Redacción Farmacosalud.com
La ministra de Sanidad en España, Carolina Darias, ha dado cuenta de los principales acuerdos tomados en la reunión de la Comisión de Salud Pública con respecto a la estrategia de vacunación frente al COVID-19, informa el Ministerio de Sanidad. Así, la Comisión de Salud Pública ha aprobado la modificación del intervalo para dosis de recuerdo desde la vacunación completa con vacunas de ARNm, de tal manera que se modifica de 6 a 5 meses desde la última dosis administrada en primovacunación. Además, en la aplicación de dosis de recuerdo se continuará con la estrategia poblacional, captando e inmunizando a los siguientes grupos de edad -entre los 39 y los 18 años-, de forma ordenada por cohortes etarias y priorizando a personas con condiciones de riesgo y aquellas que hace más tiempo que recibieron la primovacunación.
En la reunión se ha insistido en que se considera prioritaria la inmunización de las personas de 12 y más años de edad que todavía no se han vacunado o no han completado la primovacunación, y que es prioritaria también la administración de dosis de recuerdo en los grupos de población previamente recomendados.
Se modifica de 6 a 5 meses la toma de refuerzo
La Comisión de Salud Pública ha aprobado la modificación del intervalo para tomas de refuerzo desde la inmunización completa con vacunas de ARNm, es decir, se modifica de 6 a 5 meses desde la última dosis administrada en primovacunación. También se dará dosis de recuerdo a personas que realizan viajes internacionales por motivos de estudios o laborales en los que se requiere la administración de dosis de recuerdo (justificando su necesidad).
Por último, las personas que recibieron dosis adicional de vacuna ARNm por estar incluidas en el Grupo 7 o ser personas que reciben tratamiento con fármacos inmunosupresores (Actualización 9 de la Estrategia), recibirán una toma de recuerdo a los 5 meses de la última dosis (cuarta dosis del suero vacunal para sujetos inmunodeprimidos, 5 meses después de la tercera).
Realizar ejercicio refuerza el sistema inmune frente a virus respiratorios
Por otro lado, la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF), a través de la Dra. Marta Supervía Pola, médico rehabilitadora y portavoz de la sociedad científica, ha puesto en valor la importancia del ejercicio físico como defensa natural del sistema inmune y destaca que “cada vez son más los trabajos científicos que indican que el ejercicio mejora la respuesta inmunitaria y, por tanto, ayuda a disminuir el riesgo de enfermar”.
En este contexto, en los actuales meses de invierno en los que proliferan los virus respiratorios, la especialista de la SERMEF explica que “el ejercicio físico aumenta el flujo sanguíneo y linfático al contraerse los músculos, incrementando la circulación de células inmunitarias (como por ejemplo los linfocitos T y NK). Por otra parte, la contracción muscular estimula la producción de numerosas sustancias llamadas mioquinas. Algunas de estas moléculas refuerzan la acción del sistema inmune del organismo. Existe evidencia de que el ejercicio físico puede mejorar significativamente la capacidad inmune del organismo frente a virus respiratorios como la gripe y el SARS-CoV-2, y sus variantes, causante de la COVID-19”.
En este sentido, anima a la población a realizar ejercicio físico aeróbico como nadar, correr o montar en bicicleta, así como ejercicio de fuerza, y describe que “el sistema inmunitario reacciona inmediatamente cuando se hace ejercicio y que con el tiempo esta respuesta inmunitaria desaparece, por lo que es necesario ser activo físicamente y realizar ejercicio de forma habitual”.
De esta forma, ha evidenciado que en un estudio del ‘British Journal of Sports Medicine’ (2011) se observó que quienes hacían ejercicio cinco o más días a la semana reducían el número de infecciones respiratorias, como el resfriado común, en un 40%. “Si bien la mayoría de los estudios se centran en que las personas sean activas físicamente y realicen ejercicio aeróbico -como caminar rápido, correr o montar en bicicleta-, cada vez existen más trabajos que apuntan a los beneficios que se pueden obtener de complementar lo anterior con entrenamientos de fuerza de intensidad moderada”, afirma la especialista.
La experta ha continuado su exposición explicando que, “sin embargo, se advierte de que los entrenamientos aeróbicos extremos y los entrenamientos de fuerza que impliquen daño muscular -como levantar mucho peso-, podrían no favorecer la función inmunitaria. Todo ello, dado que cualquiera de estas actividades más largas e intensas, mantenidas en el tiempo, puede causar un estrés en el organismo que podría conducir a una disminución de la función inmunitaria”.