Redacción Farmacosalud.com
Se calcula que el infradiagnóstico del síndrome de apneas-hipopneas del sueño (SAHS) -conocido popularmente como apnea del sueño- oscila entre el 50% y el 80% de los casos. Para rebajar estas altísimas cifras, toda medida es bienvenida y, en este sentido, los médicos de Atención Primaria son los que están mejor situados -por su proximidad asistencial con los pacientes- a la hora de poder sospechar de un posible caso de esta alteración respiratoria. Así lo expresa el doctor Josep Maria Montserrat, coordinador de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Clínic (Barcelona): “La sospecha diagnóstica debe de hacerse en Primaria y, para que sea muy fácil y que la sospecha pueda hacerse en 30 segundos, debe de considerarse lo siguiente: en pacientes obesos o con anomalías craneofaciales debe preguntarse si roncan o tienen apneas observadas o hipertensión refractaria*. Es decir, son datos básicamente antropométricos que son más simples, seguros y no requieren largos interrogatorios”.
Dado que entre el 50-80% de estos enfermos no están diagnosticados, “es importantísimo, y esa es nuestra misión en la actualidad, detectar el 2-6% de la población que son casos graves y que requieren asistencia rápida por sus síntomas, que limitan su actividad, o por patología asociada grave, especialmente la hipertensión refractaria”, enfatiza el doctor Montserrat. “Roncar es normal. Pero si esto va acompañado de apneas observadas, cansancio o somnolencia valorable durante el día (que no se atribuya a otra entidad) o a hipertensión arterial, especialmente si es resistente en pacientes obesos o con anomalías craneofaciales, es muy probable que se esté ante un síndrome de apnea durante el sueño”, argumenta el galeno.
Atención a la somnolencia o fatiga valorable que no pueda atribuirse a otra causa
La apnea del sueño se manifiesta mientras se duerme -paradas respiratorias que pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos, recuperándose la normalidad con un ronquido fuerte o un sonido gutural-, por lo que es evidente que quien puede darse cuenta del trastorno es alguien que conviva con el afectado. ¿Así pues, si alguien vive solo no tiene ninguna manera de saber que padece este problema? Sí la hay, aunque no pueda constatarse in situ: “Todo paciente con somnolencia o fatiga valorable que no pueda atribuirse a otra causa o con hipertensión refractaria, especialmente si es obeso o con anomalías craneofaciales, es muy probable que tenga un síndrome de apneas durante el sueño”, apunta el especialista.
En cuanto a los problemas cardiovasculares que puede acarrear esta alteración respiratoria, básicamente se habla de hipertensión refractaria. “Sin embargo, el SAHS hay que considerarlo siempre en toda patología cardiovascular, neurológica o metabólica grave. Los ítems son 1) roncadores con apneas observadas 2) obesos o con anomalías maxilo-faciales y 3) especialmente hombres de > 50 años de edad (más de 50 años de edad)”, argumenta el coordinador de la Unidad de Trastornos del Sueño del Hospital Clínic.
La SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica) incluso sostiene que una apnea del sueño grave podría estar relacionada con una mayor probabilidad de tener un cáncer de cualquier tipo, o si ya se padece uno, que se extienda con mayor rapidez. A este respecto, el doctor Montserrat explica que “hay estudios en modelos murinos** y en series de pacientes que lo sugieren, sin duda. Pero aún no es el momento de transferir estos conocimientos, en los cuales la SEPAR ha tenido un rol muy importante en la práctica clínica real”.
Perder peso, dormir las horas suficientes, ejercicio físico y evitar alcohol y sedantes
Los cambios en el estilo de vida que se necesitan para tratar la apnea del sueño pasan por 1) pérdida de peso 2) dormir las horas suficientes 3) ejercicio físico y 4) evitar alcohol y sedantes… “Es decir, ‘tomar’ el sueño bajo otro concepto: sueño como salud y no sólo sueño como enfermedad”, señala Montserrat. A juicio del facultativo, en los casos graves la CPAP es el único tratamiento que garantiza una eficacia del 100%, “pero siempre junto a las medidas citadas hace un momento. Una reflexión: en los obesos quizás lo más importante es la obesidad; hay que recordar siempre que tratamos pacientes y no sólo enfermedades, y este es o debe ser nuestro enfoque, dándole a cada paciente un tratamiento personalizado a sus características”.
El SAHS no sólo es un asunto de adultos. De hecho, en los últimos tiempos se ha detectado una alta incidencia de la apnea del sueño en niños obesos. En la población pediátrica hay dos factores que están implicados en la aparición de este trastorno respiratorio: la obesidad y las amígdalas grandes. “En la actualidad, la obesidad -prosigue el experto- es un problema importantísimo que requiere el tratamiento de la obesidad por sí misma, pues ésta tiene otras consecuencias”. Con respecto a las amígdalas grandes, y según las características clínicas, “es la opción buena en un periodo más o menos corto”, agrega.
“El ronquido es un problema social”
Según el doctor Montserrat, debe considerarse la posibilidad de la cirugía en todo aquel paciente que presente anomalías craneofaciales o del área de ORL (otorrinolaringología) que puedan ocasionar un síndrome de apnea. “La adecuada selección es la clave para que cualquier acción mencionada sea muy efectiva o no. En la obesidad la cirugía bariátrica, obviamente”, indica.
Por otra parte, existe el problema de la roncopatía crónica. En opinión del doctor, “el ronquido es un problema social que puede ser grave e interferir en la relaciones de pareja, eso seguro. El concepto básico es que el ronquido es un problema social importante, sí; pero también es un signo que debe de sugerir, en función de una serie de datos antropométricos, un síndrome de apnea durante el sueño”. Como soluciones a la roncopatía crónica, Montserrat aboga por perder peso y, en casos bien seleccionados, recurrir a prótesis dentales, cirugía del área de ORL o cirugía maxilofacial, “pero eso sí, en casos bien seleccionados en cada una de esas tres opciones”.
*Hipertensión refractaria: La hipertensión arterial se define como refractaria o resistente “al tratamiento antihipertensivo cuando no se obtiene un adecuado control de la presión arterial por debajo de 140/90 mm Hg o cifras inferiores (<130/80 mmHg) en determinadas situaciones como la diabetes mellitus o la enfermedad renal crónica, mediante un tratamiento antihipertensivo con 3 o más fármacos, incluido un diurético, a dosis plenas”, según se desprende de un trabajo difundido por la Sociedad Española de Nefrología (SEN) [ Armario P., Castellanos P., Hernández del Rey R.: ‘Hipertensión arterial refractaria’ NefroPlus. 2008; 1(2):23-32 ]
** Modelos murinos: investigación basada en ratones de laboratorio