Redacción Farmacosalud.com
Los quirófanos del Hospital Universitario Virgen del Rocío (Sevilla) pasarán a ser puntos limpios gracias a una iniciativa de la unidad de Anestesiología y Reanimación que está pilotando por primera vez en España. Así, han iniciado la colocación de una serie de dispositivos de extracción que evitan la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero. Se trata de los gases anestésicos que los profesionales de este servicio administran de manera habitual al paciente durante la cirugía. Su naturaleza es contaminante para el medioambiente y tradicionalmente se expulsan libremente al aire libre.
El nuevo sistema, llamado Contrafluran, está conectado a la estación de trabajo de los respiradores y consiste en hacer pasar los gases por un filtro de carbón activo que los neutraliza y los captura en un envase, con lo que se evita su salida al exterior. Este cartucho incorpora un sensor que muestra si está lleno, acompañado de una alarma visible y acústica.
El anestesiólogo, con libertad de elección sobre el mejor anestésico
Estos dispositivos, que ya se han empezado a utilizar en los quirófanos de la tercera planta del Hospital General, estarán operativos en seis salas en los próximos seis meses gracias a un acuerdo de colaboración con la firma Baxter. El uso de esta tecnología permite al anestesiólogo libertad de elección del mejor anestésico con criterios exclusivamente clínicos y sin limitación ambiental.
La estrategia contribuye al mismo tiempo a reducir las emisiones de gases invernaderos que se hacen al medioambiente, en línea con el compromiso de que esta disminución sea del 40% en 2030 (con respecto a 1990), según los planes europeos de economía limpia y circular. De hecho, el Pacto Verde Europeo para ser el primer continente climáticamente neutro es una de las seis prioridades que la Comisión Europea se ha marcado hasta 2024.
La unidad de Anestesiología y Reanimación, dirigida por el Dr. Juan Luis López Romero, atiende más de 11.000 quirófanos al año en los que se utilizan algún tipo de gases anestésicos. Además, sus profesionales atienden más de 20.000 consultas programadas previas a que el paciente se someta a una intervención para valorar la anestesia que precisarán durante la misma. Igualmente, son quienes atienden la Unidad de Reanimación Posanestésica (URPA), a la que pasa el paciente una vez finaliza la cirugía y antes de ingresar en planta, y la Clínica del Dolor, en la que personal médico y de enfermería aplica técnicas anestésicas o de intervencionismo avanzadas frente a dolores de origen neurológico y musculo esquelético, principalmente.