Dr. Guillermo Álvarez Calatayud / Redacción Farmacosalud.com
Según el Dr. Guillermo Álvarez Calatayud, presidente de la Sociedad Española de Microbiota, Probióticos y Prebióticos (SEMiPyP), hay profesionales de especialidades médicas que cada vez emplean “con más frecuencia” los probióticos y prebióticos, como son los “alergólogos, dermatólogos y ginecólogos”. Por otro lado, Álvarez Calatayud alerta sobre las páginas web que proliferan en Internet y que aportan contenidos dotados de una veracidad científica “muy poco fiable”. El presidente de SEMiPyP también aborda en esta entrevista la posible relación entre la disbiosis intestinal -alteración de la microbiota- y la esclerosis múltiple: “Como todavía no conocemos qué es una microbiota ‘normal’, hoy por hoy no podemos medir la disbiosis y aplicar los resultados clínicamente. Estamos seguros de que esa alteración juega un papel muy importante en el binomio salud/enfermedad y, por ello, ya se está investigando bastante en las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple”.
-Como bien es sabido, Internet es una de las principales fuentes y canales de difusión de falsas creencias o mitos1. De este modo, en las redes sociales se han propagado diferentes bulos sobre los efectos de los probióticos (por ejemplo, ‘acaban con nuestra propia microbiota’ o ‘los probióticos engordan’)1 ¿Ya tenemos aquí la posverdad en relación a estos complementos nutricionales?
Evidentemente, la alimentación y la relación entre la nutrición y la salud es una de las cuestiones que más se comentan en las redes sociales. En Internet han proliferado las páginas web de este tipo de contenidos aunque, en muchos casos, la información y veracidad científica es muy poco fiable debido a que no son los profesionales sanitarios quienes asesoran a dichas páginas. Por ese motivo, se propagan infinidad de bulos. Así, tenemos alimentos y nutrientes 'malditos' como el gluten, la leche y los azúcares y otros que parece que lo ‘curan todo’ como los probióticos, las vitaminas o los omega 3. Por eso es tan importante informarse en páginas de sociedades científicas y dejarse asesorar por un profesional sanitario.
-¿Cómo se está sobrellevando la polémica por los artículos publicados en 2018 en NEJM2-4 que se acompañaban de una editorial que quería demostrar la falta de eficacia de los probióticos en los niños que acuden a Urgencias por una gastroenteritis aguda?
Efectivamente, estos estudios, bien diseñados pero metodológicamente con muchos errores, provocaron un gran revuelo tanto entre los profesionales como en los consumidores (la prensa se hizo eco el mismo día) al ser publicados en una revista de alto impacto. Desde nuestra sociedad científica se remitió una carta al editor, que fue publicada, en la que se argumentaron las limitaciones que tenían los estudios. Esto ha provocado que varias sociedades científicas hayan creado grupos de trabajo que clarifiquen el verdadero papel que pueden jugar los probióticos en la diarrea infantil, siempre bajo el rigor científico.
-¿Los probióticos y prebióticos pueden ser útiles de algún modo frente al COVID-19 en todas las edades?
Los pocos estudios realizados hasta la fecha que han demostrado un papel preventivo de los bióticos frente al COVID-19 se han realizado en ancianos. Seguramente, al reforzar el sistema inmunitario, también serán eficaces en la edad pediátrica como ocurre con otras infecciones víricas (gastrointestinales y respiratorias), pero esto hay que demostrarlo con ensayos clínicos de alta calidad.
-Los probióticos y prebióticos se van incorporando cada vez más en la Atención Primaria. ¿Pero, se están introduciendo igual en la asistencia prestada en los hospitales?
Depende de la especialidad. Entre los pediatras, gastroenterólogos y servicios de urgencias creo que sí. Otros profesionales que cada vez los emplean con más frecuencia son los alergólogos, dermatólogos y ginecólogos. El médico cada vez está más formado y prescribe estos preparados tanto en Atención Primaria como en el medio hospitalario.
-¿Qué cepa probiótica en investigación le parece más prometedora por sus posibles beneficios terapéuticos?
Es una pregunta difícil de contestar, ya que hay numerosos grupos de investigación que están desarrollando cepas probióticas y nutrientes prebióticos para numerosas aplicaciones. Quizás, las líneas de investigación más potentes giren en torno a las enfermedades crónicas no trasmisibles, sobre todo la obesidad, y el eje intestino-cerebro (autismo y enfermedad de Alzheimer). Las cepas más ‘de moda’ podrían ser la Akkermansia muciniphila (en el ámbito de la obesidad) y el Faecalibacterium prausnitzii (en Enfermedad Inflamatoria Intestinal o EII).
-La disbiosis intestinal es el desequilibrio de las colonias microbianas que habitan en el intestino. En este sentido, la corrección de la disbiosis intestinal se configura como un posible enfoque terapéutico para mejorar el estado de los pacientes de esclerosis múltiple5.
Es verdad que la alteración de la microbiota o disbiosis se ha relacionado con muchas enfermedades pero, en la actualidad, no sabemos si es causa o consecuencia de ello. Como todavía no conocemos qué es una microbiota ‘normal’, hoy por hoy no podemos medir la disbiosis y aplicar los resultados clínicamente. Estamos seguros de que esa alteración juega un papel muy importante en el binomio salud/enfermedad y, por ello, ya se está investigando bastante en las enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple.
Seguramente, cuidando nuestra microbiota desde el nacimiento podamos prevenir la aparición de este tipo de enfermedades, pero hay muchos factores implicados: la occidentalización, el abuso de medicamentos, sobre todo los antibióticos, el abandono de la lactancia materna, la dieta y el estilo de vida, etc.
-¿Hasta dónde ha avanzado el conocimiento en relación al papel que juega la microbiota en las alergias alimentarias?
Lo que se ha comentado en el apartado anterior sí que tiene reflejo en numerosos ensayos clínicos sobre ciertas patologías como las alergias. Hablamos del papel beneficioso de la lactancia materna (alimento que contiene probióticos y prebióticos) y, en ese sentido, los lactantes alimentados al pecho sufren menos alergias. Por ese motivo, las fórmulas lácteas infantiles contienen estos componentes en sus preparados en un intento de parecerse lo más posible a leche materna, sin duda, el mejor alimento para el bebé.
Referencias
1. Álvarez Calatayud G, Rodríguez Gómez JM, Guarner Aguilar F. La microbiota, los probióticos y la posverdad. An Microbiota Probióticos Prebióticos. 2021;2(2):125-12.
2. Freedman SB, Williamson-Urquhart S, Farion KJ, et al. Multicenter trial of a combination probiotic for children with gastroenteritis. N Engl J Med. 2018;379(21):2015-2026.
3. Schnadower D, Tarr PI, Casper TC, et al. Lactobacillus rhamnosus GG versus placebo for acute gastroenteritis in children. N Engl J Med. 2018; 379(21):2002-2014.
4. LaMont JT Editorials: Probiotics for children with gastroenteritis. N Engl J Med. 2018;379(21):2076-2077.
5. Calvo-Barreiro L, Clerico M, Espejo C. Correcting gut dysbiosis can ameliorate inflammation and promote remyelination in multiple sclerosis – Yes. Mult Scler. 2021;27(8):1161-1162.