas fuera de su ficha técnica es una práctica en numerosos procesos reumáticos, desde el lupus eritematoso sistémico a la gota. Pero a la cabeza de ellos, se sitúan el lupus, el síndrome de Sjögren, otras enfermedades autoinmunes sistémicas y el grupo de las vasculitis sistémicas. “Esta práctica es común en las consultas de Reumatología de España. El reumatólogo es la última trinchera de defensa del paciente en procesos refractarios graves como son las enfermedades autoinmunes sistémicas o las vasculitis sistémicas, procesos que comprometen la vida de nuestros pacientes. Por tanto, debemos buscar alternativas que ofrecer sin limitarnos al estricto entorno normativo que las fichas técnicas representan”, ha resaltado el Dr. José Luis Andreu, jefe de Sección de Reumatología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid) y presidente electo de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Según la legislación española, para usar un agente biológico fuera de ficha técnica hay que informar al paciente de las alternativas, pros y contras, obtener su consentimiento informado oral y reflejar en la historia clínica todo ello. Además, en cuanto al seguimiento, “debe ser estrecho y recogerse pormenorizadamente, por seguridad del paciente y para que la comunidad científica se enriquezca con la experiencia clínica de uso de agentes biológicos en práctica clínica real”, explica el Dr. Andreu.
Terapias biológicas: revolución en el manejo de dolencias reumáticas
La aparición de las terapias biológicas ha supuesto una revolución en el manejo de múltiples enfermedades reumáticas. Se estima que en España casi uno de cada cuatro pacientes con artritis reumatoide (AR), artritis psoriásica y espondilitis anquilosante está siento tratado con estos fármacos, según ha puesto de manifiesto el experto. En opinión de Andreu, “con el uso de los agentes biológicos y la optimización de la terapia con agentes químicos, hoy día se puede conseguir la remisión en más del 50% de los pacientes con artritis reumatoide (AR) de reciente comienzo, con lo que ello implica en cuanto al mantenimiento de la capacidad funcional y de la calidad de vida de estos afectados”. Asimismo, ha explicado que “el control de la actividad inflamatoria en enfermedades como la artritis reumatoide ha conducido a una disminución de complicaciones graves como la enfermedad cardiovascular, la necesidad de prótesis articulares o el desarrollo de linfoma, lo que está traduciéndose en una mayor supervivencia”.
Además, el especialista ha precisado que “las terapias biológicas son excelentes fármacos para el control de los pacientes reumáticos con respuesta inadecuada a tratamiento convencional, y su aparición ha conducido a una optimización en el uso de los fármacos tradicionales”. Otro avance importante ligado a la aparición de los agentes biológicos -ha señalado- ha sido “la asunción por parte de los reumatólogos de la necesidad de medir objetivamente la respuesta al tratamiento y de fijarnos una terapia por objetivos que nos conduce a intentar mantener a los pacientes en remisión o, como poco, en un estado de baja actividad de la enfermedad”, han indicado desde la SER-Reumatología.