Autor artículo: Lluís Bohigas
Hace 10 años, el 12 de marzo de 2004, la entonces Ministra de Sanidad, Ana Pastor, firmó una Orden Ministerial introduciendo la bomba de insulina en la Cartera de Servicios del SNS. En aquel momento algunas CCAA y algunos hospitales ya ofrecían a los pacientes diabéticos esta posibilidad, pero desde esta fecha se generalizó a todo el SNS. Ahora se cumplen diez años de aquella Orden, que representó un momento muy importante en la lucha contra la diabetes en España.
¿Qué es una bomba de insulina?
El nombre técnico de la bomba de insulina es Sistema de Infusión Continua. La forma habitual de suministrar insulina a un paciente con diabetes se realiza mediante inyecciones de insulina, y un paciente con diabetes puede necesitar varias administraciones diarias con sus respectivos pinchazos. La Bomba es un aparato del tamaño de un ‘busca’ que contiene un pequeño almacén de insulina que va suministrando al cuerpo mediante una cánula que se inserta subcutáneamente. A diferencia de las inyecciones, el suministro de insulina mediante la bomba es constante durante todo el día, a semejanza de lo que hace un páncreas sano. Antes de cada comida, el paciente ha de administrarse una dosis extra de acuerdo con los hidratos de carbono que va a ingerir. Esta cantidad extra se conoce como ‘bolo’, y se calcula en función del nivel previo de glucemia y de la cantidad de hidratos de carbono de la comida.
Para utilizar correctamente la bomba, el médico programa una cantidad basal de insulina que la bomba suministrará durante todo el día y da unas indicaciones al paciente para calcular el ‘bolo’. El paciente debe cambiar su cánula cada 2-3 días, lo cual resulta menos traumático que los múltiples pinchazos de insulina.
Indicaciones de la bomba de insulina
La bomba de insulina no es útil para cualquier persona con diabetes; así, la Orden Ministerial citada al principio establecía los criterios que debe cumplir un paciente para suministrarle este tipo de dispositivo:
• Pacientes diagnosticados de diabetes tipo 1 en estado de gestación o que se hayan mantenido, al menos seis meses antes de adoptar la bomba de insulina, dentro de un programa de inyecciones múltiples, como mínimo tres diarias, y que hayan requerido autoajustes frecuentes de la dosis de insulina.
• Que hayan completado un programa educativo sobre el cuidado en la diabetes.
• Que acrediten una frecuencia media de cuatro autocontroles diarios de glucemia durante los dos meses previos a la adopción de la bomba.
• Que, manteniéndose en régimen de inyecciones múltiples, experimenten algunas de las siguientes circunstancias: Hemoglobina glicosilada > 7,0%. Historia de hipoglucemia recurrente. Amplias variaciones en la glucemia preprandial. Fenómeno del alba con glucemias que superen los 200 mg/dl. e historia de desviaciones glucémicas severas.
Estas indicaciones han sido ampliadas por la Sociedad Española de Diabetes
http://www.sediabetes.org/gestor/upload/files/guiarapidaisci.pdf
En general, la bomba se utiliza en personas con dificultad para lograr un buen control mediante el sistema clásico de las inyecciones. La mayoría de las bombas de insulina se aplican en personas diagnosticadas con diabetes tipo 1, es decir, cuyo páncreas ha dejado de producir la insulina. También se utiliza para las personas con diabetes durante el embarazo. Se estima que en España hay actualmente 7.000 personas que utilizan este dispositivo.
El páncreas artificial
La bomba de insulina es un paso tecnológico fundamental para lograr en el futuro construir un páncreas artificial. El páncreas artificial simulará el funcionamiento de un páncreas humano en base a medir la glucemia del paciente, y cuando ésta supere un determinado nivel, liberará insulina en la sangre para reducir el nivel de azúcar. Los elementos de un páncreas artificial son tres, dos de hardware y uno de software. Los dos hard son el medidor de glucemia y la bomba de insulina, mientras que el soft consiste en un algoritmo que calcula la dosis de insulina en base a la cantidad de azúcar en sangre. En este momento los dos elementos hard están desarrollados y la limitación se sitúa en el elemento soft, es decir, en lograr un algoritmo que calcule adecuadamente las dosis de insulina. Este elemento es muy difícil de construir porque cada persona es diferente y tiene diferencias en el complejo proceso de metabolizar los glúcidos.
La utilización de las bombas de insulina
En España funciona un sistema de financiación de las bombas de insulina diferente de los demás países de Europa. El sistema sanitario público no compra las bombas de insulina, sino que paga su coste a través de los consumibles. De esta manera se evita la inversión inicial de comprar una bomba de insulina. A pesar de que este sistema financiero facilita la utilización de las bombas de insulina, su implantación en España no es muy elevada. Se estima que solo un 2% de los pacientes con diabetes Tipo 1 la utilizan. En países de la UE más avanzados en la gestión de la diabetes, como por ejemplo Holanda, el porcentaje es del 17% de los pacientes con diabetes tipo 1.
Medicina Personalizada y Diagnóstico, MPD18, Lluís Bohigas