Redacción Farmacosalud.com
La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Sociedad Española de Arterioesclerosis (SEA) han elaborado el consenso ‘Actualización en el tratamiento dietético de la prediabetes y la diabetes 2’, en el que se apuesta por una ‘alimentación flexivegetariana, a expensas de alimentos de origen vegetal, con frutas, vegetales variados, legumbres, cereales integrales, frutos secos y solo pequeñas cantidades de proteínas animales’. Según la co-autora del nuevo documento, la Dra. Juana Carretero Gómez, el régimen flexivegetariano se basa primordialmente en la ingesta de productos vegetales y legumbres, a los que se añade proteína en una proporción de no más de “3-4 veces por semana”, priorizándose la procedente del “pescado blanco y azul, huevo y carnes blancas”. Y, aunque suponga “mucha discusión o controversia, hay que evitar comer carnes rojas de forma muy frecuente”, estimándose como ideal “una frecuencia de no más de 1 o 2 veces al mes”, especifica Carretero.
A juicio de la facultativa, se trata de volver a una alimentación basada en productos de proximidad, con el fin de evitar el favorecimiento del efecto invernadero propiciado por la contaminación asociada al transporte indiscriminado de productos que, sin ir más lejos, llegan en verano pero que “son de invierno en otras latitudes, o viceversa”.
Hay que atender la ‘complementación proteica’
En declaraciones a www.farmacosalud.com, la Dra. Carretero asegura que “es difícil” que un paciente padezca algún tipo de déficit nutricional con la mencionada dieta flexivegetariana, ya que solamente se está restringiendo la proteína de origen animal procedente de la carne roja, y por tanto “no estamos quitando la leche, por ejemplo (que tiene un alto valor biológico como lo demuestra la alimentación de los bebés), ni estamos quitando el huevo ni tampoco el pescado blanco o azul”. De todos modos, agrega la experta y a la vez vicepresidenta primera de la SEMI, nunca está de más que una persona con diabetes o con prediabetes consulte con un nutricionista por si surge alguna duda alimentaria: “debe existir un nutricionista al menos por área sanitaria para promover esa ‘educación’ en salud”.
Y es que un profesional de la Nutrición siempre tendrá en cuenta el concepto de ‘complementación proteica’. Por ejemplo, las legumbres tienen un valor biológico-proteico de entre el 65 y el 70%, y, en el caso concreto de las lentejas, son deficitarias en un aminoácido que necesita complementarse con otra proteína, que en este caso no es la de la carne, dado que prácticamente es la misma que la de las lentejas. “Por eso desde siempre en las casas se han comido lentejas con arroz, porque la proteína deficitaria de la lenteja se la aporta el arroz, y al revés”, aduce la Dra. Carretero.
Pescado: el beneficio cardiovascular parece compensar los potenciales riesgos asociados al mercurio
Asimismo, en el nuevo consenso se señala que ‘el beneficio cardiovascular del consumo de pescado parece compensar el riesgo potencial de la exposición al mercurio’ (mercurio presente en peces de mayor tamaño y en predadores por bioacumulación de la cadena alimentaria). A este respecto, cabría preguntarse si los ejemplares de piscifactoría -un recurso cada vez más utilizado- podrían ver reducida la presencia de mercurio (o no tenerla) por estar su dieta controlada por el ser humano. Pero la respuesta a ese interrogante deberá esperar, puesto que sólo la elaboración de estudios científicos podrá arrojar algo de luz sobre dicha hipótesis.
La nueva guía ha sido abordada en el 42º Congreso Nacional de la SEMI - 37º Congreso de la Sociedad Gallega de Medicina Interna (SOGAMI), cuya celebración ha tenido lugar recientemente en Santiago de Compostela (A Coruña). La prediabetes y la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) son patologías cuyo creciente incremento en la población se ha convertido en un serio problema de salud pública en todo el mundo. Actualmente, el 13,8% de la población española padece DM2, pero, de las personas afectadas, sólo el 7,8% están diagnosticadas. Cada año se detectan 11,6 casos por 100.000 habitantes, lo que supone 385.000 nuevos casos de DM2. El 23% de la población española padece obesidad (el 60% obesidad abdominal) y el 80% de las personas con DM2 tienen sobrepeso u obesidad. También se sabe que la obesidad, sobre todo la de tipo abdominal, es el principal factor determinante de la aparición de la DM2 (diabesidad).
El 50% de las personas con diabetes tipo 2 que ingresan en los hospitales españoles lo hacen por una enfermedad cardiovascular (infarto, ictus, insuficiencia cardiaca o una enfermedad arterial periférica), según datos aportados por la Dra. Carretero, a su vez miembro del Grupo de Trabajo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la SEMI.
Ejercicio físico, dieta saludable, no fumar y mantener una buena higiene del sueño
Desde el punto de vista clínico, el control de estas alteraciones metabólicas incide directamente en la morbimortalidad cardiovascular, lo que obliga a plantear estrategias eficaces de prevención y tratamiento. Según la especialista, “los cambios en el estilo de vida están íntimamente relacionados con la modificación o reducción de los factores de riesgo cardiovascular asociados a la preDM / DM2, fundamentalmente la hipertensión arterial, la dislipemia y la obesidad. Estos cambios del estilo de vida deben basarse en la realización de ejercicio físico de forma habitual, un patrón de dieta saludable, no fumar y mantener una buena higiene del sueño”.
Carretero agrega a través de un comunicado que “la base de este beneficio, aparte de la composición de la dieta, está en el mantenimiento de un peso saludable en caso de normopeso o en promover la pérdida ponderal en caso de sobrepeso / obesidad. Pérdidas de en torno al 5-10% del peso basal asocian mejoría en el control glucémico o cifras de presión arterial. Con pérdidas de peso superiores al 15% de peso basal, podemos incluso hablar de remisión de la diabetes tipo 2”.
“Dado el elevado riesgo cardiovascular que presentan las personas con diabetes tipo 2 y prediabetes, se debe evaluar el riesgo cardiovascular (RCV) global con el objetivo de realizar un tratamiento lo más precoz y personalizado posible”, expone el Dr. Vicente Pascual, médico de familia del Centro de Salud Palleter de Castellón. “Además, se debe mejorar la calidad nutricional de su alimentación, sustituyendo los alimentos con mayor efecto diabetogénico y aterogénico, por otros de efecto más saludable. Se recomienda consumir legumbres, cereales integrales, frutos secos, verduras y frutas (alimentos de mayor riqueza en hidratos de carbono [HC] complejos y fibra dietética), reducir la ingesta de sal, y evitar el consumo de productos con azúcar añadido u otros alimentos refinados o procesados”, precisa el Dr. Pascual inspirándose en las pautas descritas en el consenso.
Una vez más, la dieta mediterránea
“Cabe destacar que las nuevas evidencias en el campo de la nutrición hacen hincapié no en el consumo de nutrientes, sino en el de alimentos, y sobre todo en el de patrones alimentarios. Esta aproximación es especialmente válida en las personas con prediabetes o DM2, dado que no existen evidencias del porcentaje ideal de calorías que deben proceder de HC, grasas o proteínas. En cambio, hay una sólida evidencia de que los patrones alimentarios de base vegetal, bajos en ácidos grasos saturados, colesterol y sodio, con un alto contenido en fibra, potasio y ácidos grasos insaturados, son beneficiosos y reducen la expresión de los factores de riesgo cardiovascular en estos sujetos. En este contexto, destaca especialmente la dieta mediterránea”, subraya Pascual.
En la nueva guía se ha realizado una revisión actualizada que aporta evidencias útiles y recomendaciones jerarquizadas por niveles, utilizando las evidencias de los ensayos clínicos, estudios observacionales sobre evidencias clínicas o marcadores subrogados y consensos de expertos. El documento va dirigido a todos los profesionales de la salud implicados en el cuidado de personas con prediabetes o DM2, para que puedan ayudar a sus pacientes. También incluye -como se ha apuntado anteriormente- aspectos novedosos relacionados como la necesidad urgente de adoptar un modelo de alimentación sostenible que sea saludable para la población humana y también para el propio planeta.
Para el Dr. Pablo Pérez-Martínez, coordinador de investigación de la SEMI, especialista en Medicina Interna del Hospital Reina Sofía de Córdoba, director científico del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC) y catedrático de Medicina de la Universidad de Córdoba, “existe una sólida evidencia de que los patrones alimentarios de base vegetal, fundamentalmente la dieta mediterránea, la dieta vegano-vegetariana, la dieta DASH (baja en sal y rica en frutas) y la dieta baja en hidratos de carbono, constituyen la base sustantiva del tratamiento para mejorar el control de los factores de riesgo y reducir la elevada morbimortalidad cardiovascular los pacientes con diabetes”.
Y, con respecto al futuro, señala que “en los últimos años se está planteando la necesidad urgente de transformar el sistema alimentario, adoptando un nuevo modelo que, además del concepto tradicional de que sea saludable para la población humana, también lo sea para el propio planeta. En este sentido, en línea con las recomendaciones de múltiples corporaciones y avalado científicamente por la Lancet Comission, se ha propuesto un modelo de Alimentación Saludable Planetaria capaz de preservar el ecosistema planetario y reducir las enfermedades no transmisibles, entre ellas la DM2”.
La adherencia a la dieta de las personas con DM2 es muy baja
Seguir una dieta saludable es fundamental para las personas con prediabetes y DM2. Sin embargo, el cumplimiento de esa dieta en personas con DM2 es muy baja. En el estudio Dawn, realizado en 13 países de todo el mundo, la adherencia al tratamiento dietético se situó en torno al 37%, muy por debajo del 78% de la adherencia al tratamiento farmacológico, según información aportada por el Dr. Pérez-Martínez.
“La adherencia a la dieta de las personas con DM2 es muy baja -asevera la Dra. Carretero-. Los factores que contribuyen en mayor medida a la falta de adherencia son el déficit de alfabetización en salud, la propia percepción de la enfermedad, o mejor, la ausencia de percepción del riesgo asociado a la enfermedad, la complejidad de las recomendaciones o del tratamiento, las limitaciones económicas, los factores psicológicos y la falta de apoyo social”. Carretero sintetiza así los factores que explican el bajo cumplimiento del régimen alimenticio indicado para diabéticos:
- Relacionados con el diseño y la prescripción de la dieta: evitar dietas estándar o recomendaciones rígidas, monótonas. Implicar al enfermo en el diseño de la dieta, “educar más que prohibir”.
- Relacionados con los profesionales sanitarios: falta de formación e implicación por parte de los profesionales.
- Relacionados con el enfermo y el entorno social (aspectos emocionales): fundamentalmente por la ausencia de formación e implicación del paciente y su entorno en el proceso de tratamiento.